Shoto PoV
Cuando desperté, Fuyumi estaba junto a mi cama. Estaba completamente abstraída disfrutando un libro. No se dio cuenta de que la observaba hasta que me senté y, quejándome por el dolor repentino que me había causado el drenaje en mi costado, llamé su atención sin querer.
Levantó la mirada hasta mi mientras yo me acomodaba con cuidado.
—¿Y Naoko? —le pregunté casi de manera instintiva al no verla en la habitación.
—Vio que estabas dormido y no quiso despertarte, se marchó hace un rato— me respondió. Luego, inclinándose hacia mi con una ceja en alto, sonrió—. Es una chica muy linda, Shoto, me alegro por ustedes.
—Me habría gustado que se quedara un poco más— murmuré dirigiendo la vista hacia la ventana— pero creo que verme herido no le hace del todo bien. No cuando tiene que concentrarse en otras cosas. Quiero que obtenga su licencia, eso la hará feliz. No debería preocuparse demasiado por mi...
—No puede evitarlo, te quiere.
—Lo se, no tiene remedio.
—Vaya... en serio estás enamorado de ella, hermano.
—¿Por qué lo dices? —la miré con curiosidad
—¿No te das cuenta que estás sonriendo? Lo haces cuando la mencionas.
Y ella tenía razón.
Por la noche Fuyumi se marchó y por alguna razón me sentí algo solo. Fue cuando decidí de manera subconsciente escribirle a Naoko un mensaje.
—¿Estas despierta? ¿Llegaste bien a la escuela?
Hola, si, lo siento, no me despedí. Es que creí que volvería al hospital pero se me hizo tarde—
—¿Puedo llamarte? ¿O estás estudiando?
Naoko tardó un momento en responder. Pude ver como escribía y borraba un par de veces. ¿A caso pasaba algo?
No, no estoy estudiando, puedes llamarme si quieres—
Entonces le marqué. Me sentí extrañamente nervioso de hacerlo, ansioso de escuchar su voz.
—¿Cómo va todo? —pregunté cuando contestó—. ¿Ya estas preparándote para el examen?
—Si, ya armé mi bolso del traje y me lo probé —respondió. Había algo en su voz que no terminaba por detectar. ¿Estaba desconforme?
—¿Y que tal te quedó? ¿Te gustó?
Soltó una risita débil.
—Si, me gustó, está muy bien.
Un silencio siguió por un rato.
—¿Vendrás a verme mañana? —quise saber.
—Si, por la mañana iré, quiero estar contigo.
—También yo, contigo y Luna...—agregué.
—Shoto... —dijo con una voz que pareció quebrada—, yo...
—¿Si?
Oí como suspiraba. ¿Qué pasaba de repente?
—¿Estás segura de que todo está bien, Naoko? Suenas algo triste.
—Si, es porque te extraño... —dijo al fin.
Quise creerle, de veras que si, pero no me convencía su voz. Algo andaba mal y ella no quería contármelo.
—¿Pasó algo en la escuela? ¿Estás preocupada?
Ella volvió a suspirar.
—No, Shoto no te preocupes, todo está bien. Es solo que tengo algo de sueño...
Así que no me lo diría...
—Naoko, no te preocupes, ya veraz que pronto saldré de aquí y estaré a tu lado de nuevo—, comencé— y, todo saldrá bien el lunes en el examen, ya verás. Podrás obtener tu licencia sin problemas.
—Gracias, Shoto, eres muy dulce. Buenas noches.
—Buenas noches.
Ella cortó luego de eso. Cerré los ojos intentando imaginar que las cosas en realidad estaban bien y que mis palabras habían servido de algo.
Naoko, dime, ¿porqué tu voz sonaba tan triste?
Naoko PoV
Lancé el teléfono sobre la cama y luego me dejé caer a su lado, devastada. El pecho me dolía y tenía ganas de llorar. Pero por más triste que estuviera, esto no podía llegar a Shoto.
—Lo siento, Luna... —susurré cuando sentí que apoyaba sus patitas delanteras sobre mi—. Pero Shoto no debe saberlo, o quizás enferme más.
No había importado cuanto rogara, ni con quien hablara. Era un hecho; Luna debía irse. Y se me partía el corazón.
La habían encontrado los maestros cuando se había pasado el día buscando a Shoto. Escapó de la habitación de Kaori mientras ella dormía la siesta, y terminó frente a la puerta de Shoto, en su edificio, maullando para que la dejaran entrar. Ella lo extrañaba tanto como yo, pero a diferencia de mi, no podía ir a verlo. Fue cuestión de tiempo para que uno de los maestros la encontrara.
—Perdóname, Luna —, la abracé y ella se acurrucó en mis brazos—, pero no podrás quedarte...
Ella volvió a maullar. Se daba cuenta de que yo estaba triste pero no lograba entender porqué. Vi como sus ojitos me observaban fijamente, como si se sintiera culpable de mi tristeza.
—No me mires así, no es tu culpa, es mia— lloré ya sin poder soportarlo más—. Debí cuidarte más.
Luna se acurrucó en mi regazo y ronroneó suavemente intentando consolarme.
Lo único que había conseguido para ella era tiempo. Me dieron una semana para que le encontrara un nuevo hogar. Eso fue todo lo que pude obtener aun con todos mis ruegos. Kaori también había intentado convencer a los maestros pero fue inútil.
Era diferente de Koji, porque el tenia un conejo con el que practicaba su habilidad, era más que una mascota. Eso era lo que me habían explicado cuando reclamé que era injusto. Pero lo que no entendían era que Luna también era más que una mascota, era parte de mi familia, era parte de mi alma...
Me quedé dormida sobre la cama esa noche, y desperté con mucho frio por la madrugada. Luna aun dormía a mi lado. Me entristecía saber que muy pronto ya no la vería al despertar.
¿Cómo iba a decirle a Shoto que por mi irresponsabilidad Luna ahora debía irse? Eso seguro le afectaría. Quizás se enfadaría conmigo pero lo peor sería que llegara a perjudicar su salud. Habían sido muy claros con él, debía descansar y seguir las instrucciones de su medico al pie de la letra si quería recuperarse. Si se enteraba que Luna debía irse intentaría el mismo arreglar el problema.
Salí a verlo al hospital después de las once de la mañana. Me había entretenido en cualquier cosa buscando una excusa para no tener que enfrentarme a él y mentirle al respecto para que no se preocupara. Yo era pésima mintiendo, el siempre me lo decía. ¿Podría a caso ocultárselo?
Por suerte cuando llegué su padre ya lo había visitado, ahora solo su hermana le hacia compañía, así que con ella allí, Shoto no preguntó por Luna. Cada día se veía mejor. No podía esperar para darle su regalo cuando lo dieran de alta.
El día pasó volando con tantas preocupaciones en mente. Y así fue como me encontré a mi misma sentada junto a Kaori en el bus que nos levaría al examen de la licencia provisional.
Un escalofrió de nerviosismo me recorrió cuando se detuvo para dejarnos bajar. El momento había llegado.
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Luna ~ BNHA Todoroki Fanfic
FanfictionDicen que en realidad no somos nosotros quienes adoptamos a los gatos, si no más bien son ellos los que nos adoptan a nosotros. Mi gata Luna tiene gustos muy particulares, sobretodo por un chico de cabello bicolor, y eso, bueno... ha traído algunos...