Capítulo 16

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— Nunca, en toda mi vida... Ya verán cuando llegue a casa su padre, un disgusto como éste nunca me lo dieron Bill, ni Charlie, ni Percy...

—Percy, el prefecto perfecto —murmuró Fred.

—¡PUES PODRÍAS SEGUIR SU EJEMPLO! —gritó la señora Weasley, dándole golpecitos en el pecho con el dedo—. Podrían haberlos matado o podrían haberlos visto, y su padre haberse quedado sin trabajo por su culpa...

Les pareció que la reprimenda duraba horas. La señora Weasley enronqueció de tanto gritar y luego se plantó delante de Harry, que retrocedió asustado.

—Me alegro de verte, Harry, cielo —dijo—. Pasa a desayunar.

___ soltó una pequeña risa mirando a los colorines y el repentino cambio de la señora Weasley.

— Oh, ___, querida, ¿cómo has dormido?

— De maravilla, ¿que hicieron ahora?

— Fuimos a rescatar a Harry y mamá nos reta por eso.— susurro George.

—¡Ya ha llegado! —dijo Ron—. ¡Papá está en casa!

El señor Weasley se sento en una silla de la cocina, con las gafas quitadas y los ojos cerrados.

—¡Qué día! —farfulló, cogiendo la tetera mientras los muchachos se sentaban a su alrededor—. Nueve redadas. ¡Nueve! Y el viejo Mundungus Fletcher intentó hacerme un maleficio cuando le volví la espalda.

—¿Encontraste algo, papá? —preguntó Fred con interés.

—Sólo unas llaves que merman y una tetera que muerde —respondió el señor Weasley en un bostezo.

—¿Quien encantaría unas llaves para que encojan? —preguntó George.

— No os creeran las cosas que a la gente le ha dado por encantar...

—¿COMO COCHES, POR EJEMPLO?

—¿Co-coches, Molly cielo?

—Sí, Arthur, coches —dijo la señora Weasley, con los ojos brillándole—.
Imagínate que un mago se compra un viejo coche oxidado y le dice a su mujer que quiere llevárselo para ver cómo funciona, cuando en realidad lo está encantando para que vuele.

El señor Weasley parpadeó.

—Bueno, querida, creo que estarás de acuerdo conmigo en que no ha hecho nada en contra de la ley, aunque quizá debería haberle dicho la verdad a su mujer... Verás, existe una laguna jurídica... siempre y cuando él no utilice el coche para volar. El hecho de que el...

—¡Esta noche, tus hijos han ido volando en el coche hasta la casa de Harry y han vuelto! —gritó la señora Weasley—. ¿No tienes nada que comentar al respecto?

—¿Es verdad que hicieron eso? —preguntó el señor Weasley, nervioso—. ¿Fue bien la cosa? Qui-quiero decir —titubeó, al ver que su esposa echaba chispas por los ojos—, que eso ha estado muy mal, muchachos, pero que muy mal...

—Dejémosles que lo arreglen entre ellos —dijo Percy a __ en voz baja, al ver que su madre estaba a punto de estallar—. Vamos arriba.

La joven le siguió sin titubear, se adentraron en la habitación de Percy, en ese momento ___ percibió varios papeles ocultos en una esquina.

— ¿Que es eso?

— Oh no, no veas eso.— Percy se paro frente a la chica.— No es nada interesante.

— ¿Que son? ¿Poemas, dibujos?

— Cartas.— Él camino hasta sentarse en la esquina de su cama.

— ¿Por qué tienes tantas cartas?

— Porque nunca las envié.

— Si, eso es obvio— dijo la joven riendo.— ¿porque no las mandas?

— Son para ti.— Percy sonrío nervioso.— Nunca las mande porque son vergonzosas, y decidí que prefería demostrarte mi amor que escribirlo, pero, si algún día me llegará a pasar algo, tendrás una docena de cartas que leer por si no quedo claro cuánto te amo.

— Percy Ignatius Weasley, eres un romántico sin remedio.

___ sonrió y se sento en las piernas de Percy para besar los labios del pelirrojo, él la tomo de la cintura para acercarla más a su cuerpo. La puerta de la habitación se abrió y detrás aparecieron los gemelos.

— ¿No les enseñaron a tocar?— inquirió el mayor.

— Bueno, tu si que sabes hacerlo.—dijo Fred refiriéndose a las manos de Percy levemente posadas en el trasero y piernas de la chica, el mayor las retiro lentamente al notar las miradas de sus hermanos, ___ se levanto avergonzada.— Hay alguien que quiere verlos.

— ¿Quién?

— Vayan a abajo.— dijo George con complicidad.

Los gemelos corrieron hacía abajo nuevamente, Percy y ___ se miraron.

— Te juro que si es una broma...

— Bueno, hay que averiguarlo.— interrumpio la joven. Una vez bajaron, la vista de ellos se enfocó en la persona frente a Molly.— ¡Charlie!

— Hola querida.— se abrazaron fuertemente, luego el mayor abrazo a Percy.— ¿como estan tortolitos?

— Excelente, tengo mucho que contarte.— dijo la joven.

— Tengo mucho que escuchar entonces.— Charlie removió el cabello de Percy haciendo que el menor se alejara disgustado.— Estas más alto, si estás de mi altura ya no será divertido molestarte.

— Tengo suficiente con Fred y George, sobretodo cuando ___ se une.

— Tres bromistas en la familia, me alegra estar con los dragones.

— ¿En la familia?— inquirió la joven.

— Llevas 6 años siendo la novia de mi hermano, no sé cómo lo haces pero eres digna de admirar— dijo Charlie entre risas.— Eres de la familia ___.

Pasaron la tarde entre risas, anécdotas, bromas de los gemelos, imitaciones de dragones por parte de Charlie, y demás, el último día de vacaciones de ese año no pudo ser mejor, y ___ realmente deseaba que fueran así los siguientes años, junto a su nueva familia.

Prefecto Perfecto.- Percy Weasley y Tú.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora