Polack

2.7K 237 2
                                    


Las notas de amor empezaron a ser mutuas, hasta que llegaron a convertirse en cartas. Peter y Elena jugaban un juego peligroso.  Pero cada día el lazo de su amor se hacía más fuerte.

Peter cada día se distanciaba de Luisa y suavemente iba creando brecha que los separara. Eso parecía funcionar y que Luisa se cansaría de él y lo dejaría.

Hasta que ..

¡Tío! -- ¿Podemos hablar?

¡Claro que sí Luisa!

Luisa se veía muy triste y acababa de llamar al doctor Polack ¿tío?

Elena no sabía que Luisa era sobrina de Polack. La vio llorar mientras hablaba con el doctor Polack. Lo vio abrazarla y consolar a Luisa entre sus brazos.  Observó como se formaba el nombre de Peter en los labios de Luisa y se sintió culpable de su dolor.

Era hora de detener ese juego de amor. Ya habían herido a alguien. Y verla llorar la hizo sentirse muy mal. Ella amaba a Peter, pero esa chica había llegado primero y no era justo que sufriera asi.

No volvió a escribirle a Peter, ni a recoger las cartas que Peter le escribía. 

¿Que pasa Elena? -- La sorprendió verlo  en la clínica a esa hora.  Y preocupada decidió terminar la conversación antes de que llegará Polack con su hijo.  Ya que él lo sustituiria mientras él se iba de viaje de aniversario con su esposa por tres semanas.

Peter, Vi a tu novia llorar -- Y me sentí tan culpable que cada una de sus lágrimas me peso en el alma.  ¡No puedo hacerle esto!

¡Nos amamos! -- Exclamó Peter

¡Sí! Pero no a ese costo..

¡Entonces no me amas lo suficiente!

¿No te duele saber que ella sufre por ti? -- Le preguntó Elena

Claro que me duele -- ¿Pero qué quieres que haga? ¿Que finja amor? ¡Te amo a ti! Y cada día se me hace más difícil besar a una mujer que no quiero -- ¡Pensando en ti! ¿Eso no te molesta?

Sí,  Y me duele..

¿Entonces? --  Preguntó exasperado Peter

Peter,  Si la hubieras visto llorar -- Me sentí -- Una farsante mentirosa  -- Con su tío y con ella -- No he podido mirar a la cara al doctor Polack de la vergüenza al saber que es por mí culpa que ella sufre.

¡Culpame a mí! ¡Pero no me dejes Elena!  ¡Porque a eso suenan tus palabras! -- Peter presagiaba una ruptura con Elena

Esto tiene que terminar..

¡No!

Peter --  Yo no puedo hacerle esto. Vino aquí y yo le saludé como ¡si nada! mientras ella llevaba el corazón dolido ¡por mí culpa! 

¡Te amo!

Y yo a ti Peter..

¡No renuncies a mí! -- Le pidió Peter

Ya lo hice -- Desde que dejé de escribirte.

Pues yo ¡nunca lo haré! Voy a escribirte hasta que tu locker reviente  de la cantidad de cartas que vas  a encontrar  cada día.  Te hablaré de amor en ellas.  Y si las quemas podrás oír mi voz repitiéndote  ¡que te amo y te amaré siempre! Te esperaré.. ¿lo escuchaste? Yo te amo y voy a seguir haciéndolo.

Las lágrimas caían por las mejillas de Elena sin poder detenerlas, ella lo amaba de la misma manera y tampoco quería dejarlo, pero ver llorar a Luisa le hizo sentir mucha culpa y que no era justo para Luisa lo que estaban haciendo a sus espaldas.

Antes de decir,  ¡Se terminó! Se escuchó un auto venir llegando a la clínica. Antes de que los interrumpieran Peter caminó hasta Elena y abrazandola sin que ella lo esperara, la besó con toda su alma.

¡Te amo Elena!  -- Lo dijo y la soltó de sus brazos.  A lo que Elena decidió irse al baño a corregir su maquillaje y a calmarse un poco.

¡Hola joven Peter!

Hola doctor Polack..

Le presento a mi hijo Jason, él me sustituirá estás semanas.

Si me lo comento mi padre.  Siéntase bienvenido doctor Jason Polack.  Contamos con sus valiosos servicios como veterinario.  Su padre le a recomendado muy bien.

Gracias por su confianza señor Gallager.

¡Peter! --  El señor Gallager es mi padre.

Entonces, ¡Gracias Peter!

¡Es un gusto! --  Aprovechando que Elena aún no salía del baño se marchó para que su mirada al verla  otra vez no lo delatara ante el tío de Luisa y su primo Jason.

Después de unos minutos Elena salió y sin darse cuenta tropezó con Jason Polack.

Disculpe, ¡lo siento! No lo vi..

Los ojos de Jason se clavaron en los ojos verdes de Elena y le causaron sonrojo al  sentirse observada de esa manera. Como si quisieran meterse en su alma y descubrir que había en ella.

Disculpeme a mí.  Soy yo quien debió fijarse al verla venir -- Soy Jason Polack

¿Usted es el hijo del doctor Polack?

Sí.. Y ¿usted es..?

Soy Elena Montenegro.  Y voy a trabajar a su lado por las próximas tres semanas.

Seremos un equipo --  Dijo Jason

Eso espero --  Por mi parte cuente con mi apoyo y devoción a mi trabajo.  Amo a los animales y disfruto aprender al lado de un buen médico y su padre lo ha recomendado muy bien.

Le agradezco eso a mi padre. Recomendarme tan bien --  No le quitaba los ojos de encima a Elena.  Su simpatía y su belleza lo cautivaron.

Su padre los miraba desde  una esquina y  sonrió al ver como su hijo caía fruto del hechizo de esos ojos tan bonitos y esa sonrisa encantadora que caracterizaba a Elena.

Jason Polack había enviudado ya hacía tres años y su padre le insistía en volver a rehacer su vida.  Era un hombre maduro  y bien parecido.  Tenía derecho a volver a empezar.  En especial que su esposa no pudo darle hijos.

Elena, estaba soltera y sin compromisos.  Además según el doctor Polack ella no estaba enamorada de nadie -- Era perfecta.

Y a su hijo lo tenía impresionado.

¿Te alegra haber venido Jason?

Sí,  ¡Tenías razón papá!  Unos días fuera del hospital en una clínica más pequeña y ejerciendo la veterinaria me harían bien para despejarme.

Y en especial en compañía de una bellísima doctora como Elena.  Le puedes enseñar mucho.. Sólo no te quedes viendo tanto sus labios, parecerá que te las estas comiendo.

Jajaja.--  ¿Tan obvio fui?

¡Sí! -- Demasiado obvio para mí -- No te había visto tan entusiasmado con una mujer desde Ana tu esposa.

No.. Ninguna mujer me causó la impresión que me causó Elena..Es guapísima y sumamente agradable.

Además de joven, inquieta e intensa. Su juventud y su fuerza volverían loco de amor a cualquier hombre.

Me gusta la descripción que has hecho de ella papá.

Descripción que ya notaste, además de sus atributos físicos que disfrutaste en minutos cuando la mirabas.

Jaja, ¿Crees que lo notó?

No lo creo -- Además a Elena le gustan los hombres más discretos. Así que guardate esas miradas para cuando no te vea y acercate suave pero seguro y te aseguro que esos gruesos y rojos labios se rendirán ante tus besos.

Seguiré tu consejo papá --Al pie de la letra.

Aprendí a ser feliz contigo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora