Amber.
Mi madre había decidido elegir que mi futuro próximo fuera estar en la otra punta del país, dejando atrás mi querido Portland para vivir en Florida con su nuevo novio. Tantísimas horas de coche para dejar atrás a mis amigos de toda la vida y empezar una nueva en Miami.
Muchos se preguntarían quién se quejaría de pasar de vivir en una ciudad sombría y oscura como Portland a vivir en una ciudad como Miami, además en casa de uno de los empresarios más multimillonarios del país. Y la respuestas es simple. Yo, que no estaba acostumbrada a los cambios, que odio viajar, la playa, el calor y que llevaba viviendo toda mi vida en la misma ciudad.
Iba con la cabeza pegada al cristal y la melodía de alguna canción de Artic Monkeys llenaba mis oídos. La lluvia que chocaba en el cristal cesaba a medida que nos alejamos de mi ciudad natal. De un día para otro, mi madre me había dicho que hiciera las maletas con todas mis cosas y que nos íbamos a mudar a la otra punta del país con el gran Kevin Williams.
-Cariño, sé que ahora piensas que esto es lo peor que podía pasarte y que soy una egoísta...- comenzó mi madre.
-Es que es lo peor que podías hacerme y eres una egoísta- la interrumpí subiendo el volumen a la música en mis cascos.
-Intenta verlo como una oportunidad, vas a ir a uno de los institutos más prestigiosos y de mayor nivel en el país y tendrás la oportunidad de entrar a la universidad que quieras para estudiar derecho. Además, creo que tu nuevo hermanastro Ethen también quiere estudiar derecho.
-Claro, y que pueda ir a un instituto de niños ricos y que ese niñato al que tú llamas "mi hermano"- dije haciendo comillas con mis dedos-. Quiera estudiar la misma carrera que yo va a hacer que deje de detestar la idea de alejarme de Oliver y de Amanda. Mamá, parece que no me conoces.
Oliver y Amanda eran mis mejores amigos desde hacía años. Ellos eran hermanos gemelos y vivían en la casa de enfrente de la nuestra, la del otro lado de la acera. Los conocí cuando su perro Joey, un pastor belga precioso, casi me tira al suelo cuando tenía 13 años. Oliver había venido corriendo a buscarlo y me pidió disculpas mil veces. Amanda no había sido tan simpática conmigo cuando al principio iba a su casa en calidad de amiga de su hermano, pero se acabó convirtiendo en la persona más importante de mi vida junto a su gemelo.
-Amber por favor, te entiendo, pero no puedes estar de morros para siempre cuando la decisión está más que tomada. Y no insultes a Ethen, es un muy buen chico, muy respetuoso y muy educado, ni siquiera le conoces.
-Por suerte- murmuré para mi.
-¿Qué has dicho?
-Nada. Preferiría trabajar en un McDonald's y seguir viviendo en Portland antes que tener que vivir con tu novio y sus hijos en florida. En Florida mamá, sabes que odio la playa, el sol, la arena, el verano, y todo lo que pueda relacionarse con Florida.
-Míralo como una forma de hacer amigos nuevos, no te he visto relacionarte con nadie más de tu edad además de Oliver y Amanda en mucho tiempo, inténtalo. Busca un trabajo de verano para estos meses hasta que empiecen las clases, gana tu propio dinero si no quieres pedírselo a Kev. Pero por favor, no me lo hagas muy dificil y te prometo que en las vacaciones de navidad le pido a Kevin que nos lleve a Portland.
-Mamá, lo que menos quiero es que encima ese señor que tienes por novio y esos probablemente niñatos ricos, pijos e insoportables que tiene por hijos piensen que soy una interesada. Intentaré acostumbrarme y no quejarme mucho porque tú estás muy contenta, pero voy a odiar a cualquier niño pijo del entorno de ese... Williams que se me acerque.

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Ramé.
RomantikNo esperaba tener que mudarme a una ciudad soleada a mis 17 años, dejando atrás toda mi vida anterior en Portland, pero menos aún le esperaba a él, a Ethen. Ese era el nombre del chico alto y castaño con el que tendría que convivir ahora que mi madr...