Capítulo 13: Perdón
2018
Will no estaba seguro de la razón exacta sobre su falta de sueño, podría tratarse del importante trato que necesitaba cerrar o... Bueno, las posibilidades eran abundantes. Una cañería se rompió la semana pasada, también la casa se encontraba atestada de cosas innecesarias. Y su secretaria renunció el día anterior, le dijo que no soportaba trabajar para un jefe prepotente. Patrañas.
Se levantó frustrado por la falta de descanso, sirviéndose un vaso de ron se acercó a mirar por la ventana. Su casa estaba ubicada en un barrio tranquilo, espero formar su familia en ese lugar. Si dejaba que todo siguiera como estaba las posibilidades de que pudiera avanzar eran nulas. Se prometió que solo lo haría si era de vida o muerte, pero postergarlo no funcionaba.
Iba a llamar a Kiara.
Estaba jodido.
Una hora más tarde se encontraba en una cafetería con una taza de café delante, el lugar estaba vacío a excepción suya.
Eran las dos y media de la mañana. Se preguntó si ella vendría, lo que sentiría al volver a verla luego de un año. Tal vez no querría verlo, tal vez deseaba dejar el pasado atrás de la misma manera que él. Puede que se hubiera cansado de todas sus evasivas. Entonces la vio. Luego de un año, de una fiesta de matrimonio fallida.
Todo comenzó el verano de su primer año de universidad. Kristen adoraba a su hermana mayor, a menudo la seguía por todos lados tratando de imitarla. Ese día en especial su hermana esperaba que la viniera a recoger mientras que ella se mantenía a su lado. En cuanto la pareja de Kiara la recogió se quedó sola mirando la calle, esperando a que fueran a buscarla. Llevado por un impulso bajo a su encuentro.
Kristen le sonrió en cuanto lo vio.
—Esperando a un enamorado —bromeó sentándose a su lado en la vereda.
Ella hizo un puchero como una niña. —No tengo enamorados. Keaton dice que cuando sea un par de años más grande los tendré.
—¿Quieres tenerlos ya? —asintió—. Te confiaré un secreto, los chicos a tu edad son demasiado torpes.
—Kiara sale a citas.
—Kiara es mayor.
—Solo dos años. Será aceptada en la universidad sin ningún problema. Es la presidenta de la clase, la líder de porristas, pertenece al diario de la escuela y asiste al club de teatro. Y aun así tiene tiempo de salir a fiestas y con chicos.
Le causó ternura que alboroto un poco su cabello a modo de juego. Kristen se quejó y lo miró ofendida.
—Mira a la niña tratando de ser toda una mujercita. Bien, no tomes demasiado y cuidado con los chicos, nada de mano hasta que sean oficiales.
Se alejó riendo. Esas hermanas eran divertidas, en especial Kristen. Deseaba tanto parecerse a su hermana que no se daba cuenta de que en un año ella terminaría por superarla. Kristen era la chica más dulce que conocía. Kiara, en cambio, le producía una sensación de torpeza, la chica era como cinco chicas más, estaba todo el tiempo haciendo un montón de cosas. Cuando lo miraba le hacía sentir que no estaba a su altura, le daban ganas de demostrarle que él era capaz de superarla.
Le asustaba —no lo diría en voz alta— la manera en que se adecuaba a las diversas situaciones. Diablos. Si le pedían que domine tiburones lo haría. Kiara tomaba el control de la situación y lo adecuaba a su manera. Le gustaba la menor de las hermanas, la calidez que transmitía, no lo intimidaba.
—Will —lo llamo, se detuvo a mitad de cruzar la calle para mirarla—, ten una cita conmigo.
Sus ojos se abrieron de par en par, su boca se abría y cerraba como un pez fuera del agua.
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Locuras de amor
RomanceEl profesor de economía de la universidad, Robert Miller, no sabia lo que le esperaba al conocer a la menor de las hermanas Queen. Kristen es un torbellino que pone de cabeza su estructurado mundo. Solo tiene dos opciones: se vuelve loco o se rinde...