Un emo que no soporta que hagan chistes de su corta estatura, un gobernante de una galaxia destruida y una serie de sucesos que los llevarán al fin del mundo.
Cuando una noche una alta figura se cuela en su patio trasero y West descubre que no solo...
ADVERTENCIA: mención de muerte violenta, posible angustia por decisiones y pensamientos tercos de personajes *cof* *cof* Westville *cof* *cof*, un Lukyan nervioso a full.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Solo usó cuatro palabras y me dominó.
-¡NO LO VEAS, PERVERTIDO! -chillo histérico y cubro mis bóxer.
-¿Ahora eres conspiranoico? ¿O es que estás tan enamorado de mí qué quieres tenerme siempre encima? -ronronea cruzándose de brazos. Sus ojos viajan de mis clavículas a mis rodillas, sube de nuevo y se detiene en los marcianitos fosforescentes que se reparten por la tela.
-No me quieres ver enojado, Vólkov -le advierto con la voz temblorosa. Quiero sonar enojado, pero termino hacerle notar mi nerviosismo.
Esa bufanda le queda tan bien, ¿qué tal si me amarra con ella?
Basta, Westville. ¡Controla tus impulsos!
-¿Y si quiero? -inquiere alzando las cejas y da un paso al frente.
Fijo la mirada en el pomo de la puerta, está sin llave.
Retrocede y en un clic está cerrada. Un cosquilleo se hace presente en todo mi abdomen. Sé que acabo de despertar, que tengo que reclamarle, hacer un millón de cosas, pero por un momento quiero olvidarlo todo. Que solo seamos solo él y yo.
-Hoy duermes en el sofá -no suena a advertencia o a amenaza, sino a desafío. La adrenalina que todo mi estómago experimenta, las gotas de sudor que bajan por mi espalda, se incrementan al verlo sonreír.
-¿Para eso no necesitamos vivir juntos o estar casados?
-No empieces... -siseo entrecerrando los ojos, lo que no es suficiente para pararlo. Su mirada devora-adolescentes-con-rabia continúa memorizando la forma de mis muslos. -Sé lo que haces con esos ojitos brillantes y seductores, quieres poseer todo esto -para hacer más gráficas mis palabras llevo las manos a los hombros y las bajo por las cosquillas, hasta el elástico que me mantiene vestido.
Alza una ceja con incredulidad y niega con la mano. Vuelve a su habitual inexpresividad.
¿Fueron los marcianos? ¡Debí ponerme los Calvin Klein de oferta!
-Llevo cinco años en la tierra siendo un ser humano al 80%. Sabes que me transformé como último recurso, lo que me quitó, básicamente, todos mis poderes -expresa bajando la voz por momentos, cerrando y abriendo los puños. Hace una pausa y suspira con pesadez. Esto suena a declaración... tengo miedo. -Tener órganos diferentes, experiencias sensoriales extrañas, estar rodeado de conceptos inexistentes en mi galaxia, hace que cambie lo que pienso de cosas determinadas...
Frunzo el ceño, incapaz de comprender a dónde quiere llegar. Hace segundos estábamos a punto de comernos el uno al otro, ahora parece que vamos a tener una charla sentimental.
