Juntos(23)

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El #teamjungkook crece al igual de mis ganas de hacerlxs sufrir. No sé olviden que en este mundo maldito, siempre hay dos campanas y no necesariamente una tendrá la razón absoluta. A veces es cuestión de percepción o simplemente, aceptar las diferentes maneras de pensar. Ponerse en el lugar del otro, puede hacernos cambiar completamente de opinión. 

—de verdad, no quieres quedarte a comer? Traje algo de carne asada y varios tipos de ensaladas— preguntó Tae un poco preocupado. Veía a su hermano tomar asiento en la mesa junto a Moa y temió que esa cena sería tensa.

—cené temprano— mintió el pelinegro, un tanto seco, un tanto pensativo.

Lo último qué quería, era sentarse a la mesa con él. Ya ni siquiera se atrevía a mirarlo a los ojos.
Así de sucio se sentía.

—ohh!! Ya sé!— exclamó Tae. Lo que provocó que su mujer se pusiera en alerta y prestara atención a la charla que trataba de ignorar o simular hacerlo —tu vecina te cocinó— aseguró divertido.

—algo así...

—tienes una vecina que vende comida?— preguntó la mujer.

—algo así...— desvió la mirada a la puerta, queriendo salir corriendo de la incomodidad, sin saber que su amigo estaba de humor para hacerlo poner peor.

—te aseguraste de pagarle bien esta vez?— preguntó encarandolo. Jeon se Hundió de hombros restándole importancia. —algo así...— se burló imitandole la voz.

—deja de imaginar cosas— se defendió molesto, provocando que Tae se echara a reír.

—y por qué te enojas!?— lo golpeó en el brazo en forma divertida y carcajeó. Intentó jalarlo en dirección a la mesa, pero tras la negativa, se terminó dando por vencido —es una chica linda y muy amable. Si sigues haciéndote el interesante, se cansará.

—Tae, primero deberías ser un ejemplo a seguir con tus relaciones. Después estarías capacitado para dar consejos— se volteó a verla y pese a enojarse sonrió. Momentos después, dió largas zancadas en su dirección —no te atrevas!— le gritó, pero ya era tarde.

Le había sujetado la nuca con una mano y con la otra la acercó para morderle las mejillas y parte del cuello. Los hombres que estaban presenciando ese momento, se miraron sin saber que hacer.
Por un lado, moa se retorcía en la  silla sin poder defenderse y entre carcajadas, llanto e irritación, suplicaba a duras penas que la suelte. Pero Tae no iba a escucharla y la situación era tan incómoda, que Joong comenzó a toser nervioso. Recién ahí, la apartó bruscamente sin soltar el agarre de su nuca —nadie tiene la paciencia, ni la cabeza tan masoquista cómo para meterse con una mujer cómo tú— Moa le clavó la mirada al oírlo y frunció los labios cómo pato. Tae, al verla, aprovechó su descuido para robarle un beso corto. —despues de ti, cualquier otra mujer es aburrida.

—disfruten de su cena— dijo jeon  encarando la puerta. Tuvo que tragar duro para aflojar el nudo de su garganta. Moa lo notó y se levantó Alejándose de su esposo, para acercarse a él e impedir que se fuera así.

—puedo ir a cocinarte mañana?— los tres hombres quedaron mudos ante el pedido extraño de la chica. Aunque ella se veía tranquila, se mordió la lengua por haber soltado aquello sin pensar. —no quiero estar aquí sola con Hyo, a demás, dijiste que querías ver a Moon y el pobrecito se quedó dormido. Le hará bien verte.

—es buena idea— comentó Tae. —le vendrá bien a moon pasar algo de tiempo contigo.

—entonces, quedamos así?— volvió a preguntar. El pelinegro solo se limitó a asentir y se fue sacudiendo la mano en forma de saludo.

será nuestro secretoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora