Max Parker
No me arrepiento de haberle dado mi sudadera a Stella, a pesar del frío que estoy pasando de vuelta a casa. Al soltar aire por mi boca, puedo ver como se forma una figura de humo en el aire. Enseguida desaparece. Sigo caminando, elevando mi vista hacia una persona que está al otro lado de la calle. Piensa que no lo veo, porque está oculto tras un árbol. Frunzo el ceño, preguntándome quién será.
Me está observando.
Cierro mi mano en un puño, elevando mi dedo corazón a esa persona, sea quien sea. Él se marcha, dándome la espalda y caminando a una calle contraria a la que voy yo. Va vestido completamente de negro, o eso es lo que parece. La luz de las farolas no ilumina el lugar a donde él se dirige. Misterioso, pero no me asusta.
Continúo mi camino a casa, al girar la calle veo la espalda de Liam. Va caminando con las manos metidas en los bolsillos de su pantalón. Su cabello está más despeinado que el mío y está completamente tranquilo. Me acerco con sigilo a él, poniendo ambas manos en sus hombros para sobresaltarlo. Liam da un brinco, asustado.
—¡AAH! ¡Ayuda! ¡Me quieren... —grita, pero al darse media vuelta, se queda callado.
Yo me río por el susto que se llevó y por la cara que pone al verme.
—Ni siquiera te voy a insultar, mamón —dice él, poniendo una mano en el pecho. Está sintiendo cómo late su asustado corazón en el pecho.
—¿Te quieren qué? —me río, preguntándole qué iba a decir.
—Matar, robar, yo qué sé.
—¿Quién te va a querer matar a ti?
—Capullo —prosigue su camino a casa—. ¿De dónde venías? —cuestiona.
—Fui a acompañar a Stella a su casa —le informo, viendo cómo me da una de esas sonrisitas que significan: «Stella, la chica que te gusta, ¿eh?»
—¿Os besasteis o algo? —pregunta, realmente curioso.
—No, Liam —contesto—. No todos tenemos tu misma suerte.
Él sí se besó con Charlotte, los vi a los dos besándose segundos después de que aquel juego que propuso Julie terminara. Cuando Stella estaba en el baño, con Andrés. Besándose, tocándose, haciendo cosas que prefiero no imaginar en este momento.
—¿Te gusta? —sigue preguntando mi mejor amigo.
—¿Quieres que sea sincero? —cuestiono y él asiente—. Me gustas tú, Liam. Pero claro, primero fuiste novio de Claudia y ahora vas a ser el de Charlotte. Lo nuestro es un amor imposible, siempre hay terceras personas —diciendo esto, pongo una mano en el pecho para dramatizar la situación.
Liam se ríe, abriendo el portal de nuestro edificio. Y así, es como evito la pregunta que él hizo. Pulsamos el botón del ascensor para no tener que subir las escaleras hasta el tercer piso. Las puertas se abren, nos metemos en él y me encargo de pulsar el tercer botón. El trayecto lo hacemos en silencio, esperando pacientemente a que las puertas del ascensor se vuelven a abrir.
—¿Sabes qué pienso? —pregunta Liam de pronto.
—¿Qué piensas?
Salimos del ascensor y Liam, mientras me habla, busca las llaves de la casa en uno de sus bolsillos. Al encontrarlas, intenta meter la llave en la cerradura. Como no es capaz, tengo que ayudarle yo. Le arrebato las llaves, metiéndola en la cerradura, girándola y abriendo la puerta.
—Gracias. ¿Y si Andrés conoce de antes a Stella? —cuestiona él, cerrando la puerta de casa.
—Stella se acordaría de él —razono—. Y que yo sepa, ella lo conoció en Benn State.
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Max y Stella ✓
Novela JuvenilNo son el prototipo de pareja perfecta. Tampoco buscan serlo. Son dos personas que tan solo quieren un poco de paz el uno en el otro. Pero esa palabra, «paz» no parece estar en su vida cuando tienen que enfrentarse a un caso de asesinato siendo unos...