Guardo unos libros en mi casillero, hago esto mientras observo a una multitud que se agrupa entorno al tablón de anuncios de la escuela, este mide dos metros y está colocado en una enorme pared, al parecer anunciaron algo importante, eso no ocurre todos los días.
El montón de gente, entre estos alumnos y profesores, hace un escándalo magistral, tanto así que me duelen los oídos de tanto escucharlos murmurar. Estoy que me retiro, pero no lo hago, una alta figura, mucho más alta que las personas que se congregan en el tablón, hace que todo lo que estoy haciendo quede olvidado y que haga todo lo posible para meterme en la multitud, a la que segundos antes, él entró.
Pido permiso y me adentro entre el tumulto de personas, estas se quejan porque no terminaron de leer. Me encuentro con Lukyan mirando un anuncio de color amarillo, muy llamativo, el que es una especie de convocatoria para entrar al equipo de tenis de la institución.
El tenis es el deporte por excelencia de mi escuela.
¿No podía ser el fútbol o el básquet?
¿Por qué el único deporte que no puedo practicar?
Lo peor es que de pequeño jugué tenis, y era bueno, el problema fue que me retiré por problemas personales. Nunca volví a ser el mismo después de lo que me pasó, nunca pude volver a entrenar o competir.
—Sé lo que piensas, West —me avisa el castaño a mi lado. Lo miro sorprendido, me olvidé de su presencia durante un momento. —Soy increíble e irresistible —rio ante su suposición y ruedo los ojos.
—Estás equivocado, estaba pensando en que sería bonito verte perder ante mí en el tenis.
Suelta una risa corta y arquea una ceja, no debí decir lo del tenis.
—¿Juegas tenis? —pregunta incrédulo.
Asiento orgulloso.
—Pues de dónde vengo hay un deporte es similar al tenis, si lo traducimos de mi idioma al español sería algo como golpeacabezas —comenta con ese tono que tanto me aterra.
Aterradoramente atractivo.
Abro los ojos cuando me doy cuenta de lo que dijo.
¿Golpea cabezas?
¿A qué se refiere?
No dejo las cosas así, las manos comienzan a sudarme. Se escucha violento, hasta gore.
—¿A qué se debe el nombre del deporte?
—Como el nombre lo dice, golpeábamos las cabezas decapitadas de nuestros enemigos con palos —responde como si fuera lo más divertido de mundo.
Sonrío incómodo y doy un paso atrás.
Corre, West. ¡Corre!
—¿Pasa algo? —Lukyan me está mirando divertido, al parecer mis reacciones lo entretienen.
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¡Un rival de otro planeta!
Science-FictionUn emo que no soporta que hagan chistes de su corta estatura, un gobernante de una galaxia destruida y una serie de sucesos que los llevarán al fin del mundo. Cuando una noche una alta figura se cuela en su patio trasero y West descubre que no solo...