Promesa de amor

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El joven Harper era la adoración de su madre. Su consuelo. Ya que su pequeña hija murió en un accidente a los diez años -- Su padre Tomás Harper la amaba mucho. Era su princesa. Dulce y cariñosa. Su consentida. La hija de su vejez.

Después de aquel desafortunado accidente Harper siempre se sintió culpable de su muerte. La pequeña Angella cayó del potro que su padre le regaló por su cumpleaños numero diez. El golpe en su cabeza al caer del potro fue tan fuerte que en cuestión de horas la preciosa niña se les fue de las manos.

Ese dolor amargo de nuevo a Harper que había dejado de lado todo para dedicarse a su familia. Odio la felicidad de todos mientras él se sumergia en el dolor y la culpa.

Dejó de lado a su esposa Rosalin y a Tomás su hijo también. No pudieron sacarlo de la depresión que lo hundía. Y se volvió peor hombre de lo que un día fue.

Volvió a los Álamos, su hacienda y uniéndose a políticos corruptos hizo todo el mal que pudo. Cobrandole a todos su desdicha. Incluyendo a Peter Gallager, a quién odiaba al saberlo tan feliz.

Murió en una clínica sólo y amargado. Después de cuatro años de hacerle la vida imposible a Gallager y a sus hombres. Su muerte fue un alivio para todos.

Rosalin no volvió a ver a su esposo sino hasta su funeral. Ella y Tomás se quedaron en Inglaterra. Allá estudiaba Tomás su hijo y no quería que tuviera que enterarse de las maldades que hacía su padre. No quería que el muchacho se hiciera una mala imagen de su padre. Prefería que lo recordara como había sido con él y con su hermana Angella. Un padre lleno de amor por ellos.

Con esa imagen en su mente volvieron a los Álamos para tomar posesión de su herencia y conocer las tierras y al nuevo administrador. Ya que Rosalin despidió al que tenía su esposo. Un mal hombre igual que su esposo Harper.

Rosalin dejó bien claro que a los que no obedecieran las nuevas reglas en la hacienda serían despedidos.

Harper tenía muy abandonada su hacienda. Así que el trabajo sería arduo para volver a ponerla a producir.

Su hijo y ella tendrían bastante trabajo. El joven Harper debía crecer y madurar antes de lo esperado. Y lo que más le dolía y preocupaba a Rosalin, era que se enterara de todas las maldades que había hecho su padre antes de morir.

Ni ella misma tenía el recuento de sus malas obras. Y no contaba con Celeste para alivianar su carga porque su marido Arthur ya estaba muy mayor para viajar o para dejar su casa y su hijo e hijas ya tenían su vida hecha entre los nobles. Y disfrutaban mucho de su estatus social.

Así que los Álamos y la historia o conducta de su padre y abuelo les era indiferente. Le tocaba a ella y a su hijo levantar la hacienda de los Álamos.

Su hijo se veía muy agusto en la vida del campo. Entre animales y pacas de heno. Entre becerros y veterinarios.

Y a los empleados les caía bien el nuevo patrón. En especial que reajusto sus salarios y les dió un aumento sustancioso, ganándose a los hombres.

Pero a Tomás le faltaban dos años más para graduarse y a sus diecinueve años y viéndose ya como todo un hombre, el joven muchacho debía volver a Inglaterra y terminar sus estudios.

Su madre se quedaría en los Álamos para vigilar el desarrollo de los nuevos proyectos en la hacienda.

Mientras las labores en los Álamos avanzaban. El tiempo libre de Tomás lo ocupaba cabalgando. Su madre no sabía a donde iba. Pero sí que regresaba muy feliz después de su cabalgata.

Al joven Harper nadie le mencionó los actos viles de su padre. Y nadie le dijo que su padre no era bien aceptado entre los Gallager.

Ni siquiera Valezca le había mencionado nada sobre él. Ella estaba enamorada del guapo muchacho y sabiendo que ni su padre ni sus hermanos verían bien su relación con él. Se veía con él a orillas del lago dónde se conocieron. Entre un enorme cedro y unos pequeños alamos que los ocultaban de todos.

Los besos de Harper siempre la hacían suspirar y sus palabras de amor la ponían a soñar cuando no estaba junto a él.

Era un chico muy guapo y muy inteligente y educado. Muy romántico cuando estaba junto a ella y eso le atraía mucho de él. Podían conversar y entenderse. Y no sólo de caballos o reces. Hablaban de música, teatro, pintura. De libros y escritores.. Eran como dos almas gemelas. A Valezca el campo le gustaba. Pero soñaba con viajar y poder conocer esos lugares de los que leía en sus libros.

Y Tomás que había crecido en una gran cuidad y había viajado mucho con su padre y con su mamá. Le podía describir cada paisaje y cultura con detalles que la hacían soñar aún más.

Valezca -- Quiero preguntarte algo. De hecho, quiero pedirte algo..

Sí -- Dime Tom, ¿Que quieres pedirme?

Sabes que debo volver a Inglaterra y terminar mis estudios allá. Podré venir a ver a mi madre sólo cuando mis estudios me lo permitan.

¡Lo sé! -- Y nos veremos cada vez que vuelvas. Así lo acordamos.

Ah, Cuando termine mis estudios -- Cuando tenga mi diploma yo -- Yo, recibiré una cuantiosa suma de dinero y -- bueno, los planes que hicimos mamá y yo están funcionando muy bien en la hacienda y creo que para cuando me gradué ya tendremos la hacienda produciendo a su 100%. Y eso me garantiza mucho dinero.

¿Que me estás tratando de decir Tom Harper? -- Preguntó Valezca con una sonrisa llena de esperanza en sus labios

Valezca -- ¡Quiero casarme contigo cuando me gradué y llevarte conmigo a viajar a todos esos lugares que te he descrito! -- ¡Me he soñado contigo en cada uno de ellos! Te he besado en mis sueños en la torre Eiffel. En el Támesis, en una góndola en Venecia. Te he visto preciosa a mi lado en el teatro y he caminado contigo entre la nieve -- Mi amor, ¡eres mi sueño! y me quiero ir de aquí con la promesa de que serás mía para siempre. Y que cuando vuelva tú y yo nos casaremos. Con la promesa de que te irás conmigo y viviremos juntos lo que he soñado compartir contigo.

¡Sí! -- ¡Claro que sí! -- Tomás Harper quiero -- Deseo y anhelo vivir contigo cada uno de tus sueños que también son míos -- Acepto mi amor casarme contigo.

Toma este anillo -- Le pidio Tomás. Con esta señal te prometo que voy a casarme contigo -- Eres a partir de ahora, ¡mi prometida! -- La mujer que amo y que haré mi esposa. Y esto mi amor no va a cambiar jamás.

Aprendí a ser feliz contigo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora