DÍA 30 ~ 30 DÍAS

10 2 0
                                    

Vorrei essere il tuo ragazzo in molti futuri, incluso questo...
Christian Dallas

La muerte, es el pasaje más seguro en la vida. Nacer es una complicación, hablar, caminar, relacionarte, ¿pero morir? Morir es mágico.

Un instante respiras y al próximo sencillamente no. Duele el proceso en ocasiones, pero el momento es tan tranquilo y sereno que se vuelve eterno.

En la muerte no hay más problema que morir; por eso, una vez que alcanzas la luz al final del túnel, no hay ganas de regresar...

Una pena que no todos recordemos la muerte, y que el camino para traerte de regreso a veces lo hacen otros por ti.

- ¡Tengo pulso! Está respirando.

- ¡Alicia! Por favor, respóndeme.

- Necesita descansar para recomponerse la paciente.

- Alicia, amor, vuelve conmigo.

***
Mis párpados aunque pesados y desganados, se comienzan a abrir lentamente. Tardo largos segundos en saber dónde estoy. Observo a mi alrededor, y gracias al monitor conectado a mi cuerpo me percato que estoy en un cuarto de hospital.

¿Pero cómo...?

Intento recordar con todas mis fuerzas que pasó. Veo a mi padre, a Christian, el arma, reproduzco gritos en mi mente... y termino gritando yo.

No puede ser. Mi Christian. Grito su nombre a viva voz mientras las lágrimas brotan apresuradas. Me niego a creer que yo esté aquí y él no, por favor. La puerta de mi habitación se abre.

- ¡ALICIA!- grita Lorena llorando antes de correr a abrazarme-. Por Dios amiga, que susto me has dado- la siento llorar sin consuelo mientras me agarra con fuerza, pero no reacciono ante ella.

- Christian. ¿Dónde está Christian- le pregunto apurada. Ella ni me mira y sigue hablando.

- Desaparecieron... Richard tardó horas buscándolos en cada rincón... Ross hackeó al mismísimo gobierno... Mónica y yo gastamos la voz y los zapatos preguntando en todos los lugares por ustedes...

- Lorena, ¿y Christian?

- Estabais tan cerca, justo en el sótano de la casa de los Dallas. Si no llega a ser por la muñeca de Annabeth jamás los hubiéramos visto. Por Dios, un segundo más tarde y podías haber muerto Alicia.

- Lorena por favor, deja de hablar- le imploro interrumpiéndola-. Dime dónde está él- digo, sin alma.

Ella solo me mira un instante antes de volver a apartar su vista para seguir hablando sin parar.

- Todo ocurrió muy rápido. En un segundo Richard disparó, tu padre y Ross también, Beth comenzó a gritar sin frenos, te desmayaste en mis brazos. ¡Te creí muerta Alicia! Creí que habías muerto en mis manos... me sentí como en una pesadilla.

>> La ambulancia no tardó en llegar, y por suerte recién estabas así y pudieron despertarte.

- ¡Joder Lorena! ¡Acaba de decirme que le ocurrió a Christian por favor!- la empujo enojada.

30 Días Donde viven las historias. Descúbrelo ahora