happy Birthday🔞 (47)

748 81 27
                                    

"ya vuelvo"

Fué lo único que pudo decirle a Dahyun antes de salir corriendo. En parte se sentía un mal nacido al dejarla de esa manera. Esa chica, no había sido más que una buena compañía durante los últimos días y no podía negar que comenzaba a acostumbrarse a tenerla merodeando en su casa. 

Pero...

Sus sentimientos hacia la rubia, seguían estando muy por debajo de lo que sentía por Moa. Si, le gustaba. Si, se sentía bien con ella y había comenzado a comprenderla y disfrutar de sus charlas. Pero... Siempre habría un pero.

Y, aunque Dahyun sabía exactamente el lugar que tenía en el corazón del pelinegro y era consciente que él correría hacía la otra, jeon no podía evitar sentir remordimiento y mortificación al no saber cómo manejar esa necesidad que tenía por Moa, el cual obviamente siempre la lastimaría.

Pensó que lo mejor sería escribirte para no preocuparla y se fuera a dormir, pero notó que debido al apuro ni siquiera había tomado su celular. Maldijo para él, pero respiró profundo antes de salir del elevador que lo llevaría al escondite de Moa.

Sacó la tarjeta que Dae le había entregado en la entrada y lo pasó por la puerta de la habitación, inhalando y exhalando con lentitud. Ya estaba ahí, había esperado varios días por esa llamada y no daría marcha atrás.

Recorrió el lugar, asombrado por el lujo y el espacio. Seguramente, ese era el departamento más caro de la cuidad. Sintió un aguijonazo en el pecho al recordar la diferencia de clase que ahora los separaba. ¿Qué podría ofrecerle él a una mujer que lo tenía absolutamente todo?

Era ridículo. Una relación con ella sería poco convencional, muy alejado de lo que él había soñado alguna vez.
No podía, por más que ya la había visto miles de veces, ahora no la podía imaginar lavado platos o haciendo las compras en el mercado como una persona normal y no es cómo si él no pudiera hacerlo por ella. Al contrario, de tener la oportunidad de estar a su lado, no le importaría hacer los quehaceres por el resto de su vida. No, si eso le permitía estar con ella. Pero, que vida le daría?

—por qué tan serio?— preguntó la mujer. Jeon volteó en dirección a la voz y se sobresaltó al verla apoyada con los brazos cruzados frente a una ventana. —creo que vamos a tener una navidad muy fría. Los cristales ya se empañan.

—tienes frío?— preguntó atontado. Moa traía un vestido azul de tiras con un escote que le hacía resaltar sus pechos libres de brassier. Se veía hermosa, elegante, sexi, pero bastante formal para su gusto. Ella era joven, merecía algo de color en su vida más que vestidos oscuros. Verla así le hacía sentir cómo si fuera un niño intentando ligar con una mujer adulta.

—no tengo sensibilidad en la piel— comentó alejándose de la ventana. Caminó hasta él, observándolo con cuidado. Admirada por su expresión que todavía no lograba descifrar. —mi piel reacciona de otras maneras.

—lo sé— confirmó. Sus ojos fijos en los de ella. Su corazón latiendo a mil por horas conforme su cuerpo se acercaba. Sintió el olor de su perfume, tan dulce y llamativo. Suspiró y se inclinó cuando por fin la tuvo enfrente. —feliz cumpleaños, Moa— le susurró sobre los labios. Los ojos de ella se abrieron de par de par. Nadie lo había mencionado, ni siquiera ella lo recordaba con tantos problemas.

Se puso en puntillas de pies para alcanzarlo y le dió un beso casto en agradecimiento. —dime que no lo sabías.

—saber qué?— arrugó su frente con curiosidad. Moa soltó el aire que no sabía que estaba conteniendo sintiendo el alivio al descubrir que él no le estaba mintiendo.

—nada. Sólo abrázame, si?— la rodeó con sus brazos, presionando su espalda baja hacia él. Su cabeza descansó en su hombro y cerró los ojos para grabar ese instante en todos sus sentidos.

será nuestro secretoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora