-Wow... esta isla es tuya?
-La descubrí hace unos años y... la aprecio mucho, es segura, bonita y... puedo estar solo.
Divagaban en la platica, hace unas pocas horas habían llegado a la isla y después de festejar un poco en sus propios barcos, decidieron escapar y dejar todo a mano de sus amigos, tardarían unos días en regresas, pero en la forma en que estaban celebrando y tomando, seguro no se darían cuenta.
-Solo? En serio nadie mas ha podido entrar?
-Solo tu Yuuji- sonrió algo avergonzado- eres el primero que ve esto.
El omega estaba encantado, las vistas eran increíbles. Estaba lleno de vegetación y pequeños arrollos, pero después de caminar un rato y llegar al centro, estaba una cascada impresionante, el agua era clara y dejaba una pequeña brizna, además de que un pequeño arcoiris decoraba a su lado.
-Es por aquí- le volvió a llamar el alpha.
Lo siguio y pudo notar una cabaña algo oculta. Se sintió avergonzado, ya que sabia a lo que venían, pero su mente estaba tan dispersa que hasta ahora volvió a pensarlo.
-Tu... construiste esto?- trato de distraerse, aun faltaba tiempo, o eso esperaba.
-Si, me ha tomado tiempo, pero soy increíble no?- se glorifico un poco, haciendo reír a Itadori.
-Si... supongo que lo eres.
-Puedes entrar... yo... iré a la cascada un rato en lo que te adaptas.
Y de nuevo los colores subieron al rostro del pelirosado. Le dio su espacio... claro, lo necesitaba para adaptar el lugar, quizás hacer un nido... aun no lo sabía, pero apreciaba el detalle.
-Si gracias, no tardare mucho.
-No te preocupes, estaré... de vuelta en un rato.
-Gracias- beso su mejilla, en un rápido afecto y corrió dentro.
El omega estando dentro, se dejo caer un momento al suelo para tratar de tranquilizarse. No podía creerlo, de verdad se iban a vincular y lo mejor de todo es que lo llevo a su... hogar? No importa, es algo que el alpha había construido, algo solo para ellos. No debía emocionarse, pero era instinto... su omega se retorcía por aprobar al perfecto albino que le había proporcionado todo... estaba jodidamente enamorado.
Suspiro. Ya mas relajado pudo apreciar su entorno. El lugar era más grande de lo esperado. No había muchas cosas, pero lo suficiente para vivir bien.
Había una mesa, algunas sillas, una pequeña estufa de leña, un sofá grande, camino un poco y llego a la habitación. La cama era grande, de hecho era lo único ahí, aparte de un ropero que solo guardaba mantas y ropa.
Ronroneo involuntariamente al sentirte rodeado del aroma de Gojou. No tardo en empezar a escoger mantas y ropa, lo mejor para su nido.
Se instalo en la cama, aunque nunca había hecho uno, era natural para él hacerlo. Su celo ya estaba a máximo un día por llegar, así que se movía casi sin pensarlo...
Solo un par de horas mas y...
Gojou habia estado lavandose en la cascada, necesitaba refrescarse un poco y despejar su mente. Desde ayer Itadori habia empezado a llevar un aroma mas dulce, atrayente y seductor. Hubo varias veces en olvidar traerlo aqui y joderlo en frente de todos, de mostrar que eran pareja y que llevaria cargando sus cachorros, pero no... se prometio que Yuuji seria diferente. Especial...
Asi que aguanto y lo trajo, lo consintió, le dio su espacio... pero ya habian pasado algunas horas, el cielo empezo a oscurecer y el agua a enfriar, así que talvez era el momento.
El alpha camino a la cabaña, entre en ella e inhaló profundamente, las fosas nasales se dilataron mientras se dejaba su camisa en una silla. Sus ojos se buscaron a Yuuji con una intensidad que lo hizo sonrojar.
Itadori sabía que Satoru podía oler su excitación, lo habia detectado desde que entro en la casa, al mismo tiempo el propio olor de Gojou lo inundaba en embriagadoras oleadas. El albino dejó caer su pantalon en el suelo descuidadamente mientras cruzaba hacia donde el pelirosado estaba parado junto a la cama.
Las manos de Yuuji se levantaron para abrazar el cuello del más alto, cuando las manos grandes de Satoru se posaron en su cintura. Trató de respirar profundamente para calmar sus dedos temblorosos, pero lo único que le sirvió fue llenar su nariz con el embriagador aroma de su alfa, excitado y anhelante.
Gojou pasó una mano por el costado del omega, rozando su pecho antes de enredarse en su cabello. Lo tomó con un firme agarre e inclinó la cabeza de Itadori hacia atrás, inclinándose para reclamar su boca de una manera mucho más íntima. Yuuji gimió cuando la lengua de Satoru se deslizó por sus labios para enredarse con los suyos, un pulso de excitación hizo que sus rodillas temblaran.
Lo que sea que a Itadori le haya faltado experiencia, trató de compensarlo con entusiasmo. Se apretó más contra su alpha mientras el albino apretaba su cadera con fuerza. El pelirosado trazó los definidos músculos a lo largo de la espalda de Gojou y se retorció contra el gran bulto que presionaba su estómago. El albino se alejó de sus labios, dejando un rastro de tiernos besos a través de su mandíbula y cuello antes de chupar un punto detrás de su oreja que hizo que el agujero de Yuuji se apretara y produciera mas lubricante.
-En la cama, Yuuji~
El omega se estremeció ante el tono áspero en el tono de Gojou. El alpha obviamente se enorgullecía de tener el control, por lo que escucharlo tan afectado lo complacía; lo suficientemente complacido como para no importarle como Yuuji dejaba mordidas sobre su pecho y hombros.
Itadori dio un paso atrás con piernas temblorosas y se arrastró hasta la cama. El omega escuchó a Satoru gemir mientras se movía y se dio cuenta de que la ausencia de su ropa había sido notado hasta ahora. Podía sentir su cara calentarse aún más mientras veía a el alpha quitarse la última ropa. Verlo en todo su esplendor hizo que Yuuji tragara saliva.
-Alpha~
-Lo se cariño... lo se, no te haré esperar...
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Grito del mar
FanfictionOmegaverse Gojou es el capitán del navío más famoso de los mares. Era un alpha de temer ante cualquiera que fuera su objetivo, pero si eras un tripulante de su barco, te convertirías en parte de su familia... Un acontecimiento extraño le lleva conoc...