DÍA DIECIOCHO

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Que empiece a sonar la canción correcta, en el momento correcto, es solo... MÁGICO...

Me he despertado con algo nuevo para variar... ¡BUEN HUMOR!

Eso, obviamente no es algo que ocurre todos los días. Y menos en los que me tengo que enfrentar a la bicha de la profesora de Matemática en el primer turno. Pero, en un mundo de locos, tener sentido no tiene sentido.

Sí, esa frase me ha marcado la vida. La adoro. Entre el Sombrero Loco y Cruella de Disney, he encontrado un buen sitio. Jeje.

Con una sonrisa en mis labios, me alisto para un nuevo día. Ropa casual, cero maquillaje y cero ojeras, rostro feliz, melodía de Uptown Funk de Bruno Mars ft. Mark Ronson en mis oídos y ánimo para enfrentar al mundo y cagarme en él, es todo lo que tomo para salir a la batalla de un nuevo día.

Las calles de la facultad están medianamente transitadas, no todos estudiamos en el primer turno de la mañana.

Como es costumbre para mi linda rutina mañanera, camino en dirección a la cafetería de mi querido amigo Jordan para comer un buen desayuno, que consiste en café con leche y unas galletas caseras que venden que te iluminan el día.

Con una gran sonrisa....

Tu alegría me asusta, si te volviste Monroe, me suicidio.

Cállate. Con una gran sonrisa entro al establecimiento y me dispongo a pedir mi desayuno al muchacho de la barra.

-¡Hola! Un café con leche y las Galletas Maryland por favor-el chico toma el pedido y sonríe. Es lindo, y obviamente nuevo en el lugar.

Me siento en la barra. Doy un vistazo a la no tan pequeña cafetería, con varios universitarios recién despiertos preparándose para un nuevo día. Mi mirada va de mesa en mesa hasta que me sorprende encontrarlo.

Veo a Christian sentado en una mesa solo, tecleando algo en una laptop.

¡Qué guapo es Abuela Santa!

Mi humor sube y me dispongo a ir a saludarlo. Pero, exactamente, se queda en disponer. Una chica morena se sienta a su lado y le pasa un café. Y él le sonríe. Y ella le devuelve la sonrisa. Y empiezan una conversación muy sonrientes. Y yo siento que mi buen humor se fue a Saturno.

Y ni puta idea de porqué. Al fin y al cabo, solo conversan.

Pero se sonríen.

¡No ayudas! La impotencia sólo me permite quedarme clavada en la silla viendo la escena. De repente, se comienzan a reír, a carcajadas. Y algo en mi se activa, explota. Una sensación bastante mala.

Eso es que estás..

¡NO!

Estás...

¡NI SE TE OCURRA!

Vale, no lo diré.

Vuelvo a mirar la escena. Puto. Me coloco los audífonos otra vez para relajarme con el sonido de la música.

I'm so sick of myself
I'd rather be, rather be
Anyone, anyone else
But jealousy, jealousy
Started followin' me (he-he-he, he-he)

Me arranco los audífonos de golpe. ¡You got to be kidding!

Ja, hasta Olivia Rodrigo lo sabe.

Cierra el pico. Fulmino a Christian con la mirada y agradezco a Dios que no haya notado mi presencia. Otra chica, una pelirroja, los saluda. A Christian con la mano, amistosamente. A la morena con un beso.

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