Capitulo 39.

813 101 2
                                    

—Vamos a comer en el jardín —les dijo Molly—. Aquí no cabemos doce personas. ¿Podríais sacar los platos, chicas? Bill y Charlie están colocando las mesas. Ustedes dos, lleven los cubiertos—les dijo a Ron y a Harry.

—¿No necesitas ayuda con algo más, Molly?— pregunto ___.

—¡Con esos dos! —estalló de pronto, mientras sacaba cazuelas del armario. ___ comprendió que se refería a Fred y a George—. No sé qué va a ser de ellos, de verdad que no lo sé. No tienen ninguna ambición, a menos que se considere ambición dar tantos problemas como pueden. No es que no tengan cerebro —prosiguió irritada, mientras llevaba la cazuela a la cocina y encendía el fuego con otro toque de la varita—, pero lo desperdician, y si no cambian pronto, se van a ver metidos en problemas de verdad. He recibido más lechuzas de Hogwarts por causa de ellos que de todos los demás juntos.

—Debes recordar que siguen siendo solo un par de chicos, ya van a madurar.

—No sé en qué nos equivocamos con ellos —dijo la señora Weasley posando la varita y sacando más cazuelas—. Llevamos años así, una cosa detrás de otra, y no hay manera de que entiendan... ¡OH, NO, OTRA VEZ!

Al coger la varita de la mesa, ésta lanzó un fuerte chillido y se convirtió en un ratón de goma gigante.

—¡Otra de sus varitas falsas! —gritó—. ¿Cuántas veces les he dicho a esos dos que no las dejen por ahí?

Cogió su varita auténtica, y al darse la vuelta descubrió que la salsa humeaba en el fuego. ___ sonrió ligeramente, pues ella también fabricaba esas varitas falsas.

—___, linda, ¿puedes ir a echarles una mano a Bill y a Charlie?

La joven asintió rápidamente dejando sola a la señora Weasley y salió al patio por la puerta de atrás.

Al mismo tiempo, desde el otro lado de la casa llegó un ruido como de choque. Comprendió qué era lo que había causado el ruido cuando entró en el jardín y vio que Bill y Charlie blandían las varitas haciendo que dos mesas viejas y destartaladas volaran a gran altura por encima del césped, chocando una contra otra.

La mesa de Bill se estrelló contra la de Charlie con un enorme estruendo y le rompió una de las patas. Se oyó entonces un traqueteo, y, al mirar todos hacia arriba, vieron a Percy asomando la cabeza por la ventana del segundo piso.

—¿Quieren hacer menos ruido? —gritó.

—Lo siento, Percy —se disculpó Bill con una risita—. ¿Cómo van los calderos?

—Muy mal —respondió Percy malhumorado, y volvió a cerrar la ventana dando un golpe.

Riéndose por lo bajo, Bill y Charlie posaron las mesas en el césped, una pegada a la otra, y luego, con un toquecito de la varita mágica, Bill volvió a pegar la pata rota e hizo aparecer por arte de magia unos manteles.

A las siete de la tarde, las dos mesas crujían bajo el peso de un sinfín de platos que contenían la excelente comida de la señora Weasley.

___ estaba junto a Percy, quién ponía a su padre al corriente de todo lo relativo a su informe sobre el grosor de los calderos.

—Le he dicho al señor Crouch que lo tendrá listo el martes —explicaba Percy dándose aires, mientras mantenía su mano posada en el muslo de ___—. Eso es algo antes de lo que él mismo esperaba, pero me gusta hacer las cosas aún mejor de lo que se espera de mí. Creo que me agradecerá que haya terminado antes de tiempo. Es que no contamos con el apoyo que necesitaríamos del Departamento de Deportes y Juegos Mágicos... Ludo Bagman...

—Ludo me cae muy bien —dijo el señor Weasley en un tono afable—. Es el que nos ha conseguido las entradas para la Copa.

—Desde luego, Bagman es una persona muy agradable —repuso Percy—, pero no entiendo cómo pudo llegar a director de departamento. ¿Sabes que Bertha Jorkins lleva desaparecida ya más de un mes? Se fue a Albania de vacaciones y no ha vuelto...

Prefecto Perfecto.- Percy Weasley y Tú.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora