24| Lo que haga falta

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Naomi Miller en multimedia.

Hay ocasiones sorprendentes y lindas

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Hay ocasiones sorprendentes y lindas. Ver a Naomi cabizbaja y con los ojos enrojecidos es sorprendente, a secas.

Lleva todo el almuerzo distraída, jugueteando con el pan de su hamburguesa. No sé si es por el regaño que se llevó porqué vomité su alfombra, por su ruptura reciente, o por Jules, que apenas entramos al comedor nos acribilló con preguntas.

-¿Tienes que sentarte con nosotros? ¿No hay mesa para ingenieros? -pregunto cuando arroja una uva al aire e intenta atraparla con la boca.

Se le cae al suelo y alguien la aplasta.

Reprimo una risa, es increíble su mala suerte.

Mira los restos de uva como haciéndoles brujería. En sus labios, en lugar de la sonrisa demoniaca de siempre, hay una mueca decepcionada.

Eres mi hermano, es obvio que las cosas no te saldrán.

-Obvio y lamentablemente -contesta luego de unos minutos. Está acomodando su cabello con ayuda de un espejo. No sé qué tanto se lo toca, es perfecto. -Y ustedes me dan chismes, los ingenieros no, ellos hablan de teorías conspirativas y aliens -sonríe a su reflejo, ya más animado.

De pronto, no tengo hambre. Dejo la hamburguesa a medio comer en la bandeja y miro que está haciendo Naomi.

Aliens. Aliens. Aliens.

Ella está callada y demasiado quieta para ser normal. Tensa diría yo. Sus ojos repasan el perímetro de la mesa, hasta que repara en los míos.

-¿Y esas caras largas? No me digan que se acordaron de Huesito -comenta Jules, oportuno como siempre.

Chasqueo la lengua.

Van meses que no escucho sobre el accidente de nuestro perro. Fue hace años, incluso antes de lo que pasó en Halloween.

-Acabas de echarle alcohol a la herida, gracias -grazna Naomi, la que empuja la bandeja hasta media mesa y entierra la cabeza entre sus brazos.

No lo conoció, pero escuchó la historia tantas veces de parte de papá y de Jules que quedó traumatizada.

Genial. Si no sé cómo curar un corazón roto, menos sé curar traumas infantiles.

-Ese perro era una joya, lástima que el pájaro loco lo atropelló.

Una imagen súper gráfica atraviesa mi mente. Cabello rojo, papá gritando, ojos llenos de lágrimas. El rechinar de las llantas en el pavimento.

Me llevo dos dedos a la sien. Palpita sin control, ese recuerdo me costará un dolor de cabeza de horas.

¿Y lo peor? Jules continúa describiendo todo lo que pasó.

¿Tacto? ¿Qué es eso?

-Tranquilos, tranquilos, está en el cielo perr-

¡Un rival de otro planeta!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora