Capitulo 8

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-Yuuji!

Se escucho el nombre del omega por lo alto de los cánticos de la tripulación, provocando que pararan con la música y el bullicio.

Aoi había llegado al punto de encuentro y no pudo evitar comportarse como un niño. La tripulación sabia lo infantil, cariñoso y de buen corazón que era su capitán. Todo lo contrario a su hermano y ex capitán, aun así a ambos les respetaban y les querían, pero mentirían si no dijeran que Itadori era su consentido.

-Todo!!- fue corriendo a su lado a saludarle y los demás regresaron a festejar, aunque esta vez seria a lo doble, por la reunión de toda la tripulación.

-Como has estado enano?- le abrazo.

-Les di una paliza- dijo victorioso refiriendose a la reunión con los otros piratas.

-Ese es mi chico- chocaron los puños y siguieron conversando, hasta que el mayor sintió una presencia amenazante.

-Sucede algo?- pregunto Itadori al ver su rostro de preocupación.

-Alguien nos espía...

-Que?- se asusto, pero recordó que no le había informado de su reciente alianza- ah ya... es mas bien un invitado.

-Invitado? De que hablas?

-Habla de mi...- llego Gojou de una manera pavoneante, vistosa y engreida, pero ocultando todo detrás de una sonrisa amigable.

-Satoru Gojou?- se sorprendió-que mierda hace ese aquí?- le susurro al omega.

-Estamos en una alianza? Se ofreció a buscar a mi hermano con nosotros.

-Que?- se volteó hacia el alpha- porque?

-Si no lo hacia, se convertían en objetivo de la alianza de los piratas.

-La flota es lo suficientemente grande como para que se negaran a esa idea.

-Les atacaron si dudar, es claro que quieren a Yuuji.

-Yuuji? No crees tener mucha confianza con él- se acerco a él retandolo y provocando que se alejara de Itadori.

-Y tu no crees estar demasiado confiado conmigo?

Yuuji apenas y sintió el enojo en las feromonas de ambos, se interpuso, no le convenía una pelea en el barco y menos con ese alpha...

-Basta!

El barco quedo en silencio, los que festejaban empezaron a ver el espectáculo, esperando otra pelea, pero ver al capitán interponiendose fue suficiente para estar a la defensiva, si había un mal movimiento, entrarían en una pelea.

-Hablemos después- le pidió a Aoi.

Este no le quedo de otra que obedecer, les ordeno a los demás seguir con la fiesta y sacar mas barriles de alcohol, por lo mientras llevo al albino a su camarote.

-Te gusta poner nerviosos a todos?- pregunto el omega cansado.

-Es divertido- se encogió de hombros.

-Es divertido provocar miedo todo el tiempo?

-Yo...- eso tomo por sorpresa a Satoru- no es que les obligue a tenerme miedo.

-Tu reputación te precede.

-Tampoco es mi culpa- frunció el ceño, no le gustaba hacia donde estaba llevando la conversación.

-No? Todas las matanzas y leyendas sobre tu poder, me dicen cosas diferentes.

-Yo solo seguía ordenes, al final mi nombre fue el único conocido, pero da igual... no quiero hablar de eso.

-Eres el más fuerte de los mares y aun así sigues ordenes?

-Ser el más fuerte no me da el poder suficiente para matar a esos idiotas...

-Siempre va a ser complicado, es la ley del más fuerte.

-Y tu terminaste involucrado en este mundo.

-Esta bien... me gusta estar aquí y no he tenido enfrentamientos.

-No sabes lo que dices, el simple hecho de que seas omega ya te pone en peligro.

-Estoy bien protegido y no soy fácil de domar...

-Y como lo sabes? Acaso te has metido con algún alpha para saber que tan débil eres ante las feromonas?

-No crees que estas llegando muy lejos con el tema?- sonrió pero se notaba incómodo.

-Simple curiosidad...

-Sobre mi vida sexual?

-Sólo salió el tema... si no quieres responder...

-Si he estado expuesto a feromonas... y a el celo de un alpha y sigo entero...- tomo valor de algún lado y se atrevió a retar al alpha.

Satoru frunció el ceño, no esperaba realmente una respuesta y al obtenerla tampoco esperaba una afirmación, lo cual le molestaba y Yuuji pudo notarlo.

Sonrió triunfante y pensó en retirarse de ahí ya que el alpha estaba más calmado, pero la realidad fue otra.

El albino se puso de pie y lo encasillo contra la puerta antes de si quiera poder abrirla, un escalofrío entero le recorrió el cuerpo al sentir las densas feromonas sobre él.

-Que sucede? Dijiste que sobreviviste a esto no?- le susurro al oído.

-Esto es...- sus piernas temblaron ante la cercanía del otro.

-Solo te estoy mostrando la realidad, a esto es a lo que te enfrentas...

-Basta- suplico dándose la vuelta y encarando al alpha.

-Si fuera tu enemigo...

-Pero no lo eres!- interrumpió- que tratas de ocasionar? Quieres provocarme un celo?

Gojou se detuvo en seco. Dejo de dispersar sus feromonas, pero la habitación entera olía a él y claramente el omega también.

-Yo... perdón, perdí la razón hace un momento.

Yuuji no pudo contestar, sus piernas temblaban, su rostro estaba sonrojado, sus ojos vidriosos y su respiración agitada, todo ante la atenta y hambrienta mirada del albino.

-Estoy bien...- trato de recuperarse.

-Hey Yuuji- quedo embobado ante la erótica escena que le estaba proporcionando- mírame...

Su primera idea era ayudarle, pero cuando le toco para sostenerlo y que no callera al suelo, este tembló. Poso sus manos sobre sus caderas y sintió como se aferro a su ropa para no caer.

-Rayos~ -soltó un quejido que termino en gemido al ser abrazado por el mayor.

-Yuuji?- insistió el alpha rodeando el cuerpo más pequeño.

Paso sus manos de sus caderas a su espalda y los fue bajando a su trasero, pero se detuvo al sentir como Itadori restregó su cuerpo contra el suyo.

Tuvo que regresar sus manos a la cadera y alejarlo de él, habían llegado a una zona peligrosa y aunque a Satoru le encantaría meter su miembro en ese chico... sabía que había oportunidades mejores.

-Vamos, regresemos a la fiesta- se separo lentamente de él.

-Si... es buena idea- contesto el pelirosado, al poner toda su fuerza en no caer en celo.

-Me adelantare- sugirió Satoru.

-Si... iré en un rato.

En cuanto el alpha abandonó la habitación, Itadori se derrumbo. Sus piernas fallaron completamente y sentía como empezaba a lubricar por las feromonas de ese albino.

Un poco mas y...

Grito del marDonde viven las historias. Descúbrelo ahora