DÍA VEINTIDÓS

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Ella apartó la mirada, pensativa haciéndome sentir algo que hace mucho tiempo había olvidado, sentir miedo. Miedo a su reacción. ¿Y si decide alejarse?

Christian Dallas

Cuando terminamos las clases, le escribí. Le indiqué que me recogiera para conversar. Apuesto a que se sintió confundido, pero para confusiones estoy yo.

Ahora, estoy agarrada a él mientras conduce por un camino. Sospecho que eligió llevarme al lugar de la primera cita.

Tengo tantas dudas que aclarar, que de seguro olvidaré muchas.

Yo he tomado la decisión más sabia de mi vida: Mientras tú escuchas lo que te tenga que decir, yo analizo cada facción de su rostro. Por si decides alejarte, yo no lo olvidaré. Listo.

Ay genial, que inteligente. Bravo. Añadir aplausos. ¿¡Crees que tengo ganas de alejarme!? ¡No!

¿Y si te dice que mató a alguien?

Bueno pues... me enamoré de los Stein y de Elijah Pride, que más muertes a sus espaldas no pueden tener.

Aprende esto de una vez: La vida NO es una novela de Wattpad.

-Llegamos-su voz me saca de la batalla mental.

Me bajo sin decir nada y contemplo el lugar. Es precioso. En serio, sigo sin creer que sea real.

Me acerco al agua e introduzco un dedo, haciéndome desear llevar traje de baño.

Siempre puedes ser primitiva y optar por la opción de desnudez. No es como si nunca te hubiera visto así.

Vale, es cierto.

-Alicia, por favor-Christian me habla y lo miro directamente por primera vez en el día-. Tu silencio me está matando, y voy a colapsar en una crisis nerviosa si no hablas.

¡Como si eso fuera tan sencillo! Llevo dos días sin poder conciliar el sueño. Ok, es drama. Por alguna razón, el hambre y el sueño tienden a agravarse cuando estoy en problemas en lugar de desaparecer. ¿Guay eh?

-Bien-me digno a hablar y suspiro-. ¿Puedes prometerme que serás completamente sincero conmigo? Estoy cansada de los dramas y los misterios. De sentirme en una telenovela. Quiero poder respirar. Quiero mirarte sabiendo quien eres Christian, no imaginando.

-Lo prometo-su voz se escucha triste, temerosa. Parece un niño pequeño asustado. ¿Pero de qué?-. Yo también quiero pedir algo- guardo silencio esperando su petición-. Quiero que sepas que ese yo, nunca fue real. Fue falso e hipócrita, un escudo para callar mis sentimientos -asiento.

Me acerco a él para sentarme a su lado, pero me detiene y me besa. Suave, como una caricia. En su beso puedo notar que está triste, es como si quisiera recordar cada centímetro de mi boca, como si se estuviera despidiendo.

Mis brazos rodean su cuello y tomo su pelo en mis manos, decida a disfrutar del contacto. Él me acerca más, pero sin perder el ritmo. Desearía tener una foto de este instante, con nuestro lugar de fondo.

Se separa y une nuestras frentes mientras juega con mi nariz, sacándome una sonrisa.

-En caso de que decidas alejarte, prometeme que me guardarás en tu memoria así, como un lindo recuerdo y no como una decepción-susurra, sin apartarse.

-Te lo prometo, príncipe ladronzuelo -ahora es él quién sonríe levemente.

Deposita un suave beso en mi nariz y se sienta, con la vista en el pasto. Imito su acción.

30 Días Donde viven las historias. Descúbrelo ahora