ADVERTENCIA: La nota de autora será bastante corta. Quiero publicar este capítulo cuánto antes, acabo de sacarlo del horno ;)
—¿Usted otra vez? —pregunta el anciano profesor Heart, en tono cansado. Se quita las gafas y lleva dos dedos a la nariz.
—Puede fingir lo que quiera, señor —me cruzo de brazos y apoyo la cadera en el marco de la puerta de detención. Naomi me dirige una mirada de ¿más? ¿no te cansas de que te castiguen?, le arrugo la nariz como respuesta. —Cuando lo admita será un hombre libre.
Ni yo sé qué estoy diciendo.
—Ilumineme con su sabiduría —hace una seña para que me siente y le hable, como un chico que respeta a las personas mayores le saco la lengua.
Cruzo la habitación y tomo asiento al lado de un chico tatuado, está de espaldas hablando con unas chicas, así que no le molesta. Naomi se encuentra a dos filas de mí, observando resignada.
—Soy su alumno favorito y me quiere tanto que no lo aguanta.
—¿Qué lo hace pensar eso, señor Valli? —inquiere sosteniendo mi mirada, sus ojos botan chispas. Por dentro bailo de lo mucho que me estoy divirtiendo al molestarlo.
—Me regaña en las clases, en los pasillos, en deten-
—Hago eso porque usted no para de hablar y de quejarse, nunca me ha dejado dar una clase decente —replica con condescendencia.
Resoplo ofendido, atrás de mí Naomi reprime una risita. Mis tripas se revuelven de la rabia.
¡Mi psicólogo sabrá de usted!
Estoy más que dispuesto a tirarle las mil verdades a la cara, pero el hombre abre un libro al mismo tiempo que despego mis labios.
¡La lectura es sagrada! ¡No puedo interrumpir tal ritual!
Irritado alzo la vista al reloj de pared. No han pasado ni 10 minutos de detención. Me hundo en la incómoda silla, deseando fusionarse con ella. Barro los ojos por la habitación, buscando algún tipo de entretenimiento.
El tipo tatuado —Barry, creo que se llama—está escribiendo en una libreta, y por lo que veo tiene una letra perfecta. Curva y apretada. Las chicas —su parecido me hace pensar que son gemelas—juegan al póker.
Suspiro aburrido.
No tengo el celular a la mano, como tampoco un libro, cartas o una buena imaginación para entretenerme.
Qué tortura.
Mi única neurona va a achicharrarse del aburrimiento.
Sostengo mi mentón con el puño y me concentro en el tik tak del reloj. Los párpados van pesandome a medida que relajo el cuerpo, esto al dejarme llevar por la monotonía del sonido.
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¡Un rival de otro planeta!
Ciencia FicciónUn emo que no soporta que hagan chistes de su corta estatura, un gobernante de una galaxia destruida y una serie de sucesos que los llevarán al fin del mundo. Cuando una noche una alta figura se cuela en su patio trasero y West descubre que no solo...