Iris DeSantis es el mito que recorre el bajo mundo. Ella es la personificación de la guerra, el poder y el dominio. Fue entrenada desde pequeña en el régimen del Consejo, una organización nacida de la unión de los cabecillas de las mafias más podero...
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Sicilia, Italia.
07 de enero 2020.
Iris
El ruido de las llantas deslizándose por las calles resonaba en la noche con fulgor, despertando a su paso a muchos sicilianos, si es que no estaban despiertos por la incertidumbre cuando las mafias tenían un desacuerdo.
—¿Listas? —Lydia aparece en mi campo de visión.
Lydia, una de las Damas, estaba en el capo de un auto a nuestra espera. Se había quedado vigilando mientras nosotras nos encargábamos de un topo que había en la organización. Y tal parece que ese mismo hombre no solo era un topo desde hace varios años, sino que también fue partícipe del accidente aéreo que me costó la vida de uno de mis hermanos, Ares.
—Siempre —respondo y nos dirigimos a nuestros vehículos.
Aceleramos a través del oscuro y lluvioso camino. El olor a lluvia y el viento acariciando mi piel era una sensación única para mi cuerpo. No debía de acostumbrarme a esta calma, la satisfacción se vería afectada por la presencia de los Amuso, los líderes de la Cosa Nostra, o también por la constante búsqueda de Ares.
Habían pasado cinco años desde su desaparición, pero hace tan solo un año llegó la noticia de que podría estar vivo, fue anónima, pero eso me hizo recuperar las esperanzas. Esa información fue dada por un investigador, había mandado a cientos de ellos en busca de mi hermano a espaldas de mi padre, no quería darle falsas esperanzas. De todos ellos solo uno pudo obtener información que sirviera de algo.
Nos enteramos de que fue recluido en algún lugar luego del accidente, pero parecía imposible de encontrar. Logró escapar a los pocos meses y de ahí no supimos más aparte de que se estaba ocultando, pero no sabíamos de qué o de quién. Luego no encontrábamos nada de él, ninguna cámara daba evidencia de que estaba con vida, el localizador dejó de funcionar cuando lo recluyeron, no había nada.
«Tienes que estar vivo», pensé. Siempre me repetía eso.
Las constantes disputas eran un anticipo de la guerra que se venía en el crimen organizado. La Cosa Nostra seguía saboteando nuestra organización y eso hacía que los miembros de la 'Ndrangheta estuvieran ocupados, dejando de lado el caso de Ares, aunque muchos habían perdido las esperanzas de que estuviera con vida y por eso no le daban la importancia necesaria.
Los Amuso son una familia de sangre pura siciliana a diferencia de nosotros que somos calabreses y griegos. Parece que lo único que saben hacer es matar a diestra y siniestra mientras tratan de sabotear nuestras misiones, pero al final ellos solo son manipulados para hacer nuestro trabajo sucio sin que caiga la culpa en nosotros, la organización de la 'Ndrangheta que ha sido el principal líder de tráfico tanto legal como ilegal en Europa desde hace casi un siglo. Cada vez que creían tener una oportunidad, ellos querían o trataban de conseguir un mínimo del poder que los míos poseían.
