//Narrador Omnisciente
Los gritos de Samara son desgarradores, su piel está quemada y azotada, con cada hora que pasa su fuerza se va agotando. Puede ser un ángel desterrado, pero sigue manteniendo la fuerza de un ángel. Samara ha sabido resistir ante cada uno de los azotes y golpes que le ha proporcionado Pleics, no quiere rendirse, sin embargo ya no puede más.
Una gran fuerza poderosa se prepara en los terrenos celestiales, Dios está furioso con Satanás y ha mandado a los arcángeles y serafines que se enfrenten a Satanás y lo devuelvan al inframundo donde no logre salir de allí por hasta el fin de los tiempos. Sin embargo Pleics ha despertado la ira de Satanás, miles de demonios torturan al mundo y poco a poco se van a comenzar a extender por todo el universo.
El mundo es caos, los llantos y lamentos de aquellas personas inocentes y culpables siguen y siguen. Han despertado a la bestia que Satanás lleva dentro y todos están sufriendo por ello.
—¡Satanás, Lucifer y Belcebú! —la voz grave de alguien se hace presente en la tierra. Elian eleva la mirada y se da cuenta de lo que tiene delante de él.
Han llegado los arcángeles y serafines. El blanco de sus vestimentas y la furia angelical que desborda cada una de sus miradas hace el mundo estremecer.
—Miren quien se nos ha unido a la fiesta —se levanta de aquél trono improvisado y aletea un par de veces para estar a pocos metros de ellos.
—Te ordenamos en nombre de Dios que regreses al inframundo y si te rehusas serás castigado —habla uno de los serafines al mando.
Elian se comienza a reír haciendo que la piel de cada uno de los arcángeles se erice, sin embargo no era la típica risa burlesca, era una risa cargada de enojo. El ceño de Elian se frunce y repasa la mirada en cada uno de los arcángeles, hasta que su mirada se retiene en uno. Uriel.
—Ven aquí —le ordena a Uriel.
—No. Acaba con esto o habrán consecuencias —gruñe Uriel.
El corazón de Uriel estaba vacío, desde que su hermana se había marchado del paraíso no ha sido el mismo. Piensa que su hermana ha dejado de existir, ahora solo se dedica a lo suyo, proteger la tierra.
—Acabaré con esto cuando te acerques —Elian trataba de sonar calmado, pero la ira que lleva por dentro es indescriptible.
Uriel mira a todos lados para luego comenzar a avanzar, nadie le decía nada. Uriel comienza a subir aquellas escaleras de piedra quedado frente a Elian, él no le teme así que no tiene miedo de lo que vaya a pasar.
—Termina con todo esto —los ojos de Uriel brillan dejando ver su clara furia, la espada amenazante que sujeta en su mano no hace ni mover una sola fibra de aquel ser diabólico.
Elian se queda callado cuando eleva la mirada al cielo, aquellas dos criaturas capaces de transformarse en cualquier cosa, llegaban volando en forma de una especie de ave. Elian se traga sus palabras y mira nuevamente a Uriel.
—Ya no me sirves, vete —espeta.
Le da la espalda y de inmediato Uriel trata de atacarlo, sin embargo las alas de Satanás lo protegen y empujan a Uriel lejos, los arcángeles se ponen a la defensiva al igual que los serafines. Elian hace una seña con sus dedos indicandole a Samael, a Leiva y a los demás demonios que se encarguen de ellos.
Uriel se levanta del suelo y se apoya en los restos de un edificio que fue destruido, furioso con Satanás comienza a caminar en su dirección con la espada en la mano. Elian vuela hacia la azotea de un edificio que ha logrado mantenerse en pie y delante de él aterrizan los dos demonios volviendo a su forma original. Uriel despliega sus alas y aterriza a pocos metros, escondiéndose en una pared de cemento, donde se supone que es la zona de electricidad.
ESTÁS LEYENDO
La esposa de Satanás *COMPLETA*
RomanceSamara, un ángel guerrera sin duda muy hermosa y con una sensualidad fascinante, una guerrera fuerte, encargada también de darles paz y alegría a los niños que llegaban allí; pero cuando el mismo Diablo entra al paraíso a robar a su hermano Uriel, S...