Insospechado

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Frederick estaba muy molesto por la negativa de Camila, y decidió marcharse temprano y dejar a Luna a cargo de ella.

Peter estaba más que feliz con la idea del rechazo a Keller y aprovechando que ella estaba sola fue hasta donde estaba y salió unos minutos después lleno de besos y guardando la apariencia.

Pero alguien lo vio entrar y salir un poco después.

Hola doctora..

¡Señorita Harper! --  El doctor Keller se marchó hace unos minutos espero no le importe que yo me haga cargo de su yegua por hoy.

No --  Su deber es cuidar bien de los animales que estén en esta caballeriza. ¡Es su trabajo! Por eso le pagan --  Lo que no es su  trabajo, es cuidar  de más al  patrón -- Ese doctora -- ¡Es mi trabajo!

No comprendo..

¡Lo entiende bien doctora Lasiter! --  He visto  como Peter la mira y sé bien que le gusta.  Pero dejemos algo muy claro -- Yo ¡y solo yo! seré quién se encargue de cuidarlo. En todos los sentidos --  Así, que ni se le ocurra intentar meterse en mi camino.
Haga con Frederick lo que quiera y deje de entrometerse con su carisma de buena chica en la mente del patrón.  No pretenda usar a Destello para acercarse.  Se lo advierto doctora, o su amigo Williamson sufrirá las consecuencias.

Descuide señorita Harper.  ¡Se muy bien cuál es mi lugar! -- Le contestó

Me alegra escucharlo. Bien --  Ahora que nos hemos entendido, tome su teléfono y dígale a Frederick que usted irá con él.

Lo siento señorita, pero mi amigo me espera y su esposa ansía conocer su nueva casa. Donde vivirán  su  amor. Se lo prometí y yo no falto a mi palabra señorita Harper -- ¡Nunca!

Celeste la miraba con enojo por oponérsele  y cuando se disponía a ordenarle que desistiria de acompañar a su amigo y aceptara la invitación de Frederick. Peter apareció.

¡Hola cielo! -- Vine a ver a Luna y a agradecerle a la doctora cuidar de ella mientras el doctor Keller no está   -- Su fingida amabilidad era creíble solo para ella. La mirada de Peter  le decía a Camila que no  le creía en lo absoluto.

¿Necesita algo señor Gallager? -- Preguntó Camila

¡No doctora! -- Vine por  Celeste.

Al oírlo Celeste, una enorme sonrisa de victoria se dibujó en sus labios. Y tomando a Peter del brazo se marchó junto a él segura de haber ganado y de haber puesto a Camila en su lugar.

Pero su victoria no fue más que una forma para Peter  de alejarla de Camila.  Se marcharon sin mirar atrás.  Mientras Camila seguía con su trabajo.

Pero lo que para Celeste dejaba todo claro, era sólo la punta del iceberg .

Su prima Lidia decidió quedarse un tiempo más en casa de su tío Tomás Harper e invitar a su amiga Rosalin a pasar una temporada también.
Rosalin era una mujer divorciada, de unos cuarenta y cinco años, muy atractiva.

Mientras Rosalin se encargaba de mantener a su tío ocupado provocando los celos de hija de Celeste, Lidia se encargaría de conquistar al patrón.  Peter Gallager. Que le había atraído mucho. Y su prima Celeste que no se podía partir en dos descuidaria a su novio para cuidar a su padre y su fortuna.

Ese era el trato entre ambas mujeres..

Al llegar Rosalin a la hacienda de los Álamos de Harper se puso de inmediato a la disposición de Tomás Harper.  El viejo Harper se lamia los bigotes imaginandose disfrutando de un romance apasionado con la amiga de su sobrina.

Al comprender las intenciones de la mujer Celeste servía de estorbo cada vez que ella pretendía acercarse a su padre.

El plan de Lidia funcionaba a la perfección.

Celeste tenía dos días de no visitar la hacienda del patrón -- Era hora de hacer su aparición.

Llegó con ropa muy ceñida en una preciosa yegua negra.  Ese viernes por la mañana sería el inicio de su caseria.

Hola señorita -- ¿le podemos servir en algo? -- Le preguntó Tulio

Sí --¡Quisiera ver al patrón! -- Soy Lidia Harper.  Sobrina de Tomás Harper.

Lo siento  señorita Harper, pero el patrón salió hace dos días de viaje y estará fuera todo el fin de semana.

Decepciónada Lidia vio sus deseos de acercarse al patrón Gallager irse por la borda. Se suponía que esos tres  días serían suficientes para seducir a Peter, insinuandose sin que su prima se enterara. Pero no había funcionado como creía. El patrón  no estaba. Y por esa razón su prima estaba en la casa.

Frustrada volvió con la intención de que Rosalin y ella se marcharán y volvieran una semana después cuando volviera Peter para alcanzar su objetivo.

Pero su tío estaba muy entusiasmado con Rosalin y le extendió la invitacion de quedarse en su casa por tres semanas. Algo que a Celeste le molesto mucho y que a Lidia le pareció una buena idea.

Celeste estaría tras su padre para que no cayera en las redes de la interesada  mujer y se vería obligada a dejar un poco en libertad a su novio.

Después de todo, las cosas mejoraron y el plan sigue aún en pie -- ¿No te parece Lidia?

¿Que pretendes con el tío Rosalin?

¡Divertirme un poco! -- ¿Para eso me trajiste no? Para que mantuviera a tu tío y a tu prima  -- Muy ocupados.

Jajaja -- ¡No puedo creer que seas tan cínica!

No más que tú -- Que pretendes bajarle el novio a tu prima en sus narices.

¡Me gusta! -- Tiene mucho dinero y quien sabe -- Talvez podría ser la señora Gallager.

¡Estas perdiendo el tiempo! --  ¡Ese hombre no quiere casarse!

¡Ni yo tampoco! -- Solo quiero pasarla bien con un hombre como ese.

Sí supiera tu prima que tiene bajo su techo a dos serpientes nos echaría a las dos a la calle.

Tranquila Rosalin, mi prima es de nuestra estirpe. Serpiente cascabel --  No creas que el tío es mejor -- Todo lo contrario -- Hasta la cascabel le tendría miedo si lo ve a los ojos y logra ver en su interior -- Diviértete con el viejo y aprovecha estos días.  Es divertido ver rabiar a mi prima.

Pues --  ¡A mi no me parece tan mal el viejo! -- Dijo Rosalin

Levantando su copa de vino Lidia concluyó:  Se llevaría una gran sorpresa el viejo si supiera que tu veneno es más peligroso que el suyo.

En la hacienda de los Harper se anidaban planes de traición entre Lidia y su intención de que Peter traicionara con ella a su prima Celeste. Y de que Rosalin  se enredara con su tío para hacerla enojar y hacerla pasar un mal rato en su relación  "perfecta" con su padre.

Lidia envidiaba a Celeste y quería verla sufrir.

Mientras todo eso pasaba en la hacienda de los Harper.  A kilómetros en una cabaña escondida entre altos pinos, abetos y arbustos silvestres en la misma hacienda de Gallager se hallaban dos enamorados,  abrazados, amandose al calor de una chimenea.

Cuando Peter le compró a un profesor jubilado su tierra y su pequeña cabaña, porque el buen hombre necesitaba dinero para ayudar a uno de sus hijos, no imaginó que se convertiría en su nido de amor.

Varias veces pensó en talar los enormes árboles  o en destruir la casa.  Pero el tiempo paso y de vez en cuando se quedaba en ella para leer un libro y estar a solas con su conciencia.

Ahora, esos momentos de soledad en esa casa eran llenados de risas y de palabras de amor.  Promesas y caricias que embriagaban el ambiente y endulzaban hasta el recuerdo más amargo.

Dos almas se unían en una sola y se comprendían a la perfección.  El uno al otro sanaban sus heridas al calor de sus besos. 

El fin de semana de romance que planeó Frederick vivir con Camila.  Lo vivía entrelazado en sus piernas, su esposo -- Peter Gallager

Aprendí a ser feliz contigo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora