//Pov Elian
—Buenas tardes Satanás —es lo primero que dice Yutuks, el jefe de los señores de la luz.
—No tienen nada de bueno si tengo que verlos.
—Educado, como siempre —dice Yutuks irónicamente. Coloco mis ojos en blanco ya fastidiado por su presencia.
—¿Qué quieren? —les pregunto— Se supone que no tienen que venir hasta el día de la ceremonia.
—Convocamos una reunión ahora —me contesta— con Eider o como se suele llamar a sí misma la reina de la avaricia y con Samael.
—Que nombre más ridículo —bufo— y no puedo ahora, así que tendrán que esperar hasta después de la ceremonia —comienzo a caminar hacia las escaleras con intención de ignorarlos.
—Satanás, la reunión va a ser ahora —detengo mi paso y gruño, me van a molestar más si no voy y no voy a tener tiempo para lo que realmente quiero.
Bajo del escalón y comienzo a caminar hacia la sala de reuniones, los catorce seres me siguen silenciosamente mientras camino, una vez allí abro ambas puertas dejando ver la sala. La gran mesa rectangular con capacidad para treinta se deja ver, camino hacia el telefonillo y ordeno a uno de los demonios que llame a Eider y Samael que vengan hacia aquí.
Me siento en mi sitio que está en el lado vertical de la mesa, los demás se sientan donde les place dejando dos puestos para que se siente Eider y Samael. Los siete señores de la luz se sientan a mi derecha mientras que los siete señores de la noche se sientan a mi izquierda.
Eider y Samael llegan minutos después y me miran extrañados, se sienta cada uno a cada lado quedándose cerca de mí.
—Bien, ya estamos todos ¿Para qué están aquí? —cuestiono. Veo de reojo a Eider observando como se cruza de brazos.
—Estamos aquí para pedirte que detengas esta aberración que quieres cometer —haba Yukuts.
—¿Ajá?
—Satanás ¿No te das cuenta de lo que podrías desatar? —me pregunta él.
—No me importa, si lo quiero lo hago —digo con simpleza.
—Tienes que detener tu unión sí o sí.
—¿Y por qué? —frunzo el ceño, ya me están comenzando a sacar de mis casillas.
—¿Acaso la quieres?
—No voy a contestar a tus estúpidas preguntas —mascullo.
—¿Por qué no la haces tu esclava y acabas con todo este circo que estás montando? —mi mirada se dirige a Pleics, el líder de los señores de la noche— Mírate, pareces un niño malcriado queriendo hacer lo que te da la gana.
Mis labios se curvan en una sonrisa y me recuesto en mi asiento, sus palabras no me afectan.
—Ya tengo suficientes esclavas —lo miro con altivez cosa que me hace subir el ego—. Pero si quieres te dejo unas cuantas para que te diviertas —bromeo.
—¿Para qué montar este circo? Te tomas muchas molestias querido Satanás —sonríe él.
—Porque quiero, puedo y se me da la maldita gana de casarme, querido Pleics —le contesto.
—Bueno, suficiente —nos interrumpe Yukuts— Satanás, detén esto, sabes perfectamente las consecuencias que puede traer tu unión con ese ángel. Miles de millones de vidas, el universo entero estará en riesgo, la tierra colapsará. El fin de los tiempos vendrá antes.
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La esposa de Satanás *COMPLETA*
RomansaSamara, un ángel guerrera sin duda muy hermosa y con una sensualidad fascinante, una guerrera fuerte, encargada también de darles paz y alegría a los niños que llegaban allí; pero cuando el mismo Diablo entra al paraíso a robar a su hermano Uriel, S...