La esposa de Satanás *COMPLETA*

Capítulo 27

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A la mañana siguiente mi ánimo no había subido mucho, todo es difícil de asimilar para mí. Ahora Elian y yo estamos comiendo solos en un gran salón, la mesa rectangular no es tan larga así que lo tengo a un metro de mí, el mantel blanco hace que todo se vea mejor y el plato casi lleno me es imposible de digerir.

—¿Entonces nos casaremos? —me pregunta Elián rompiendo el silencio tan ensordecedor que había entre nosotros.

—Si, eso creo —miro fijamente mi plato de comida y me llevo un pequeño pedazo de pescado a la boca sintiendo su sabor quedarse en mi paladar.

—¿Quieres ponerle fecha? —me pregunta y niego con la cabeza— ¿Qué tal en dos semanas? —elevo mi cabeza asombrada ya que la fecha es próxima.

—¿Qué? —digo impresionada— ¿En dos semanas?

Dos semanas

—Si, son más que suficientes para empezar los preparativos —dijo mientras se limpiaba la boca con su servilleta de tela—. Además quiero que seas mi esposa lo antes posible.

—Me casaré contigo en dos semanas —musito— ¿Qué es lo que se hace en una ceremonia como esta? —elevo mi mirada encontrándome con la suya.

—Se hace una gran fiesta por llamarlo de alguna forma, se invita a todos los Señores de la noche y Los señores de la luz —lo miro extrañada sin saber quienes son ellos—. Ellos son una gran corte divina, Los señores de la noche y de la luz hacen que lo dividido entre el cielo y la tierra no colapse —me explica brevemente.

—¿Cómo es que nadie nunca ha oído hablar de ellos? —pregunté.

—Solo aparecen en eventos importantes, como por ejemplo en la crucifixión de Cristo, que por cierto también estuve allí, cuando moisés dividió las aguas, entre otros eventos. Se mantienen escondidos, solo saben de su existencia Los Serafines, Dios, su hijo y yo —dice—. Ahora ellos vendrán a la ceremonia, aparte asistirán también la mayoría de mis demonios y por último asistirán los siete demonios más poderosos que existen, los siete primeros demonios que salieron del paraíso uniéndose a mí —termina de explicarme.

—¿Qué llevaré puesto?

—De eso se encargará Eider, traerá tu vestimenta y si no te gusta lo que ella haya escogido, puedes cambiarlo.

—¿Eider? ¿Quién es Eider?

—Eider es una de los siete, aunque parece inofensiva no debes subestimarla, es poderosa —sus labios se curvan en una sonrisa al hablar de ella, es como si estuviera orgulloso.

—¿Y dónde está Eider ahora? —pregunté.

—Ella recorre la tierra sin saber dónde ir, ella es lujuria, tan seductora y sexi que hechiza a hombres y mujeres para sacarles provecho. Ya está enterada de todo, vendrá tres días antes de la ceremonia.

—¿Algo más que tenga que saber?

—Sí, Los señores de la noche y de la luz no me caen muy bien que digamos así que pueden hacernos la velada imposible y estresante —se lleva un pedazo de salmón a la boca y bebe un poco de whisky.

—¿Y por qué los invitas?

—Por obligación.

La conversación continúa un rato más, sin embargo la idea de casarme con Elian me tiene nerviosa. Me levanto de la silla y comienzo a caminar hacia su dirección, su mirada se mantiene fija en mí analizando cada uno de mis movimientos.

Tomo asiento a su lado y me inclino hacia él.

—Aún si nos unimos —Elian se inclina y tomo su mejilla acariciando levemente su piel tersa— seguiré odiandote —pestañea una vez cambiando el color de sus ojos, se que eso es lo que le excita y a mi me excita poder hacer eso.