DÍA TRECE

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Un significado de "enfrentar" en el diccionario dice : poner una persona frente a la otra para que arreglen sus inconvenientes. ¿A caso el diccionario no se actualiza? ¡Por qué no puede ser por videollamada!

Podría estar muriéndome de nervios por el enfrentamiento que vamos a tener, pero no. Me lo prohibí a mi misma. Yo no he hecho nada malo como para avergonzarme.

Soy más fuerte que eso. He estado con mucho drama últimamente, pero yo no era así. No soy así. Soy tranquila y solitaria, me gusta la paz y la seguridad que llevo en mi vida.

No puedo permitir que un chico que conocí hace 10 días venga a acabar con eso. Bueno, que conocí sin alcohol en mi cuerpo.

Tomo una fuerte respiración para prepararme antes de caminar hacia Grumpy.

- Hola Grumpy. ¿Qué tal?- le digo.

- Señorita Alicia- hace un gesto cordial con la cabeza. Que finos estamos hoy-. Todo bien. Agarrando a unos cuántos que se quieren infiltrar a la fiesta.

- ¿Fiesta?

- Sí, ¿no lo sabe?- me mira frunciendo el ceño. Si supiera no preguntara- La fiesta es para darle la bienvenida al primo de R.D.E., que llegó ayer...- ah, sí, Jean. Con toda esta historia ya me cae mal- y para despedir a la hermana de Richard y su amiga que se van mañana.

- ¡Pero bueno! ¡Si hay un motivo para festejar!- digo, repentinamente feliz.

- Oh, usted no tiene ni idea. Créame, estar de vigilancia en esta puerta con esas dos no es nada fácil- dice, con rostro cansado.

- ¡Cada día me caes mejor Grumpy!- le digo con toda sinceridad.

- Gustave.

- ¿Eh?

- Me llamo Gustave- dice, como si señalara lo obvio.

- Uuuhhh. Te diré GusGus- le digo divertida.

- Deja, Grumpy está bien. Adelante Señorita- dice, abriéndome el paso.

- Chao GusGus.

Y entro riéndome. Ay, adoro a ese loco. Bueno, la loca soy yo, él solo hace su trabajo, pero me cae bien.

Miro a la intimidante sala de la Mansión. Y pensar que la primera vez, creía que jamás iba a volver aquí. Y mirame, lo que me falta es mudarme.

Suspiro pesadamente. ¿En qué momento perdí el control de esta situación? o ¿tan siquiera lo tuve alguna vez?

Camino hacia el patio, donde se siente la música y varias personas charlando.

- ¡Hey! ¡Yo creí que no vendrías!- se acerca a mi una Lorena un poco borracha- ¡Me has abandonado compatriota!- un poco bastante.

- No tenía idea de que había una fiesta aquí- le respondo.

Ella me da una mirada como si estuviera analizándome.

- No sé si creerte- susurra misteriosamente-. Tendrás que recuperar mi confianza- dice, señalándome de forma amenazadora con su dedo.

Sonrío ante el hecho de que está perdida en Borrachilandia, a lo mejor es reina por allá.

- Bien, y ¿cómo hago eso?

- Verás, ChiChi no me quiere dejar acercarme a la mesa de bebidas porque dice que estoy borracha- y se empieza a reír como una loca- ¡Yo borracha! Pero si yo soy...- pone cara seria y me mira confundida- ¿Me llamo Lorena verdad? Cómo sea, no importa quien soy, ¡yo quiero mi bebida!

Lo último lo ha dicho como si fuera una niña enfadada.

- Espérame aquí- le digo. Por supuesto que no le daré más alcohol a su organismo, pero sí un vaso con agua. Está tan mal que ni cuenta se dará.

30 Días Donde viven las historias. Descúbrelo ahora