Capítulo 14.

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La semana de exámenes había llegado a su fin, ___ confiaba en que su constante esfuerzo daría frutos, en ese momento, la joven Snape se encontraba sentada junto a Percy, el cuál tenía la cabeza recostada en el hombro de la chica mientras jugaba con los dedos de ella y pensaba si todas las respuestas de los exámenes estaban correctas. La hora de la fiesta se aproximaba, así que ambos jóvenes se dirigieron al Gran Comedor, el cuál estaba lleno de alumnos y profesores, y decorado con los colores de Slytherin, verde y plata, para celebrar el triunfo de aquella casa al ganar la copa durante siete años seguidos. Un gran estandarte, que cubría la pared detrás de la Mesa Alta, mostraba la serpiente de Slytherin.

—¡Otro año se va! —dijo alegremente Dumbledore—. Y voy a fastidiarlos con la charla de un viejo, antes de que puedan empezar con los deliciosos manjares. ¡Qué año hemos tenido! Esperamos que sus cabezas estén un poquito más llenas que cuando llegaron... Ahora tienen todo el verano para dejarlas bonitas y vacías antes de que comience el próximo año... Bien, tengo entendido que hay que entregar la copa de la casa y los puntos ganados son: en cuarto lugar, Gryffindor, con trescientos doce puntos; en tercer lugar, Hufflepuff, con trescientos cincuenta y dos; Ravenclaw tiene cuatrocientos veintiséis, y Slytherin, cuatrocientos setenta y dos.

Una tormenta de vivas y aplausos estalló en la mesa de Slytherin.

—Sí, sí, bien hecho, Slytherin —dijo Dumbledore—. Sin embargo, los acontecimientos recientes deben ser tenidos en cuenta.

Todos se quedaron inmóviles. Las sonrisas de los Slytherin se apagaron un poco.

—Así que —dijo Dumbledore— tengo algunos puntos de última hora para agregar. Dejadme ver. Sí... Primero, para el señor Ronald Weasley...

Ron se puso tan colorado que parecía un rábano con insolación.

—... por ser el mejor jugador de ajedrez que Hogwarts haya visto en muchos años, premio a la casa Gryffindor con cincuenta puntos.

Las hurras de Gryffindor llegaron hasta el techo encantado, y las estrellas parecieron estremecerse. Se oyó que Percy le decía a los otros prefectos: «Es mi hermano, ¿saben? ¡Mi hermano menor! ¡Consiguió pasar en el juego de ajedrez gigante de McGonagall!».

Por fin se hizo el silencio otra vez.

—Segundo... a la señorita Hermione Granger... por el uso de la fría lógica al enfrentarse con el fuego, premio a la casa Gryffindor con cincuenta puntos.

Hermione enterró la cara entre los brazos. Harry tuvo la casi seguridad de que estaba llorando. Los cambios en la tabla de puntuaciones pasaban ante ellos:
Gryffindor estaba cien puntos más arriba.

—Tercero... al señor Harry Potter... —continuó Dumbledore. La sala estaba mortalmente silenciosa—... por todo su temple y sobresaliente valor, premio a la casa Gryffindor con sesenta puntos.

El estrépito fue total. Los que pudieron sumar, además de gritar y aplaudir, se dieron cuenta de que Gryffindor tenía los mismos puntos que Slytherin, cuatrocientos setenta y dos. Si Dumbledore le hubiera dado un punto más a Harry... Pero así no llegaban a ganar.

Dumbledore levantó el brazo. La sala fue recuperando la calma.

—Hay muchos tipos de valentía —dijo sonriendo Dumbledore—. Hay que tener un gran coraje para oponerse a nuestros enemigos, pero hace falta el mismo valor para hacerlo con los amigos. Por lo tanto, premio con diez puntos al señor Neville Longbottom.

Alguien que hubiera estado en la puerta del Gran Comedor habría creído que se había producido una explosión, tan fuertes eran los gritos que salieron de la mesa de Gryffindor. ___ se puso de pie y vitoreo a Neville, que, blanco de la impresión, desapareció bajo la gente que lo abrazaba. Nunca había ganado más de un punto para Gryffindor.

— Lo que significa —gritó Dumbledore sobre la salva de aplausos, porque Ravenclaw y Hufflepuff estaban celebrando la derrota de Slytherin—, que hay que hacer un cambio en la decoración.

Dio una palmada. En un instante, los adornos verdes se volvieron escarlata; los de plata, dorados, y la gran serpiente se desvaneció para dar paso al león de Gryffindor.

Snape estrechaba la mano de la profesora McGonagall, con una horrible sonrisa forzada en su cara. Severus miro a su hija e hizo una sonrisa ladeada...___ quedó extrañada pero sonrió de igual manera, unos brazos la alzaron despegandola del piso por completo, soltó un grito por la impresión, Percy la sujetaba con fuerza mientras celebraban el primer triunfo de Gryffindor en todos sus años de estudio.

— Te amo.— susurro el pelirrojo.

— ¿Qué? No te escucho.

— Te amo.— Repitió levantando la voz, __ lo escucho.

— ¿¡Qué!?

— ¡QUE TE AMO!

— ¡Son la mejor pareja de Hogwarts!— Grito Fred del otro lado del comedor.

___ rió y junto sus labios con los de Percy.

— También te amo.

— Ven conmigo estas vacaciones, mamá estará encantada de tenerte allí.

— No quiero ser una molestia.

— Oh, vamos, di que si.

— Esta bien.

Percy sonrió conforme, y se unieron al banquete, entre risas, coqueteos y otras cosas.

Al día siguiente, por la mañana, recibieron sus calificaciones, las de Percy y __ eran más que excelentes, así que, satisfechos con sus notas comenzaron a empacar sus cosas.

Cuando llegaron al expreso de Hogwarts, ambos jóvenes se sentaron juntos mientras hablaban de las muchas aventuras que harían durante las vacaciones, y recordaban los años anteriores, pensando en los próximos 2 años que quedaban y en su futuro, porque realmente, anhelaban un futuro juntos.

Prefecto Perfecto.- Percy Weasley y Tú.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora