Dicen que en realidad no somos nosotros quienes adoptamos a los gatos, si no más bien son ellos los que nos adoptan a nosotros.
Mi gata Luna tiene gustos muy particulares, sobretodo por un chico de cabello bicolor, y eso, bueno... ha traído algunos...
No es por eso, no es por eso, no es por eso... Esa no es la razón por la que no he querido entrenar...
—¡Naoko! —corrí fuera de la biblioteca para detenerla, pero ella habia desaparecido del pasillo— No es por eso... —dejé escapar mientras me llevaba la mano a la cabeza.
Aun me era dificil entender completamente lo que habia ocurrido. Habia reaccionado demasiado lento, el shock que me causó lo que dijo Naoko me dejó sin saber que decirle. Para cuando me di cuenta de lo que estaba ocurriendo, ella ya se habia ido.
Habia sido grosero con ella sin darme cuenta y me arrepentí en el mismo instante en que escuché las palabras salir de mi boca. Pero es que cualquier cosa relacionada con el entrenamiento me ponía de mal humor...
Corrí por el pasillo con mil preguntas en la cabeza. ¿Por qué habia concluido ella que no entrenar significaba que estaba cansado de ser su tutor? ¿Por qué pensaba que quería deshacerme de ella? ¿A caso le habia dado esa impresión con algo que dije o algo que hice mal? Creí que era evidente que me agradaba pasar tiempo con ella.
Naoko, que no quiera entrenar no tiene nada que ver contigo y tiene todo que ver conmigo y mi insensatez...
Doblé en la esquina del pasillo con la esperanza de que se hubiera detenido en alguna parte pero no había señales de ella.
"¡Con gusto le diré a Aizawa sensei que te libere de mi incompetencia, para que puedas entrenar con alguien que sea más de tu altura!"
Los reclamos de Naoko resonaron en mi cabeza, haciéndome entender a donde habia ido.
Maldita sea, tengo que encontrarla antes de que llegue con Aisawa o será muy tarde. Rayos, Naoko, si creías que pensaba esas cosas de ti porque nunca lo dijiste...
Sin perder más el tiempo corrí en dirección a la sala de maestros. Recordé frustrado que si Naoko usaba sus poderes, era mucho más rápida que yo. Esa era una de las cosas que admiraba de ella.
Quizás debí decírselo...
A pesar de todo mi esfuerzo, cuando llegué al salón de maestros, Naoko ya no estaba ahí.
Al ver en el interior, vi a Aizawa sensei ordenando unos papeles. Me acerqué rapidamente esperando lo peor, y preparado para aclarar el malentendido si es que aun no era muy tarde.
—¡Sensei, por favor espere, no la cambie!— solté sin pensar al acercarme y ver que tenia su ficha en la mano.
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—Todoroki, es raro verte tan alterado —me miró, y luego frunció el ceño— ¿Podrias ser más especifico? No tengo idea de que estas hablando.
—A Naoko— me desesperé de que no me entendiera— se lo pido, no la reasigne...
—¿Naoko? ¿hablas de Naoko Kimura de la clase 1-A? —me preguntó poniéndose de pie para guardar su ficha en el estante. Yo asentí impaciente—. ¿Por qué los reasignaria?
