Capitulo 3

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Aguanté la respiración.

Cálmate Naoko, seguro no tiene nada que ver contigo, me dije a mi misma. Y por suerte esta vez el cielo me escuchó.

Llena de alivio oí a Yamada sensei explicar con su típico entusiasmo como se desarrollarían las actividades de las próximas semanas.

Debido a que en algunos meses se acercaba el proceso para sacar una licencia provisional de héroes, los estudiantes de la clase 2-A estarían ayudándonos a prepararnos en un sistema de tutorías y así entrenarnos para obtener la licencia provisional.

Escuchando a los maestros no puede evitar emocionarme. Mi sueño se había hecho realidad... ¡Al fin los conocería! Y podría aprender todo de ellos. Los ojos me quemaban de las ganas de levantar la vista hacia ellos ahí de pie, en el frente de la clase mientras el maestro los presentaba, pero por temor a cruzar la mirada con Todoroki me resistía lo que mas podía.

Aisawa sensei, que había venido con sus estudiantes, explicó que los tutores serian distribuidos por un sistema de emparejamiento de compatibilidad. Es decir, tomarían los resultados de nuestras pruebas, y verían en que éramos débiles, para luego asignarnos al tutor que más pudiera ayudarnos, y de quien más pudiésemos aprender. Los resultados estarían listos la próxima semana y las tutorías comenzarían justo después.

—Psst Naoko —, mi amiga llamó mi atención en un susurro. Me giré disimuladamente hacia ella — Todoroki te está mirando...

Mis mejillas se encendieron cuando instintivamente levanté la vista para comprobarlo y me encontré con sus ojos en los míos. Apartamos la vista al mismo tiempo. ¿Por qué me miraba? ¿Estaría molesto porque lo ignoré en el comedor? Rogué que no fuera así... Ojalá tuviera el valor y la oportunidad para explicar que había sido un malentendido. Ahora seguro pensaba que yo era una maleducada. De seguro por eso me observaba.

Noté lo bello del color de sus ojos, que iban en armonía con sus diferentes tonos de cabello. Hace tiempo con mis amigas habíamos pasado por fuera de uno de los gimnasios de práctica al aire libre mientras él y otros de sus compañeros entrenaban. A Kaori le impresionó mucho Deku, pero yo debo admitir que me había sentido más impresionada por las habilidades del hijo de Endeavor...

El hielo y el fuego danzaban como en un waltz mortífero y embelesante. Y desde ese día lo había admirado más que a cualquier otro de su clase. Desde ese día de vez en cuando me lo quedaba viendo cuando llegaba al comedor, y también cuando pasaba por fuera de su salón. Pero en todo ese tiempo, el jamás había reparado en mi, ni una sola vez, y eso... estaba bien.

Ahora yo había arruinado todo. Era mejor pasar desapercibida que llamar la atención de manera negativa, de hecho yo odiaba llamar la atención, sobre todo porque cuando me sentía observada me ponía demasiado nerviosa, lo que aumentaba mi torpeza. Desee con todas mis fuerzas que él olvidara lo que había ocurrido, y que las cosas volvieran atrás. Un mundo donde Todoroki no sabía que yo existía, un mundo donde yo no era molesta, ni torpe, ni lo había ignorado.

Suspiré. De repente me sentía triste. ¿Por qué ahora importaba tanto lo que él pensara de mi?

—¡Espero con ansias trabajar con ustedes! — exclamó Midoriya con una gran sonrisa, que me recordaba a la de All Might. Era como ver un rayo de sol aparecer entre las nubes. Y de alguna forma logró pasarnos a todos su entusiasmo.

— ¡Escuchen, montón de extras, más vale que se esfuercen en las pruebas de esta semana! —nos gritó Bakugo con su típico mal humor. Me recorrió un escalofrió. Seguro estaría perdida si él era mi tutor. Kirishima se rió con ganas.

— ¡Se que nos llevaremos muy bien! —la dulce Uraraka nos animó, haciendo que la tensión que había causado el grito de Bakugo se disipara. Era un ángel.

Ojalá me toque estar con ella, rogué en mi interior. Pude sentir los murmullos de mis compañeros deseando lo mismo.

Vi de reojo como los alumnos de la clase 2-A se retiraban en orden. Al fin podía relajarme, solté los músculos.

Por la tarde, cuando regresé a mi habitación, me espanté al darme cuenta de que Luna no estaba por ninguna parte. Igual que ayer, había escapado por la ventana. Solo espero que no la encuentren y la sigan hasta aquí...

Cuando ya estaba poniéndome nerviosa y me alistaba para salir a buscarla por los alrededores Luna apareció por la ventana con un guante negro entre los dientes.

— ¡Luna, de donde sacaste eso! —la regañe quitándoselo. Ella solo maulló indiferente, y recostándose en el suelo, levanto las patitas pidiéndome que la acariciara. Puse los ojos en blanco y pasé mi mano por su barriguita. Era tan suave que no podía enojarme con ella.

Me pregunté a donde habría ido esas dos tardes. Solo esperaba que el dueño o dueña del guante no la hubiese visto.

Al día siguiente era sábado, estaba nublado y hacia un poco de frio. Me levanté rápidamente recordando que debía ir a la tienda por comida para Luna. Cuando llegué, me alivió ver que no había nadie más ahí. No sería conveniente que alguno de mis compañeros me viera comprando comida para gato.

Recorrí los pasillos hasta encontrarla, y la puse en mi pequeña canasta, luego fui por leche. Llevaría también algo de fruta porque se me había acabado. Puse algunas manzanas y cuando me disponía a pagar me pregunté si con el alimento para gato y la leche sería suficiente. ¿Qué más comían los gatos? Me dirigí al pasillo de las latas buscando las de atun. Eso seguro le gustaría a Luna.

Para mi mala suerte el atún estaba en la parte más alta de la repisa. Salté una vez intentando alcanzarla, pero no pude; lo intenté otra vez sin éxito. Suspiré al darme cuenta de que tendría que usar mis poderes para obtenerla, aunque, en realidad, era pésima usándolos en espacios reducidos. Sin embargo antes de que pudiera siquiera intentarlo, una mano apareció sobre mi cabeza y bajó una lata para mi.

—Ten —dijo el muchacho, cuya voz reconocí al instante. De todas las personas que existían en el mundo, tenía que encontrarme con él en la tienda. Todoroki se sorprendió tanto como yo cuando me giré y reconoció mi rostro.

—Gra-gracias —balbuceé nerviosa, y rápidamente escondí la canasta con comida para gato en mi espalda. Debía salir de ahí si no quería que descubriera que estaba cuidando un gato ilegalmente.

 Debía salir de ahí si no quería que descubriera que estaba cuidando un gato ilegalmente

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—¿Solo necesitas una? —me preguntó bajando otra lata para si mismo.

Sonrojada, yo solo atiné a asentir y volviendo en mi misma me di media vuelta para ir rapidamente hacia la caja. Si veía mis compras se daría cuenta de lo que estaba llevado, y creería que tenia un gato o que la comida era para mi. No sabia cual de las dos opciones era peor...

Pagué fugazmente y puse todo en la bolsa de compras, sin embargo cuando puse un pie fuera de la tienda me di cuenta de que llovía a cantaros.

Luna ~ BNHA Todoroki FanficDonde viven las historias. Descúbrelo ahora