39| Distorsión: parte 2

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ADVERTENCIA: la autora subió este capítulo muriendose el sueño. Si hay muchos errores es por eso :3 Que lo disfruten 

Canción principal en multimedia ;D (saquen sus propias conclusiones WUAAJAJAJA)

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—Señor Valli, despierte de una vez —la voz uva pasa del profesor Heart llega a mis oídos, fue tanto el shock de ver al gemelo malvado de Lukyan que estoy imaginando cosas.

Sigo en una especie de trance, un estado intermedio entre el sueño del Triángulo y mi vida diaria. Escucho a Heart llamarme, pero mis ojos siguen viendo esos orbes violetas. Trago saliva cuando un brillo malvado los inunda.

—Valli, no me haga tirarle agua o jalarle de la oreja. Está advertido.

De pronto esos ojos son oscuridad pura, la que tira de mí hasta consumirme en ella. Intento luchar con mi mente, empujarla lejos de mí. Sin embargo, se apodera de todos mis sentidos menos el de la audición.

El profesor Heart sigue intentando llevarme a la superficie del sueño.

—Oh, Vólkov. Maravilloso que esté aquí, su novio no despierta. A estas alturas de mi vida no puedo encargarme, como ve mis brazos están flacos como palos y solo soy un viejo.

—Está bien, yo lo hago por usted. Puede irse a su clase —escucho la voz del Lukyan verdadero, muy sobresaltado. Su tono es educado y amable, opuesto a la completa arrogancia del demonio. —¿Belleza? Vuelve, ¿sí? Te necesito conmigo, luchar por lo que quiero no es nada si tú no te unes.

Tan tierno.

Necesito grabar esto para después burlarme de él.

Y ocurre. Siento sus manos en mi espalda, de pronto la oscuridad que me rodea se va dispersando en volutas de humo negro.

Recupero el control de mis sentidos y al fin, libre de la influencia del triángulo, mis párpados van abriéndose. Una fuerza superior me lleva hacia arriba, como cuando impulsas los pies en una piscina y subes a la superficie. El aire se abre paso por tus pulmones, liberador y refrescante.

—¿Gigantón? —le susurro cuando aún no he abierto los ojos, tal vez por temor a encontrarme con su doble. Llegado un punto sus brazos me sostienen por detrás.

—¿Sí, belleza?

—Apartate, no quiero vomitarte encima.

Fan del romance. Así nací.

Unas arcadas terribles confirman lo que dije, de repente todas mis tripas empiezan a empujarse entre sí y arman la Tercera Guerra Mundial dentro de mí. Para el bien de Lukyan, él se aparta y yo tiro toda la cena de ayer en el suelo.

Mi consuelo es que sigo cumpliendo mi papel de rebelde sin causa.

La garganta me queda ardiendo como si acabara de fumar toda una caja de cigarrillos —cosa que nunca he hecho, prefiero otras formas de autodestrucción—, y hago una mueca de asco al ver el desastre que causé.

¡Un rival de otro planeta!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora