Prefecto Perfecto.- Percy Weasley y Tú.

Capítulo 7.

2 meses después.

En la mañana de Halloween se despertaron con el delicioso aroma de calabaza asada flotando por todos los pasillos. __ se levantó con más ánimo de lo habitual, la joven tenia una sonrisa en el rostro y parecía que nada podría arruinar su día, salió de las habitaciones y se dirigió a la sala común, Percy sonrió al ver a la chica, conocía bien sus acciones y aunque no tenía conocimiento de la alegría de la joven le transmitió la misma felicidad con sólo ver su sonrisa.

— Es Halloween.

— Lo he notado, estas feliz hoy.

— Claro, es Halloween.

— Oh no, en nuestros 5 años en Hogwarts jamás te has emocionado por una festividad.

— He dormido bien, es la primera vez que duermo todas las horas que me corresponden desde que llegamos.

— ¿Que hacías las otras noches?

— Estudiar.— dijo la joven con obviedad.— hacer los deberes extra, cosas así.

— Es decir, que Wood no te entrego su tarea esta noche.

__ Snape estuvo a punto de rodar los ojos pero a cambio de eso se aflojo la corbata y sonrio más.

— Es un día feliz, Weasley, no lo arruines.

— Si, Percival, no lo arruines.— dijo George pasando un brazo por los hombros de la joven Snape.— ¿Que clase les toca?

— Adivinación.— se apresuró a contestar Percy.— será mejor que nos demos prisa.

__ asintió rápidamente y se dirigió al aula tomada de la mano del pelirrojo, se sentaron en una de las mesas junto a Wood. La profesora Trelawney se acercó con su típica expresión de terror en el rostro, tomo la mano de la joven Snape la cual fruncio el ceño.

— ___, ¿podrías quedarte después de clase?

— Por supuesto.

La clase transcurrió como normalmente, algunas tazas y platos rotos, algunas decepciones y otros complacidos, __ por su lado sólo estuvo en espera de la finalización, cuando está por fin llegó, Percy se fue a regañadientes, la única hija de Severus se acercó a su profesora y tomo asiento frente a ella.

— A penas has entrado he sentido algunas cosas, ___.

— ¿Cosas malas?

— No tengo una completa seguridad, pero tal vez en algunos años o muy pronto...sufriras muchas pérdidas, más que cualquiera.

— ¿A qué se refiere con eso?

— No lo sé.

— ¿Percy estará bien?

La profesora Trelawney relajo su expresión y sonrió.

— Nunca había visto alguien que se preocupara más por los demás que por si mismo, Percy estará bien, pero en algún momento su hermosa relación llegará...

— ¿A su fin?

— No exactamente, pero cambiará. Recuerda __, la adivinación es la materia más incierta, sólo tu y tus decisiones pueden variar.

— Profesora, ¿se ha enamorado alguna vez?— la mujer abrió los ojos sorprendida.— siempre pondré primero a Percy que a mi.

La joven sonrió y se dirigió al Gran comedor, se sentó junto a Percy, mil murciélagos aleteaban desde las paredes y el techo, mientras que otro millar más pasaba entre las mesas, como nubes negras, haciendo temblar las velas de las calabazas.

— ¿Todo bien?

— Si, sólo quería hablar de mi futuro.

___ se estaba sirviendo una patata con su piel, cuando el profesor Quirrell llegó rápidamente al comedor; con el turbante torcido y cara de terror.

Todos lo contemplaron mientras se acercaba al profesor Dumbledore, se apoyaba sobre la mesa y jadeaba.

—Un trol... en las mazmorras... Pensé que debía saberlo.

Y se desplomó en el suelo.

Se produjo un tumulto. Para que se hiciera el silencio, el profesor Dumbledore tuvo que hacer salir varios fuegos artificiales de su varita.

—Prefectos —exclamó—, conduzcan a sus grupos a los dormitorios, de inmediato.

Percy y __ estaban en su elemento.

—¡Siganme! ¡Los de primer año, mantenjanse juntos! ¡No necesitan temer al trol si siguen mis órdenes! Ahora, vengan conmigo.

— Hagan sitio, tienen que pasar los de primer año. ¡Perdón, soy una prefecto!

—¿Cómo ha podido entrar aquí un trol? —preguntó Harry, mientras subían por la escalera.

—No tengo ni idea, parece ser que son realmente estúpidos —dijo Ron—. Tal vez Peeves lo dejó entrar; como broma de Halloween.

Pasaron entre varios grupos de alumnos que corrían en distintas direcciones.
Mientras se abrían camino entre un tumulto de confundidos Hufflepuffs.

La pareja fue la última en entrar a la sala común, __ se sentó para hacer bromas con los gemelos Weasley. Tuvieron que llevar el banquete a la sala común, cuando Severus Snape entró con una bendeja de pollo frito todo se quedó en silencio.

— __, ¿podrías darme un minuto?

La joven asintió rápidamente y acompañó a su padre a la salida de la sala común.

— ¿Qué sucede?

— No me has dado tiempo de hablar.

— Te escucho.

— has ganado dos premios anuales, y has salido prefecto, independientemente de que seas de Gryffindor o no, yo si estoy orgulloso de ti, porque eres mi hija y has hecho las cosas como debías hacerlas.

— Ya es tarde para cambiar las cosas, Severus.

— Lo sé, te estoy pidiendo un nuevo comienzo.

— Te di muchas oportunidades, más de las que puedo contar, yo necesitaba un padre, alguien que me ayudará, que me entendiera y que me protegiera y lo único que he recibido todos estos años de ti a sido tu odio, no me pidas un nuevo comienzo porque yo ya te lo di todo. Percy ha hecho más por mi de lo que tu has hecho nunca.

La joven rodeo al hombre y entró nuevamente en la sala común, miro el plato dorado que tenía hace momentos pero no probó nada de lo que había en el.

— Debes comer.

— No tengo ganas.

— Odio decirlo pero Percy tiene razón.— __ miro a George como si no pudiera creerlo y luego sonrió divertida.— no digas nada, si no quieres comer, no comas.

— Quiero ver la sonrisa que tenías está mañana.—  La joven miro a su novio y sonrió radiantemente, tomo su plato y comenzó a comer, Percy miró a la chica con la preocupación y ternura que le provocaba.— Te amo.

La chica se quedó con el tocino en el tenedor y soltó una risa nerviosa antes de dejar un casto beso en los labios del pelirrojo.

— También yo, Weasley.