PRÓLOGO

360 126 134
                                    

La vida no es una mierda, la forma en que la vivimos sí.

Que idiotas somos todos al creer que estamos preparados para cualquier cosa. Porque no lo estamos. Yo no estaba preparada para lo que se avecinaba. Pero lo pasé, por los pelos, pero lo logré.

Mi nombre es Alicia Scott. He vivido en Tampa toda mi vida, y en Tampa tuve también los peores momentos de la misma. Tengo 21 años, asisto a la universidad. A esta edad, he sufrido muchas cosas.

A los 7 años, vi a mi madre morir a manos de mi padre. A los 8 años, vi a mi padre ser llevado preso por la policía, mientras me gritaba que la pasaría muy mal por haberlo delatado. A esa edad, me mudé a vivir con mi tío Fredd, su esposa Zonia y mi prima Fernanda. Mi tío me amaba, las otras, me odiaban pero me soportaban por él. Cuando tenía 10 años, este murió en un accidente de tránsito. Desde entonces, Cenicienta de la casa. A los 15, mi tía me dio una galleta por algo que no hice. A los 16, le devolví la galleta y ella me mandó a una consulta de psicología. A los 17, casi pierdo mi virginidad con un idiota porque estábamos borrachos. A los 18, me fui de casa hacia la universidad, en busca de una nueva vida. A los 20, le di una lección a un gilipollas, y es lo que pretendo contarte.

Fuiste elegido al azar para conocer de mí, y lo único que te pido, es que nunca le hables a nadie de lo que verás.

No, no es la historia de cómo maté a alguien. Tampoco es terrorífica. Pero es mi historia, y quiero que la conozcas, para que si algún día te pasa algo parecido, lo evites.

Si no quieres acabar decepcionando, con ganas de saber más, no la leas. Porque aquí no hay más que 30 días.

Ahora, prepárate para el mes más apasionado y misterioso de mis 20 años...

30 Días Donde viven las historias. Descúbrelo ahora