13| Terapia con el bateado

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Foto que mandó Lukyan en multimedia.

Una sonrisa tonta me cruza la cara, no puedo evitarla por más que pueda, el solo pensar en mi beso con Lukyan me causa una felicidad inexplicable y hace que sonría como nunca antes

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Una sonrisa tonta me cruza la cara, no puedo evitarla por más que pueda, el solo pensar en mi beso con Lukyan me causa una felicidad inexplicable y hace que sonría como nunca antes.

¿Será esto el amor?

-¿Por qué te ves tan feliz? -pregunta Rebecca, pero no de la mejor manera, al parecer se levantó con el pie izquierdo -esto todos los días-, su ceño está fruncido y sus manos se aprietan fuertemente en el volante.

Ruedo los ojos y volteo a la ventana.

Aún no te he perdonado por mencionar a Júpiter.

Ante mi falta de respuestas ella chasquea la lengua y sigue conduciendo.

Nos dirigimos al hospital para la consulta con el psicólogo, odio la manía de mi familia de querer arreglar las cosas de manera indirecta.

¿No podemos hablarlo como la familia "funcional" que somos?

-West -me llama mi hermana, le respondo con un gruñido.

¿Qué quiere ahora?

-Responde bien, sino lo haces no te digo nada -dice en su típico tonito de soy mejor que tú.

Respiro con fuerza y aprieto los puños.

No saques de mis casillas, Rebecca.

-¿Qué?

-Eso tampoco es muy educado que digamos... -comenta la mujer, me mira con sus ojos negros, los que reflejan maldad -lo juro-, creo que está segura de que le responderé de forma "educada".

¡Ahhh! ¡Esto es demasiado para mí!

-Dime, hermana querida -digo en tono cortante, juro que mis palabras cortan más que un cuchillo recién afilado.

Como si la quisiera de verdad o fuera adorable, ¡mentira!

La castaña hace una mueca, sin embargo, empieza a hablar:

-Hablé con la secretaria de la directora.

¿Y eso es importante?

¡Háblame de algo que sí me interese! ¡Por mi abuela muerta!

-Después de la consulta con John iremos a tu escuela para buscar tus trofeos y medallas...

-¿¡Qué!? Eso es... ¡genial! -de repente toda la irritación y mal genio que me causó mi hermana son reemplazados por una extraña ansiedad.

Sentirse en la gloria por ganar. El sudor en mis extremidades. Besar la medalla. El sentirse satisfecho por servir de algo.

Los recuerdos de la vieja gloria se me hacen lejanos.

¡Un rival de otro planeta!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora