cúralo con besos (28)

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Jeon estaba que no cabía en sus pensamientos. No entendía, cómo era posible que dentro de Moa todavía existiera una persona humilde. Y es que no era exagerada la fortuna que ahora poseía y aunque ella no hablaba de eso, era la comidilla de todos los diarios y de conocimiento público, que ahora era una chaebol (la más joven y codiciada del país) pero, a pesar de todo. Ahí estaba, parada frente a un puesto de comida callejera pidiendo tteobooki para llevar. Así, sin más, cómo si nada importara. Quizá, siendo consciente que la señora detrás del carrito la mira de manera extraña, con curiosidad por los guardias a su lado, tal vez miedo. Y no sabía que pensar al respecto, más que sentir admiración. Por que él había visto a muchas mujeres humillarse delante de hombres por dinero y Moa que lo tenía, parecía serle indiferente.

Ella era una caja de sorpresas y eran esos detalles los que lo tenían en vilo y lo hacían enamorarse un poco más. Al mismo tiempo, el remordimiento en su consciencia crecía al recordar a taehyung, Incluso, a su hermana Stella.
¿Cuántas veces ella le habría pedido que se pusiera en su lugar? Y él, muy moralista, poco creyente en el amor pasional,  le daba vuelta la cara, alegando que era una sinvergüenza por meterse con un hombre estando casada con otro. Y él, ahora estaba en ambos lados, siendo el amante y el sucio que engaña a una persona cercana (lo merezca o no, él no era quien para castigar así y lo sabía)

De todas formas, no había situación horrorosa que no se borrara de su cabeza al ver a Moa siendo tan natural, tan genuina, tan única, tan llena de bondad a pesar de su reciente expresión seria que intentaba mantener los últimos días —que lo disfruten— les dijo a los hombres que trabajaban para ella, mientras les entregaba unos refrescos y una bandeja con comida. —qué sucede?— le preguntó al pelinegro, lo miró elevando las cejas pasándose el cinturón de seguridad por el hombro. —por qué me miras así?

—cómo...?— se detuvo a media pregunta. Negó sonriendo con la mirada en sus pies y volvió a ella más animado. —hace unos minutos estabas en un vestidor más grande que tu departamento probándote ropa traída de otro país y ahora, estás ahí... Cómo si nada. Comparando tteobooki para tus empleados. Es raro, no lo niegues.

La chica terminó arrugando la frente, sin comprender si aquello iba en forma de reclamo o de burla. —te molesta?— soltó a la defensiva, mientras acomodaba al pequeño Moon en su asiento.

—me encanta— admitió, sorprendiendola.

Y es que cada vez, se le hacía más difícil ocultar sus sentimientos, su admiración, ese anhelo de conservarla para siempre, de mantenerla a salvo del mundo, Incluso de la contaminación que inundaba las calles del centro.

***
Ya en su departamento, comieron en silencio y se pusieron a ver dibujos en el televisor. —quieres un café?— Moa asintió entusiasta. Necesitaba algo fuerte después de la noche larga que había tenido.

Esperó a que el pequeño se quedara atento a la película y lo acomodó entre los almohadones del sillón para que estuviera más a gusto.
—Moon, iré por mí café. Quieres agua? O algo para beber?— al verlo negar, le señaló la puerta de la cocina para que la siguiera si así lo quisiera. Lo vió negar otra vez. Entonces, sonrió al notar que ya se le había pasado el miedo que mostraba al abandono días atrás.
‹‹es fuerte›› pensó orgullosa y se alejó con la confianza de que estaba a salvo.

—Tu amiga va a venir?— preguntó ni bien entró a la cocina. Jeon elevó una comisura de sus labios y negó para luego pasarle una taza.

—por qué? Le quieres enseñar el vestido?— replicó. Ella también sonrió y es que ambos comprendieron lo ridículo que sonaban los celos entre ellos. Por qué a pasar de que él había dejado sus sentimientos expuestos, también había aclarado que no pretendía una relación, que se conformaría con tenerla cerca y poder seguir siendo parte de su vida así fuera cómo un espectador lejano. Obviamente le dolía saberla en otros brazos, pero intentaba no pensar en eso.

será nuestro secretoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora