Capítulo 25.

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—¿Dónde estabas?— pregunto Percy preocupado—. Llevo esperándote aqui hace 15 minutos.

—No tengo una brújula mágica que me diga dónde estás, Percy.

—Claro que si, tienes el mapa!

—No lo menciones aquí, estamos en el Gran Comedor, además lo tiene Fred.

—¡Feliz día de San Valentín! —gritó Lockhart—. ¡Y quiero también dar las gracias a las cuarenta y seis personas que me han enviado tarjetas! Sí, me he tomado la libertad de preparar esta pequeña sorpresa para todos ustedes.. ¡y no acaba aquí la cosa!

Lockhart dio una palmada, y por la puerta del vestíbulo entraron una docena de enanos de aspecto hosco. Pero no enanos así, tal cual; Lockbart les había puesto alas doradas y además llevaban arpas.

—¡Mis amorosos cupidos portadores de tarjetas! —rió Lockhart—. ¡Durante todo el día de hoy recorrerán el colegio ofreciéndo felicitaciones de San Valentín! Estoy seguro de que mis colegas querrán compartir el espíritu de este día. ¿Por qué no piden al profesor Snape que les enseñe a preparar un filtro amoroso? ¡Aunque el profesor Flitwick, el muy pícaro, sabe más sobre encantamientos de ese tipo que ningún otro mago que haya conocido!

El profesor Flitwick se tapó la cara con las manos. Snape parecía dispuesto a envenenar a la primera persona que se atreviera a pedirle un filtro amoroso.

—Por favor, Hermione, dime que no has sido una de las cuarenta y seis —le dijo Ron.

—Estoy seguro que __ es una— dijo Percy, y la chica sonrió sin negarlo.

Los enanos se pasaron el día interrumpiendo las clases para repartir tarjetas, ante la irritación de los profesores, y al final de la tarde, uno de ellos alcanzó a Percy.

—¡Eh, tú! ¡Percy Weasley! —gritó un enano de aspecto particularmente malhumorado, abriéndose camino a codazos para llegar a donde estaba Percy.— una carta.

—¿En serio me enviaste una carta, __?

—No es mía.— respondió ella con curiosidad.

Percy frunció el entrecejo, pues sabía que no le estaba mintiendo, él abrió la carta para darle un vistazo.

—Dice 'te veo en la biblioteca a las 18:00', no tiene nombre ni nada.

—¿Irás?— pregunto la joven esperando una respuesta negativa.

—¿Segura no la enviaste tu?

—No es mía, Perce.

—Entonces no iré.

—¿No te da curiosidad saber de quién es?

—Ni un poquito.

—Pero podría ser alguien interesante, quizás... Quizás te agrada.

—___, nadie podría agradarme más que tú, si? Además, no hablo con nadie más en Hogwarts, a quién podría gustarle?

—¿Qué hay de Clearwater?

—¿Quien?

—La prefecta de Ravenclaw, Percy— él chico no dijo nada pero tiro la carta al basurero—. Vamos, he visto como te mira.

—¿Has visto como la miro?— dijo Percy parándose frente a ella y posando sus manos en los hombros de su novia, la joven nego—. No lo has visto, porque no lo hago, __. Desde que te conozco no he visto a nadie más que a ti, eres la única persona en el mundo que iría a ver a la biblioteca a las seis de la tarde.

—¿Señorita Snape? Una carta.— interrumpio otro enano.

—Gracias... Supongo que no la enviaste tú—. Pregunto al chico y este nego.— 'te veo en la torre de astronomía a las 18:00'

—¿No dice de quién es?

—Esta firmada, es de Oliver Wood.

—¿Irás?

—¿Sabes? Tú deberías ir a la torre y yo a la biblioteca.

—Es una pésima idea, ___.

—¿Tienes una mejor?

—Si. Mira, estoy cansado, es San Valentín, y tengo a una hermosa chica delante de mi con la que quiero estar el resto de la noche. No con Penélope Clearwater, ni con Oliver Wood. Contigo.

—¿Y que haremos? Digo, es San Valentín, podríamos hacer algo que no sea cotidiano.

—Vamos a Hogsmeade.

—¿Quién eres y qué le hiciste a mi novio?— pregunto la joven dudosa y Percy sonrió—. Bien, no es una mala idea. Sígueme.

Ambos caminaron por varios pasillos hasta uno de los corredores secretos, la joven paso por una puerta oculta y Percy le siguió, caminaron algunos minutos en la densa oscuridad, hasta que Percy saco su varita, pronunciando un suave «lumos», __ abrió otra puerta y salieron a la calle principal de Hogsmeade.

—Escuche que la Tienda de té de Madame Tudipié tiene una decoración y descuentos especiales por San Valentín.— comento Percy.

—¿Ya tenías planeado esto, no?

—Quizás.

La joven río nerviosa y ambos fueron a la tienda mencionada por Percy, tomaron asiento en una mesa junto a la ventana, los jóvenes comenzaron a hablar en seguida de temas controversiales, sumergiéndose en risas y un buen ambiente, ambos se entendían y complementaban perfectamente.

—¿Qué pasa?— dijo la joven al ver cómo Percy dejo de reír un momento—. ¿Todo bien?

—Sé que siempre digo que vivamos el presente y no nos preocupemos del futuro, pero el tiempo pasa muy rápido y lo único de lo que estoy seguro, es que no quiero perderte.

—No vas a perderme, Perce.

—Quédate conmigo, aún cuando no quieras verme, quédate.

La joven se inclinó para besar tiernamente al pelirrojo, se separaron a penas un centímetro y aún con los ojos cerrados __ hablo.

—Siempre estaré a tu lado, y nunca amare a alguien como te amo a ti, quédate tranquilo de eso.

Prefecto Perfecto.- Percy Weasley y Tú.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora