22| Todos locos

910 137 208
                                    

West (definitivo) en multimedia:

Nota: LO AMOOOO

Nota 2: El actor mide un 1.82, pero imaginemos que es más bajo jajaja

-¿La silla de ruedas es necesaria, doctor? -cuestiona Lukyan, sus ojos examinan el aparato con inquietud

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

-¿La silla de ruedas es necesaria, doctor? -cuestiona Lukyan, sus ojos examinan el aparato con inquietud. Cuando lo trajeron hace unos minutos el extraterrestre se levantó de la cama de un salto y se escondió detrás de mí. No ha soltado mis hombros desde entonces. Ya ni los siento por la presión de sus dedos.

El poderoso Lukyan, rey de Andrómeda y seductor de humanos, le teme a una silla de ruedas... sálvese quién pueda.

El doctor estrecha los ojos y da un suspiro de exasperación nada disimulado. Hace una hora que está verificando ese formulario, comienzo a pensar que el muy imbécil lo hace para ignorarnos.

La mano de Lukyan busca la mía y le doy un leve apretón. El que tenga la palma sudada y que se aferre a mí como peluche es el menor de mis problemas.

Vamos, grandulón. No me digas que estás asustado.

Bueno, no te lo diré.

Ruedo los ojos y dejo escapar un bufido. Él ríe entre dientes.

Tomas mis palabras muy a lo literal.

Tal vez lo hago para enojarte.

¿Y?

Eres tierno cuando lo haces, pareces una mini olla de presión.

Evito su mirada.

Si lo sigo mirando es posible que me le lance encima...

Si llegas a hacerlo... no me quejaré...

Esas simples palabras son capaces dejarme sudando, de estremecerme. Y me atrevo a dirigirle la mirada, arrepintiéndome al instante, porque sus ojos acechan mis movimientos. Para mi infortunio -como siempre, maldita sea-, el doctor gruñidos está absorto en el papeleo y no tiene idea de mi lamentable estado.

¿Qué hablamos de leer mi mente, Vólkov?

Si quieres me detengo...

Lo observo de arriba a abajo, primero un simple vistazo; después, repitiendo el proceso de forma más pausada, me detengo en las zonas interesantes. Como su largo cabello castaño, brillante y un poco ondulado en las puntas; el arete dorado que porta en la oreja izquierda, que le da aires de pirata; terminando en sus brazos musculosos, siempre descubiertos, claro.

Gracias que lo están, no sabría vivir sin ver-

Un exagerado carraspeo me saca de mi ensueño. Es el doctor, que nos observa con el ceño fruncido, una mueca irritada aparece en su boca. Su interrupción no hace más que aumentar mi vergüenza.

¡Un rival de otro planeta!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora