Arrepentido y sin salida

8.3K 504 10
                                    


No sabía que hacer ante las palabras de aquel hombre.  Lo saludó y le dijo que podía quedarse el tiempo que quisiera con su hermana.

Celeste lo tenía agarrado del brazo y Peter sentía  que esas manos eran como cadenas.  Quiso  hacerle entender a Camila que ninguna mujer podía jugar con él y se había equivocado. Ese hombre que disparó sus celos y lo hizo sentirse  herido era el hermano mayor de la mujer que le gustaba mucho y que ahora él había desilusionado.

No sabía cómo sentirse. Ni cómo darle la cara. Podía ver la tristeza en los ojos de Camila y eso le indicaba que el muchacho tenía razón -- Camila estaba enamorada de él.

Se odio a sí mismo al comprender lo estúpido que fue al dejarse llevar por su orgullo y el recuerdo de sus malas experiencias.  Y no averiguó primero, sino que la juzgó y la condenó en su mente sin saber como estaban las cosas.

Ahora la había humillado también  poniéndola a cargo de Luna. Sabiendo como era Celeste.  Y peor aún,  había entrado en una relación  que no quería con la hija de Tomás Harper.

Se despidió sin mirar a Camila.  Le dolía mucho su mirada y lo que le había hecho. Y no tenía cómo deshacerlo. Se disculpó con Celeste diciéndole que debía salir y se marchó en su auto.

Al llegar a su destino tocó la puerta..

¡Peter! -- ¿Que te pasa? --  ¡Entra! ¿Dime que sucede? -- ¡No lo sé! O sí lo sé -- ¡La verdad quisiera morirme!

¿¡De que estás hablando!? -- ¿Cómo que morirte? -- Me equivoque obispo. ¡De la peor manera! -- Heri a quién deseaba amar y aleje para siempre a quién quiero cerca -- ¡Perdí a quién quiero! --  ¡Por mi estúpido orgullo! Por celos, por presumir lo que no era.  Porque la juzgue sin preguntar -- Y por que para herirla abrí una puerta que no puedo cerrar sin pagar un  precio. ¡Uno muy alto! Ella --Camila.

Sentándose puso su cabeza en sus manos -- Y por primera vez  -- lloró

Si hubiera visto sus ojos --  Obispo,  ¡Si los hubiera visto! -- Tan bellos y tan tristes -- ¡Sí me ama! -- Y la perdí -- ¿Que hice? --  ¿Que fue lo que hice?

Su dolor se podía sentir en el ambiente. Y verlo llorar a su tío el obispo Antonio Gallager le dolía.

Tiré por la borda mi felicidad -- ¡La quiero tío! -- ¡La quiero!--  Desde que la vi por primera vez no ha habido un sólo día que no piense en ella.  Que no me haga feliz que cuide de mi caballo con tanto esmero. Que lo quiera. Puse en sus manos lo que más amo y con ellos puse en sus manos mi corazón --  Ayer cuando suspiró al verme como soy -- Sentí deseos, muchos deseos de besarla -- oh tío, ¿Que hice?

La quiero --  ¡Amo a esa mujer! -- Sus lágrimas caían al piso -- La decepcione como lo hicieron los otros.  Me convertí sin querer en otra de sus desilusiones -- Por ser un  tonto soberbio -- Tío -- ¡La perdí! -- Lloraba como un niño. Su tío nunca lo había visto así.  Y no sabía como consolarlo.

Se quedó a su lado hasta que se calmara. Y luego le dijo: Habla con ella.  Dile como pasaron las cosas.  Discúlpate y deja que el tiempo sane su dolor.

No servirá de nada. Besé a la hija de Harper para que me viera y así creyera que era mi mujer. Quería hacerle entender --  Y, soy yo quién entendió al mirarla que el muchacho tenía razón.  Ella está enamorada de alguien --  ¡de mí! --  Lo entendí -- ¿Y para qué? --¡Para perderla!

Celeste no me dejará tranquilo y estoy seguro que ahora su padre debe saberlo.  Que su caprichosa princesa consiguió lo que quería --  a mí -- ¡Estoy preso en mi estupidez!

La puse a cargo de su yegua para humillarla --  Después de regalarle una margarita.  Una señal de que ella me interesaba.  Para luego restregarle en su cara un amorio inexistente.

Pídele perdón..

¡No tío! --  De nada servirá

Más calmado y con el corazón roto salió de la casa de su tío, el obispo, rumbo a la suya.  Cuando en medio del camino dos autos se toparon de frente.  Él pensó pasar tan aprisa que Camila no viera su cara.  Pero Camila detuvo su auto y bajo de él.

Ante eso Peter se vio obligado a hacer lo mismo. Esperando su merecida bofetada.

Camila se acercó a él y sin decirle una palabra tomó su rostro en sus manos y lo besó -- ¡Eres un tonto celoso!  Ahora tendré que vivir sin ti..

Oh Camila -- ¡Perdóname! -- ¡Lo siento tanto! Mi am..

¡No lo digas! --  Ella no va a renunciar a ti. Y sino estás con ella ahora,  su padre y sus influencias te harán la vida imposible y a tus hombres también--  Estás en sus garras.

¡Perdóname! --  Camila yo sólo quiero estar contigo --  ¡No quise lastimarte! Cuando te vi con él creí qué..

¡Te equivocaste! -- ¡Sí! -- ¡Estúpidamente sí! --  Y no sabes cuanto me arrepiento -- Le decía Peter

Ahora Peter,  debes cumplir por todo lo que has trabajado y por tus hombres -- ¿Y tú? ¿Y yo? --Ya no hay vuelta de hoja.

No me digas eso --  Camila --  Tomando su rostro entre sus manos la besaba mientras sus manos se deslizaban por sus hombros hasta su espalda. Tomandola fuertemente en sus brazos.  No quería renunciar a ella.  Pero Tomás Harper era un mal hombre y ambos lo sabían.

Su pequeña y caprichosa hija había estado tras de él por mucho tiempo y ahora por sus celos  y su orgullo por vivir atado a un pasado doloroso cometió un gran error y Camila había entendido bien el precio a pagar.

Mi am..

¡No Peter..!

Camila -- Por primera vez me siento vivo y  deseo vivir contigo mi vida y echo a perder todo contigo -- ¡Me arrepiento  de ser como soy!

No se puede Peter -- ¡No se pudo aunque lo quise! -- Las lágrimas de Camila caían por sus mejillas

Peter besaba a la mujer que amaba y  que lloraba en sus brazos. Se sentía  miserable al saber que sus sentimientos eran compartidos y que tenía que alejarse de ella para que Harper no le hiciera daño.

Por primera vez en más de veinte años abría su corazón y amaba.  Y por dejarse llevar por sus malos recuerdos dejó que sus viejas  heridas llenarán de orgullo su mente y perdiera su oportunidad de ser feliz.

Abrazados en plena carretera dos almas se hablaban de amor y lloraban su despedida.

Ella se soltó de sus brazos y besandolo por última vez, se fue.

Mientras Peter el duro  patrón, se quebraba en su auto después de sentirla y dejarla ir -- Ya nunca más la sentiría.  Ya nunca más sería suya.

¡La perdí! --  Su dolor era indescriptible, por primera vez se sintió morir. Ella significaba demasiado para él.

Mientras que al día siguiente de ese triste encuentro Celeste Harper aprovechó para marcar su territorio y dejarle claro a Camila quién era la pareja de Peter y que a ella la debía respetar como a la patrona.

Dejó más que advertida a Camila de que Peter le pertenecía y como recompensa le dejaba al nuevo veterinario que se encargaba de Luna.

Frederick keller. Guapo, joven, muy simpático y agradable,  que se sintió atraído por Camila desde el primer momento en que la vio.

Esa noticia de lo que había hecho Celeste y que su padre avalaba dejó muy mal a Peter, al saber que el joven veterinario estaría cerca de Camila todo el tiempo,  temió  que eso la llevará a aceptarlo y la alejara definitivamente de él.

Algo así -- Se decía: ¡No podré  soportarlo! 

   

Aprendí a ser feliz contigo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora