30 Días

DÍA DIEZ

Hay una persona para todo en este mundo... él está para agotarme la paciencia y hacerme caer en sus juegos... él está para enamorarme... y lo está logrando...

- Señorita Scott, concéntrese- me reprende la profesora Ruiz. Es la mujer más insoportable de la faz de la tierra, y para colmo, da matemáticas.

No me malinterpretes, adoro las matemáticas, sobre todo la parte de aritmética. Pero cuando tienes una asignatura tan complicada, lo menos que podrías tener es un buen maestro.

Pero no, hasta en la universidad hay que aguantar a profesores insoportables. No entiendo para que tengo que estudiar esto si voy a ser editora, pero es una asignatura básica en el programa de la facultad.

- Profesora Ruiz, créame, estoy concentrada- le digo intentando sonar neutral.

- Pues yo te veo en las nubes- dice y regresa a su puesto.

Ya me gustaría estar en las nubes, bien lejos de usted, bruja. Le saco la lengua mentalmente.

Así pasa el turno. Esa mujer saca de sus casillas a cualquiera.

Al salir del aula, una chica se me acerca. Creo que compartimos alguna clase... no sé...

- Hola, ¿Tú eres Alicia Scott cierto?- me pregunta.

- Sí, soy yo. ¿Por?

- No es nada, pero me mandaron a entregarte esto- me da un globo inflado, de color negro y una aguja- Y la persona que me lo dio, dice que lo debes explotar en la puerta a las 2 en punto.

Me dice eso y da media vuelta. Son la 1:59p.m.. Corro hacia la puerta. Como diría la canción: La curiosidad, me mata y no aguanto.

El reloj marca las 2 en puntos y exploto el globo. De él, cae un papel.

Negro, como el odio, como el dolor, como las emociones fuertes que siento a tu lado.... negro como mis horas sin ti.

Eso es todo lo que contiene el papel. Ahora sí que siento curiosidad. No posee ningún nombre, firma, nada...

- Hola- dice un chico acercándose a mi.- Me mandaron a entregarte esto- mi corazón se acelera cuando me da un globo azul-. Dice que lo debes abrir en la cafetería a las 2:10p.m..

Y con la misma que apareció, se fue. Pero no tengo tiempo, corro desesperadamente hacia la cafetería. Llego a la hora exacta y exploto el globo.

Azul, como la tristeza que abarcó mi vida tras la discusión, como la estabilidad de mis pensamientos a tu lado... azul, como la confianza que me has arrebatado en tan corto tiempo.

No doy crédito a lo que estoy leyendo. Mi corazón está amenazando con salirse de mi pecho. Y cuando una chica se acerca a mi, sonrío como tonta.

- Ábrelo frente a la biblioteca a las 2:30p.m. -y me entrega un globo amarillo.

De nuevo, empieza la carrera hasta la biblioteca. Llego dos minutos antes de la hora indicada, pero espero.

Amarillo, como la armonía que encontré en tus labios, como la agilidad con que dirigiste ese beso... amarillo, como la luz que has traído a mi vida.

La emoción amenaza con sacarme las lágrimas.

- Holis- dice un chico a mi lado-. Ten, debes abrirlo al frente de tu fraternidad, a las 2:45.

Esta vez el globo es de dos colores, rosado y verde. Ya al frente de mi fraternidad, a la hora indicada, leo el otro papel.

Rosado, como la inocencia que equivocadamente creí encontrar en ti; verde, como la libertad que me inspira tu alma... rosado, como el romance que hemos creado... verde, como la esperanza de que aceptes mi petición.

Cuando termine de leer, una chica se me acerca.

- Hola afortunada- dice sonriendo y entregandome un globo rojo y blanco- Debes abrirlo frente a la fraternidad Ken a las 3 en punto. Dicen que debes gritar la respuesta.

Mis sospechas quedan completamente confirmadas cuando ella dice eso. Corro más feliz que nunca. Este detalle de veras que me ha emocionado. Llego, y abro el último papel.

Rojo, como la pasión que encontré a tu lado, blanco, como la paz que espero alcanzar contigo, rojo, como el fuego que inunda mi garganta impidiendome hablar con sinceridad a tu alrededor, blanco, como la pureza que transmiten tus ojos... blanco, como la transparencia que pretendo hallar en ti... rojo, como el amor que siento que está naciendo.

No soy bueno con palabras, solo así te sé expresar lo que siento.
Pero debes saber que jamás escuchar mi nombre ha sido tan divino como cuando salió de tus labios.
Debes saber que lamento ser inestable, insoportable a tu lado, pero no conozco otra forma de actuar cuando no sé que estoy sintiendo.

No, no sé que estoy sintiendo...
Pero es tan fuerte que no voy a huir más
Lo quiero descubrir, y por eso te pregunto:

"¿Aceptarías, Principessa, una cita con un príncipe ladronzuelo?"

Mis piernas sienten que ya no aguantan más, y mis lágrimas de felicidad tampoco.

- ¡SÍ!- grito feliz con cada parte de mi alma y mi corazón.

Será un jodido cabrón. Será insoportable y estúpido. Pero yo quiero que sea mi jodido cabrón. Mi insoportable y estúpido.

Desde adentro de la casa, juro escuchar ligeros vítores y aplausos.

Mi celular suena.

Desconocido: Más te valía contestar así, después de tanto sacrificio.

Ni en sus momentos románticos puede dejar de ser como es. Pero ahora mismo, no me importa.

Yo: No digas eso de nuevo, o me arrepiento.

Él: A lo hecho, dale pecho. Mañana a las 5 de la tarde estoy al frente de tu fraternidad. Ropa informal. Vamos en moto. ¿A dónde? Eso es sorpresa. Nos vemos, Principessa.

Yo:Nos vemos, príncipe.

Y me dirijo a mi fraternidad. Estoy que no quepo en mí de alegría.

Christian me ha invitado a salir de la forma más linda que se me hubiera ocurrido. Y yo, lo he aceptado.

Espero desde el fondo de mi corazón que todo salga bien, porque si esto no se acerca a una tranquilidad entre los dos, entonces no sé que lo hará.

¿Amor? No creo que lo ame aún, creo que necesito conocerlo más, encantarme más con sus defectos y descubrir cuáles son sus virtudes.

El amor no es algo tan sencillo como muchos lo aparentan. Tiene tanta fuerza esa palabra, que ni la misma gravedad es capaz de superarla.

No, no creo amar aún a Christian. Pero al igual que él, siento un sentimiento nacer dentro de mí. Algo que empezó por odio, pero se está volviendo más fuerte y más puro.

Un sentimiento que espero desarrollar a su lado.