Capitulo 46.

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—¿No te cansas?— ___ miró a Oliver sin entender la pregunta, el chico amarro una carta a su lechuza—. De escribir cartas, quiero decir.

—Me gusta escribirle a Percy...

—Pero él no a ti, verdad?— la joven apretó los dientes y Wood sonrió sin mirarla—. Tu lechuza siempre vuelve sin nada y la de Percy no ha vuelto a Hogwarts en el mes que llevamos aquí— él la miro y cruzo los brazos—. ¿Así que no te cansas, de esperar una respuesta que jamás llegará?

—Molly dice que trabaja demasiado.

—Que trabaje su interés por ti.

Oliver sacudió el cabello de la chica antes de retirarse de la lechucería, pero sus palabras resonaban con firmeza en todo el ser de la joven, ___ sintió como un escalofrío recorría su espalda, limpio con violencia una lágrima que resbaló por su mejilla, rompió la carta que iba a mandarle a Percy y tomó el mismo camino que Wood hace unos segundos. Llegó finalmente al Gran Comedor.

—¿Ya ha dejado alguien su nombre? —le preguntó ___ a Ron.

—Todos los de Durmstrang —contestó él—. Pero de momento no he visto a ninguno de Hogwarts.

—Seguro que lo hicieron ayer después de que los demás nos acostamos —dijo Harry—. Yo lo habría hecho así si me fuera a presentar: preferiría que no me viera nadie. ¿Y si el cáliz te manda a freír espárragos?

Alguien se reía detrás de ellos. Al volverse, vieron a Fred, George y Lee Jordan que bajaban corriendo la escalera. Los tres parecían muy nerviosos.

—Ya está —le dijo Fred a __ en tono triunfal—. Acabamos de tomárnosla.

—¿El qué? —preguntó ella con una sonrisa tímida.

—La poción envejecedora, cerebro de mosquito —respondió Fred.

—Una gota cada uno —explicó George, frotándose las manos con emoción—. Sólo necesitamos ser unos meses más viejos.

—No estoy muy convencida de que funcione, ¿saben? Seguro que Dumbledore ha pensado en eso.

—¿Listo Fred?— pregunto George ignorando a su amiga.

—Listo George.

—Hasta el fondo.

___ observó cómo Fred se sacaba del bolsillo un pedazo de pergamino con las palabras: «Fred Weasley, Hogwarts.»  Avanzó hasta el borde de la línea y se quedó allí, balanceándose sobre las puntas de los pies, luego tomó aire y dio un paso para cruzar la línea.

Durante una fracción de segundo, ___ creyó que el truco había funcionado.
George, desde luego, también lo creyó, porque profirió un grito de triunfo y avanzó tras Fred. Pero al momento siguiente se oyó un chisporroteo, y ambos hermanos se vieron expulsados del círculo dorado. Cayeron al suelo a tres metros de distancia, haciéndose bastante daño, y para colmo a los dos les salió de repente la misma barba larga y blanca.

En el vestíbulo, todos prorrumpieron en carcajadas. Incluso Fred y George se rieron al ponerse en pie y verse cada uno la barba del otro.

—Les advertí —dijo la voz profunda de alguien que parecía estar divirtiéndose, y todo el mundo se volteo para ver al profesor Dumbledore. Examinó a Fred y George con los ojos brillantes—. Les sugiero que vayan los dos a ver a la señora Pomfrey.

—Yo los llevaré— se ofreció __ aún sonriendo y Albus asintió.

Fred y George salieron para la enfermería acompañados por ___.

—No puede ser— dijo Pomfrey corriendo de un lado a otro—. ¡Dos más! Increíble, aunque la barba de ustedes me gusta más que los que ya han pasado por aquí.

Fred le dió un codazo a George y alzo las cejas coquetamente.

—Es que somos más guapos, Madame Pomfrey— la mujer negó con una sonrisa mientras preparaba más té—. ¿Y a ti que te pasa?

—¿Por qué lo dices?— preguntó la joven sentandose en la misma camilla que Fred—. ¿Tengo algo raro?

—Absolutamente— respondió George—. Está no es nuestra ___.

—Luces triste y seria— dijo Fred—, aún cuando estamos frente a ti con la apariencia más ridícula que podrías imaginar.

—Wood dijo algo.

—¿Hay que darle un susto de muerte, muerte literalmente, o algo así?

—No Fred, déjalo tranquilo, después de todo... Tiene razón.

—¿Sobre qué?

—¿Es sobre Percy?— ella asintió a la pregunta de George—. ___, Oliver está enamorado de ti hace años, creo que solo busca una oportunidad para deshacerse de él y estar contigo.

—Tu hermano no responde a mis cartas...

—¡Que desgraciado!— dijo George sobresaltandose y volviendo a su cabello pelirrojo tras beber el té—. ¿Ni una sola palabra?

—¿Llevas escribiéndole todo este tiempo y él a ti no?— ella asintió—. Debe haber una explicación lógica para eso, seguro está ocupado en el trabajo, ya sabes cómo es Percy.

—Wood dijo que debería trabajar su interés en mi.

Los gemelos abrieron la boca sorprendidos y luego se mantuvieron en silencio los tres.

—Bueno creo que a Wood se le pasó la mano al decir eso— dijo George.

—Pero no deja de tener razón— le dijo Fred a su hermano—. ___, no mereces eso.

—Pero yo...

—Amas a Percy, lo sé— dijo Fred—. Pero deberías tener una vida feliz, algo mejor que esto.

—Quizás venir aquí fue un error— susurro la chica—. De haberme quedado con él no tendría este problema ahora.

—Que él no acepte los cambios no es tu problema— se quejo George—. Percy debe adaptarse, hacer horarios en su vida, que sé yo, para ser tan listo es bastante estúpido.

—Y Wood debería darte una disculpa, o al menos recibir una pequeña venganza.

—Wood no tiene nada que ver aquí, chicos. Es algo que ya resolveré con Perce.

—Cuando te conteste...— Fred y ___ miraron sin expresión a George—, lo siento, lo dije sin pensar, perdón.

Todos comenzaron a reír luego de unos segundo y Pomfrey los echó de la enfermería, los gemelos dejaron un beso en la frente de su amiga antes de separar sus caminos.

Prefecto Perfecto.- Percy Weasley y Tú.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora