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Al abrir la puerta, su corazón se saltó un latido.
—te llamo después, tengo visita— dijo poniendo el celular en los bolsillos pero sin cortar la llamada. Stella pensó que había sido un pequeño error, pero al oir la voz enojada de su hermano, se asustó. —qué haces aquí!? La policía te está buscando!

—jungkook! Ayúdame! Te lo suplico. Van a enjuiciarme, me darán 40 años de cárcel. No viviré tanto!— a Stella se le paralizó el corazón al oírlo. Era Wang, sin dudas. El culpable de que ella todavía  permaneciera encerrada por seguridad.

El pelinegro rodó los ojos y lo dejó ingresar. Después de todo, ese departamento se lo había regalado ese hombre con su dinero sucio y por eso mismo ya había pensado en mudarse. No quería nada de él.
Mientras tanto, Stella no perdía tiempo y llamó a la policía dando la ubicación para que fueran a buscarlo mientras rogaba al cielo para que ese sujeto no se atreviera a hacerle nada malo.
—creí que éramos amigos— le dijo ofendido. Lo cierto, era que necesitaba hacer tiempo. Retenerlo en ese lugar a toda costa ya que, estaba seguro de los pasos que Stella daría.

—lo somos!— aclaró. —siempre te consideré como un hijo. Sé que hice muchas estupideces, pero entiende que no trabajaba solo. Había gente sobre mi y ellos me exigían. Nada lo hice para perjudicarte.

—lo sé— dijo llendo a la cocina. —quieres algo de beber?

—muero de hambre, Jungkook. Me cancelaron las cuentas y no tengo efectivo. Toda la vida me he manejado con tarjetas— lo veía asustado, frotándose el rostro con fuerza y una desesperación impropia de él. El pelinegro jamás imaginó verlo en ese estado. Pero no se sintió mal. Ese hombre que creía bondadoso, resultaba ser peor que una escoria. No muy diferente a Sook.

—ok, ven conmigo— dijo con desgano.

Lo llevó a la cocina en dónde le calentó lo que él se había rehusado a comer de almuerzo. Lo vio devorar cómo si no hubiera comido en días y quizás, ese era el caso. Se alegró el saber que no la estaba pasando bien y que estaba sintiendo el escarmiento por todos sus pecados.

—es verdad lo que se dice?— le preguntó después de largos minutos viéndolo engullir y beber cómo animal. El hombre asintió. —dilo para que pueda oirte— mandó. —de verdad eres ese hombre tan nefasto?

—ya te lo dije. No actuaba solo— soltó serio y con la boca llena. —una vez que entras en ese mundo, no puedes salir. Al menos, no con vida.

—ah, si?— preguntó irónico. —ellos te pidieron que les robes a mis padres? Que obligaras a mi hermana a casarse contigo?

El mayor golpeó la mesada con furia. Venía por ayuda y ese chico parecía que solo quería juzgarlo. —a caso te desamparé? Fuí yo quien te ayudó cuando tu hermana andaba de puta! A caso te olvidaste? Te mandé a las mejores escuelas! Te dí un techo!

—lo hiciste— dijo triste. Su espada apoyada contra el borde de la encimera, los brazos cruzados sobre su pecho y la vista en algún lugar del piso. —sólo que, lo hacías para que te ayudara con Stella. Me hiciste creer por años, que ella era la mala. Que ella había cambiado por ambición. Ahora me doy cuenta que todo este tiempo, ella estaba llena de dolor, de impotencia. Amenazada por ti

El hombre negó con la cabeza. —eso dice ella para cubrir su amorío con el hijo menor de Kim.

—ella lo amaba— le contestó levantando la mirada. —y tú te aprovechaste de eso para tu beneficio. Usaste a Taehyung que lo único que quería era liberarla de tí.

—tss— chasqueó la lengua en desaprobación. —amor? Qué sabe esa mujer de amor? Yo le di absolutamente todo y aún así, me engañó

—no! Tú le sacaste todo— aclaró con bronca.  —Dejaste a sus padres en la ruina y después los mataste cómo si fueran basura. No feliz, me llenaste la cabeza en su contra y la sometiste a una vida de mierda. Llena de abusos, golpes, amenazas, violaciones. Tuvo que aliarse con Sook por que estaba desesperada y quería liberarse de ti!

será nuestro secretoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora