Grito del mar

Capitulo 18

-Estas loco!?- le grito Aoi una vez fuera.

-Creo que quedo muy claro eso haya dentro no?- hizo un pequeño berrinche.

-Porque no me dijiste que toda esta mierda es por la tripulación de los demonios?

-Me hubieras creído?

-Supongo que no...

-Choso y Megumi son los únicos que sabian, aunque desde que vi a Jogo en la isla, ocultarlo ya no era opción- se cruzo de brazos.

-Desde cuando sabes que tu hermano esta con ellos?

-Desde el inicio...

-Porque no lo dijiste?

-Porque ustedes lo aprecian y no quería arruinar eso, además me pidieron que lo buscara no?

-No sin saber en donde esta! Esto es diferente...

-Él necesita mi ayuda, no voy a retroceder en esto.

-Porque? Acaso no vez que es caso perdido? Ni siquiera en la batalla sangrienta se sabe quien fue el ganador, porque piensas que nosotros podemos con esto?

-Porque ellos están débiles y dispersos, además estan buscando a alguien antes de empezar a movilizarse.

-Ah si? A quien? Y porque debería confiar en esta información?

-Bueno... es difícil de explicar, pero buscan a mi padre?

-A tu padre? Esta muerto... porque lo buscan?

-Por algo que tenemos, ese no es el punto, mi familia siempre ha estado involucrada, acaso no recuerdas quien fue mi madre?

-Aaah.. lo se, fue la capitana de la cuarta maldición...

-Si y mi hermano es un tonto que cree puede solo sin saber la historia completa.

-Tu hermano es fuerte, si quiere puede hundir dos barcos solo...

-No es por fuerza, es poder, pero no tiene caso que lo diga ahora. Lo sabrán despues.

-Pides que confiemos ciegamente?- pregunto Megumi por primera vez.

-No, lo explicare, pero a su debido tiempo.

-No quiero sonar grosero, pero eres omega... crees poder con todo esto?

-No es opcional...- bajo la mirada.

-Te apoyare en lo que pueda, pero si veo que es riesgoso, nos retiraremos... trato?

-Trato...- estrecharon manos y pactaron la promesa.

-Nos iremos en la mañana, descansemos y tomemos provisiones por hoy.

-Iremos tras esos 3? -pregunto Megumi.

-No... iremos a donde creci.

-Nunca hemos ido...- contesto Aoi asombrado.

-Lo se, pero ya no hay nada que esconder en ese lugar, así que esta bien. Vamos a ir.

-Aaah~ bien, ire a preparar la tripulación, le avisare a Choso la situación, partiremos mañana, esta bien?

-Bien...

Con esa declaración Aoi partió al barco y quedaron ellos solos, hubo un largo silencio porque ambos sabían del desliz nada discreto que tuvieron, pero fue ignorado hasta ahora...

-Quieres regresar al barco?- pregunto Fushiguro algo nervioso- o... quisieras dar una vuelta conmigo?

-Supongo...- le sorprendió la oferta, pero no se negaba a que le agrado- podríamos caminar un rato.

El alpha sonrió y le extendió el brazo para ser tomado. Itadori se avergonzó por la acción, pero se tomo del alpha complacido.

-Todo un caballero...

-Solo es cortesía, no quiero que alguien se acerque -rio.

Pude que haya una mentira oculta en sus palabras, era cierto que quería proteger al omega, pero igual quería presumir que él era su compañía, le agradaba el pelirosado y se sentia a gusto estando a su lado... además se descubrió con deseos ocultos hacia él, que no esperaba... solo talvez, podía eso ser un algo más.

-Mierda~

Todo aquel espectáculo fue presenciado por el albino. Quería ir a la isla y hacer algunas cosas, necesitaba distraerse del desastre que paso con el omega. Sus instintos y su mente no congeniaban, estaban en constante choque...

Sus instintos le dictaban que tenia que tener al omega, que rogara o hiciera cualquier mierda para tener una oportunidad. Lo sabía perfectamente, el sexo fue algo más, tuvo una sensación tan abrumadora por el omega que ahora no sabia como contener ese deseo.

Por otro lado, él no quería compromisos, estaba conciente que el no servia para eso, no quería un algo a que aferrarse. No tenia sentido tener un omega, su forma de vida no era para eso. Alcohol, peleas, viajes... eso era su vida y su emoción, eso lo dejaba existir y vivir feliz, pero...

Porque tenía que existir ese omega?

Había algo en el que no lo dejaba pensar con la razón, era un deseo tan animal que no lo dejaba pensar con claridad y cada vez lo escuchaba más fuerte.

"MARCALO"

Que lo hacía especial? Porque con el era diferente? Porque a el lo quería atesorar y no mancillar? Todo aquello era un dolor de cabeza.

-Parece que te quitaron a tu pequeño omega- hablo Suguro mirando al mismo lugar que él.

-No es mío y es mejor así... que se lo quede.

-Que decepción, pensé que lucharías más por él...

-Que te hace pensar eso?

-Pues... no le ofreciste sexo apenas lo conociste, ya es un gran avance.

-Es diferente...

-Lastima, hubiera sido lindo tenerlo en el barco... pero si ya no lo quieres puedo quedármelo?

-Es hermano de Sukuna... estas loco?

-Oh vamos, quiero que pase por mi cama, es lindo- Satoru empezaba a tener un picoteo que se volvía intenso, cada palabra le hacia enojar mas- quiero abrirlo de piernas y doblegarlo, ¿será flexible? Aceptara ser golpeado? Joder... de solo imaginarlo me excito- lamió sus labios y su aroma se volvía mas asqueroso para el albino.

Gojou cerro los ojos tratando de contenerse, quería golpear a su amigo, por si quiera imaginar al omega debajo suya. Celos? No... claro que no. Se estaría volviendo loco, pero entonces que le molestaba?

-Ya callate- pudo hablar por fin- vamos a coger, yo también tengo ganas...

-Me dejaras hacer un trío con él? -sonrió satisfecho.

-Claro que no, vamos a un burdel, Itadori no nos pertenece

-Que aguafiestas...- reclamo en un puchero.

-Porque quieres un omega cuando puedes tener muchos más betas y alphas con solo un poco de dinero?

-Por que es emocionante- su mirada se volvió sombría y tenebrosa- un omega que no ofrece su cuerpo, que es capitán, que te pude golpear si algo no le gusta... dominar a ese omega no sería una delicia?

Gojou tuvo que morder sus labios por el repentino recuerdo del omega sumiso en sus brazos, claro que era excitante, claro que fue placentero, fue jodidamente el mejor revolcon de su vida... pero solo eso...

Sus palabras solo lograban enfurecerlo aun más... solo un revolcon? Si claro...

-Vamos, necesito tener sexo y dejar la mente en blanco- pronunció en casi un gruñido siendo seguido por su amigo que sabia mejor que nadie que algo era diferente esta vez.