Naoko PoV:
Me sentía tan tonta y tan avergonzada que antes de darme cuenta ya tenía los ojos nublados de lágrimas. ¿En qué mundo fantástico vivía cuando pensé que podría ser mejor novia que Momo? ¡Ni en mil millones de años sería capaz de superarla! Era solo cuestión de tiempo para que Shoto se diera cuenta y me dejara, para que entendiera que yo nunca podría ser tan perfecta para él como lo era ella. Era solo cuestión de tiempo para que mi sueño acabara y mi corazón se rompiera.
No se cómo pude ser tan tonta y no me di cuenta antes. En el segundo en que vi a Meiko en el comedor de mi clase debí entender qué era lo que ocurría. ¿Cómo no se me pasó por la mente que si ella estaba ahí conmigo, Momo de seguro estaba con él? Creo que una de las peores sensaciones que alguna vez había experimentado era la impotencia al verla y darme cuenta de lo insignificante que era yo en comparación. Tan pequeña me sentía al estar frente a ella que no podía ni defenderme por mi misma.
Eso era lo que Kaori siempre me decía; que siempre dejaba que los demás me pasaran por encima. Pero, lo que Kaori no entendía era que yo tenia una razón muy buena para actuar así. ¿De qué servía confrontarla cuando sabía que sin importar el punto de vista en que se nos comparara, era Momo quien sería abismantemente superior?
Me dolía el estómago y tenia el corazón apretado. Odiaba sentirme así. Torpe, insignificante, humillada y celosa. Era la peor parte de mi. No quería que Shoto la viera, menos cuando lo que necesitaba ahora era apoyo y no problemas. Solté una carcajada amarga y miré al cielo, dándome cuenta de que eso era exactamente lo que Momo estaba dándole en mi lugar. Así no tardaría mucho en demostrarle a Shoto que era mejor que yo. Seguramente ese había sido su objetivo desde el principio: lograr que Shoto recordara cuan buena novia podía ser; que recordara las razones por las que se había fijado en ella en primer lugar y se olvidara completamente de mi. Y con como yo estaba ayudándola seguro no tardaría mucho en lograrlo.
Shoto va a olvidarme...
Sentí que las lágrimas regresaban.
¡Basta, basta, basta! Si no dejas de pensar esas cosas nunca vas a dejar de llorar.
Me sequé las lágrimas dándome cuenta de que sin quererlo había llegado al gimnasio donde el accidente con Midoriya y Shoto había ocurrido.
Suspiré recordándome lo que Midoriya me había contado. Que creía haber visto a la Chica del Antifaz. Me acerqué de a poco al gimnasio convenciéndome de que pensar en este misterio me ayudaría a olvidar lo afligida que me sentía por lo de Shoto y Momo.
Miré a mi alrededor cerciorándome primero de que no había nadie cerca. Quería ver el lugar, pero también quería mantenerme lejos de los problemas. Había cintas amarillas pegadas en la entrada, como para que entendiéramos que no era seguro pasar hasta que limpiaran.
Primero asomé la cabeza, y aliviada de no encontrarme con nadie, pasé por entre las cintas sin cortarlas.
El gimnasio era el mismo que Shoto y yo habíamos usado en el pasado para entrenar cuando él lanzaba bloques de hielo hacia mi y me hacía empujarlos. Mis músculos aun se quejaban de solo recordarlo. Pero me había hecho más fuerte. Shoto me había ayudado a ser mejor.
Suspiré de nuevo, con la respiración entrecortada, obligándome a dejar de pensar en Shoto, por el bien de mi cordura. Me detuve asombrada ante la gran montaña de hielo que tenía frente a mi. Era tan grande como la que le había visto hacer para el festival deportivo el año pasado.
No es que hubiese visto su video de la pelea con Midoriya quinientas veces.
No estoy loca... solo lo admiraba. Aun lo hago...
—¡Ah, ya basta, Naoko! —me di golpecitos en la cara dándome cuenta de que volvía a pensar en Shoto.
Las ventanitas en la parte superior de las paredes del gimnasio habían explotado con la presión de aire liberada, y había fragmentos de vidrio en las orillas del lugar. Un gran agujero en el centro del macizo de hielo, y una parte bastante irregular. Seguramente donde la explosión por la potencia del ataque de Midoriya había dejado el cuerpo de Shoto. Había sangre entre el hielo. Aparté la vista. No quería imaginar como se había lastimado.
Midoriya había dicho que todo había comenzado luego de que había vuelto de tomar agua... Que tenia deseos de superar a Shoto porque sabría que si lo hacía tendría el valor para hablar con Kaori y resolver las cosas.
Me di prisa y salí hasta los grifos de agua a un costado del edificio. ¿Sería ese el lugar donde se habían encontrado? Pero no tenía sentido. El lugar estaba bastante internado en la propiedad de la escuela, ¿Cómo podría haber llegado ahí la chica?
Por más que observé el lugar con cuidado, no encontré nada. Además la escuela tenía una seguridad tan buena que era casi imposible entrar y salir sin ser visto. Eso sin contar que el territorio era enorme y estaba cercado y luego había un área verde rodeando el recinto.
¿Será que solo estoy paranoica? Realmente habrá visto Midoriya a la Chica del Antifaz? Quiero decir, no es que no le crea, pero, ¿porqué vendría ella a la escuela?¿Porqué hablaría solo con Midoriya y luego se iría? ¿Cuál era su objetivo?
Frente a mis ojos pasó por un segundo fugaz el escalofriante recuerdo de nuestro encuentro en ese oscuro callejón. "Aléjate de mi camino, Naoko" me había dicho. Sentí que algo me presionaba el pecho y de la nada tuve mucho frio. El solo recordarlo me asustaba. Respiré profundo intentando calmarme, pero de repente la idea de que ya no estaba a salvo consumió toda la tranquilidad que había logrado reunir.
Es que si Midoriya tenía razón; si realmente había visto a la chica, la escuela ya no era un lugar seguro donde podía estar a salvo de ella. ¿Y si había venido a buscarme a mi pero en su lugar se había encontrado a Midoriya? Él sabía de la chica, yo le había contado a todo el grupo de la salida a la pista de hielo como lucía y lo que había hecho conmigo. Todos me habían acompañado a la policía ese día.
¿Y si Midoriya intentó detenerla y por eso ella lo atacó? Sentí que me mareaba.
—¡Naoko! —me tomó alguien del brazo. Me giré espantada solo para ver a Kondo. Lucía cansado y un poco sudado. Seguro recién había terminado de entrenar con Uraraka —¿Qué haces aquí? Los maestros dijeron que no nos acercáramos.
—Uh... yo...— la presencia de Kondo ayudó a que me calmara un poco.
—Estas pálida —, me observó—. ¿Estás bien?
—S-si. No es nada.
—No mientas, estas temblando. Tienes miedo ¿no? —yo aparté la mirada— ¿Porqué estás asustada? —yo no respondí. Kondo me miró fijamente y luego frunció el ceño—. ¿Dónde está Todoroki? Creí que estarías con él.
Sentí que se me clavaba una aguja en el centro del pecho al recordar a Shoto.
Me encogí de hombros sin responder.
—Ah, eso explica tus ojos hinchados—. Kondo me tomó de la muñeca sin previo aviso y me arrastró fuera de la zona restringida por las cintas, en dirección a los dormitorios.
Me dejé llevar por él, caminando sin darme cuenta de mis propios pasos. La verdad era que si Kondo no me hubiese sacado de ese lugar probablemente habría tenido un ataque de pánico o algo así. Nos detuvimos de golpe a unos cuantos metros de la entrada. Kondo aun me sostenía de la muñeca.
Extrañada porque se había detenido, levanté la mirada solo para encontrarme con la de Shoto que esperaba de pié en la entrada de nuestro edificio. Tenia la mirada fija en la mano de Kondo sobre mi brazo. Tiré un poquito, para soltarme de él. Me dejó ir solo para resoplar apretando los puños.
—Le advertí que no te lastimara —masculló entre dientes, observando fijamente a Shoto, quien comenzó a caminar hacia nosotros con el ceño fruncido.
—Kondo por favor solo olvídalo... —rogué angustiada. No quería causarle problemas a nadie.
—P-pero Naoko... —me miró él.
—Por favor —volví a pedirle.
Kondo resopló molesto, cruzándose de brazos. Shoto llegó hasta nosotros, sosteniéndome la mirada con intensidad.
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Luna ~ BNHA Todoroki Fanfic
FanficDicen que en realidad no somos nosotros quienes adoptamos a los gatos, si no más bien son ellos los que nos adoptan a nosotros. Mi gata Luna tiene gustos muy particulares, sobretodo por un chico de cabello bicolor, y eso, bueno... ha traído algunos...