|28| Noche escarlata [+18]

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Advertencia: hay una escena erótica al final del capítulo que puede herir la sensibilidad de algunas personas. Lean bajo su propia responsabilidad, sin mas que decir disfruten el capítulo de 16000 palabras.

Recordatorio: en el presente de la historia, todo el clan Rossi (la antigua mafia que lideraba las Vegas) está muerta, solo es un recuerdo.

Mini agradecimientos: ¡Llegamos a la 50000 lecturas! Gracias por todo, son los mejores.

Mini agradecimientos: ¡Llegamos a la 50000 lecturas! Gracias por todo, son los mejores

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Narrador omnipresente

25 de Mayo 2020.

Palermo, Sicilia.

Silencio...

El sábado por la mañana, luego del asesinato de Milo, en la Villa DeSantis todo era silencio y serenidad, algo poco común sabiendo lo que se les iba a venir encima. Iris DeSantis apreciaba la calma que había en su hogar. Pudo pensar sobre su última víctima que terminó siendo devorada por las llamas infernales, todo a manos de la mismísima Dama Roja. Fue una noche intensa, pero a la vez tranquilizadora debido a la calma que esa muerte le generaba a las damas de la mafia, su lista negra, la cual crearon hace cinco años, se iba acortando.

Recostada en el despacho de su padre Basilio solo podía pensar en una sola persona, Hades Amuso.

Luego de haberle advertido a Lydia sobre traicionarla, le pidió el favor de llevarla al Pentágono o también conocido como edificio central, necesitaba ir por unos informes para la próxima misión la cual sería junto a los Amuso, para su desgracia.

Iris caminaba por los amplios y solitarios pasillos del pentágono mientras limpiaba la sangre de su daga con rubíes incrustados, no había tantas personas después de todo eran las dos de la madrugada de un sábado.

Otro día, otro asesinato.

Las puertas de la oficina de Vicenzo Amuso, lugar donde estaban los informes, se presentaban frente a ella y entra sin preocuparse mientras mancha la alfombra con la sangre de su más reciente víctima. La poca gente de seguridad la miraba fijamente mientras caminaba, ella solo los ignoraba. ¿Nunca habían visto una mujer con ropa blanca y con salpicaduras de sangre? Caminaba hasta que algo o más bien alguien llamó su atención. El demonio italiano la estaba mirando con los ojos muy abiertos.

—¿Algo mal?— le preguntó Iris.

Hades solo sacudió la cabeza lentamente a lo que Iris sonríe, acercándose a él. —¿Te asusto, tinieblo?—, le volvió a preguntar, pasando un dedo ensangrentado por su mejilla.

Iris sentía como alguien la trataba de despertar al moverla, y creyendo que era uno de sus hermanos dijo:

—Por la mañana tengo muy mala ostia y si no quieres que te deje paralizado déjame dormir cinco minutos más, Ares.

El Juego ProhibidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora