Naoko PoV
Al dia siguiente también Shoto actuó diferente conmigo. Parecía distante y me evitaba la mirada. No sonrió ni una sola vez, lo que comenzó a preocuparme. ¿A caso yo habia hecho algo mal? Shoto se limitaba a darme instrucciones cortas y respuestas monosílabas.
—Shoto, ¿pasa algo? —me atreví a preguntar— te noto algo... molesto.
—No estoy molesto —me respondió y bajó la mirada.
—Lo que dices y lo que haces van en direcciones opuestas — sonreí inclinándome para que me viera a los ojos. Por un segundo pareció que iba a devolverme la sonrisa, pero no lo hizo.
—Naoko, concéntrate, ¿si? —me pidió tomándome de los hombros, alejándome de él.
Comenzó a dolerme el estómago. ¿Por qué ahora era así conmigo? ¿Dije algo malo? ¿Hice algo que no le había gustado? ¿A caso se había aburrido de mi?
—De acuerdo... —accedí.
Luego de eso solo entrenamos y no dijimos nada hasta despedirnos luego de la práctica. Quizás mi abrazo de ayer luego de lograr volar había sido demasiado. ¿Y si creía que me gustaba? ¿Y si eso era lo que le molestaba? Quizas ahora se sentía incomodo conmigo, o tal vez me había tardado mucho en aprender lo que él me había pedido.
Tal vez se estaba dando cuenta de que no podría ganar la carrera con Bakugo y eso le preocupaba.
Solo pensar en todas esas cosas me quitó el hambre.
Luego de la hora de la cena, Kondo fue a buscarme para que entrenáramos defensa personal.
—Perdona que haya cancelado ayer de golpe —me dijo de camino a allá.
—No importa. Aproveché el tiempo para ordenar mi cuarto —le conté.
—¡Bendito sea el cielo, ya era hora! — exclamó levantando las manos en el aire.
—Ja. Ja —.Rodé los ojos—. Ni siquiera sabes cómo es mi cuarto...
—¿Es una invitación?
—Idiota —me reí empujándole el brazo. También él soltó una carcajada.
A pesar de que me había vuelto más hábil, Kondo aun lograba derribarme la mayoría de las veces. Sobre todo, hoy que estaba distraída por la forma en que Shoto había actuado conmigo.
Me levanté del suelo, recuperando el aliento.
—¡Vamos, Naoko, puedes hacerlo mejor que esto! —me dijo Kondo, mirándome con sus grandes ojos verdes.
—Lo se, es solo que, no estoy concentrada...
—¿Te preocupa la carrera? —ladeó la cabeza, y uno de sus mechones rizados quedó en su frente. Se lo hizo a un lado rápidamente.
—Si —mentí—. Pero no quiero pensar en eso ahora...
—Eso suena a que estás lista para que te enseñe un nuevo movimiento —me sonrió.
De hecho, creo que tiene razón.
—De acuerdo —acepté. Me arrepentí casi de inmediato. No le había dicho a Kondo que el hombro me dolía desde hace unos días, y pensé que ya se me había pasado, pero con la nueva maniobra de bloqueo que me enseñó, el dolor volvió.
Me aguanté sin decirle nada. No quería que él también pensara que yo era débil. Como resultado, el entrenamiento de esa noche terminó siendo mucho más pesado.
Me tiré sobre la cama, adolorida. Por suerte el ardor en mis músculos pasó un poco luego de una ducha caliente. Lo que no se me quitó fueron los moretones.
Antes de dormir me di cuenta de que no habia visto un mensaje de Shoto. Me lo habia enviado hace horas.
S—Mañana iremos al gimnasio del otro dia. Repasaremos velocidad de reacción. 18:31.
De acuerdo— 22:16. N
Me dormí rogando para que mi cuerpo estuviera listo para el entrenamiento de mañana.
No lo estuvo.
Shoto habia comenzado a hacer bloques de hielo y empujarlos hacia mi como hace tiempo lo habíamos practicado. Seguía igual de distante. Me habria gustado decir que su actitud no me afectaba pero era imposible no pensar en eso.
Para empeorar las cosas el hombro me dolió mucho cuando levanté la mano para detener el primer bloque de hielo. Seguí de todas formas. No le daría a Shoto otra razón para molestarse conmigo. ¡Ni siquiera entendía porqué estaba molesto en primer lugar!
Todo iba bien hasta que Shoto aumentó la velocidad con la que lanzaba el hielo. No pude levantar el brazo lo suficientemente rápido y el macizo me golpeó de frente.
Alcancé a cubrirme la cabeza.
—¡Naoko! —corrió Shoto hasta mi.
—¡Estoy bien! —dije intentando levantarme. Me ardió la rodilla y me di cuenta de que tenia un agujero en el pantalón y me sangraba.
Genial...
Rodé los ojos. Shoto se agachó a mi lado mientras yo subía la tela del pantalón para ver mejor la herida. Gran error. Shoto vió los moretones que tenia del entrenamiento con Kondo.
Me miró escandalizado.
—¿Qué te pasó? —preguntó observándome, y entonces tomó mi brazo adolorido para ayudarme a ponerme de pie. Solté un alarido y me llevé la mano al hombro instintivamente. ¡Tonta Naoko, basta!
—No es nada, solo me caí —disimulé el dolor.
—Eso mismo me dijiste el otro día —. Tomó mi mano y levantando un poco la manga vio los moretones que tenía en el brazo— ¡Naoko, quien te hizo esto!
Ay no, se enfadaría. Se enfadaría mucho si le decía.
—¡Ya te dije que me caí! —me bajé la manga y dí un paso atrás rápidamente—. En serio, no es nada de que preocuparse.
Shoto frunció el ceño, no me creía ni una palabra, no era tonto. Esperando a que agregara algo más me quedó mirando fijamente. Yo no iba a decirle nada. No podía si estaba enojado, no quería que culpara a Kondo y seguro lo haria aun que no fuera culpa suya. Shoto suspiró, con la mandíbula apretada, perdiendo la paciencia.
—No podemos entrenar así. Solo terminarás lastimada —me dijo— Vamos, te llevaré a la enfermería.
—¿Qué? Pero si ni siquiera estoy cansada— me quejé. De verdad no lo estaba, solo un poco adolorida; y a penas llevábamos veinte minutos de práctica—. No necesito ir a la enfermería. Solo son moretones.
—Naoko...
—¡Es en serio, estoy bien! — Por favor Shoto, no te enojes, se que tenias un plan para este entrenamiento, no quiero arruinarlo... — ¡Se que puedo continuar, Shoto!
—No. Se acabó por hoy. Ve a descansar.
—Pero-
—Pero nada. Mañana continuaremos.
Su voz sonó tan fría que no me atreví a replicar. Lo vi alejarse sin mirar atrás.
Me fui a mi habitación, medio deprimida. No era justo... si no hubiese visto mis moretones nada de esto habría pasado. Me quedé sobre la cama, mirando el techo. Ahora a demás de distante, Shoto estaba realmente molesto. ¿Cómo iba a arreglar esto?
Luna se acurrucó a mi lado, sintiendo mi tristeza. Acariciarla me hizo sentir un poco mejor. Eso hasta que me quedé dormida y la pesadilla que tanto odiaba volvió a aparecer en mi mente. Por alguna razón cada vez que algo malo pasaba volvía a mi. Desperté con el sonido de alguien tocando a mi puerta. Era Kondo. Seguro había venido a buscarme para entrenar.
—¡Ya voy! —exclamé poniéndome de pie. Los moretones ya casi no dolían, pero el raspón en la rodilla me molestaba bastante. Antes de salir me tomé un analgésico. No queria que Kondo también pensara que no podía entrenar hoy. La horrible pesadilla de alguna manera me habia recordado lo indefensa que era y cuanto necesitaba aprender a defenderme.
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Luna ~ BNHA Todoroki Fanfic
FanfictionDicen que en realidad no somos nosotros quienes adoptamos a los gatos, si no más bien son ellos los que nos adoptan a nosotros. Mi gata Luna tiene gustos muy particulares, sobretodo por un chico de cabello bicolor, y eso, bueno... ha traído algunos...