Capítulo 39

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Stella Baker

En cuanto llego a casa, recibo una llamada de Max. No tardo en descolgar, atendiéndolo.

—¿Qué tal te fue con Andrés? —pregunta.

Escucho ruido de fondo, todavía estará en la calle.

—Aclaramos bastantes cosas el día de hoy, pero no saqué nada de él. No creo que haya nada nuevo que investigar sobre Andrés. Ya lo sabemos prácticamente todo.

—¿Te dijo algo sobre Jaden? Espera, llego a casa, tú habla —dice.

Escucho una puerta abrirse.

—Sobre su suicidio, me dijo que tan solo era eso, un suicidio. Cree que hubo algo que nadie fue capaz de ver en Jaden, algo que lo estaba consumiendo por dentro y que, un día, sin más, decidió suicidarse —le informo, recordando las palabras de Andrés—. Y bueno, le dije que yo no creía eso y una vez más, acabamos peleados.

Max se queda en silencio unos segundos, antes de preguntar:

—¿Crees que es él el asesino? Encajar encaja, pero no sé —dice, inseguro.

—Yo tampoco sé —reconozco—. Es una persona muy inestable y que, en un momento de ira, pudo haberlo empujado de la azotea, aunque luego se haya arrepentido. Tal vez es así conmigo porque yo puedo ser la única persona que puede conocer la verdad —digo, pensando en ello—. Lo que él es en verdad, un asesino.

—Desde el primer día me dio mala espina ese chico —confiesa—. Y cuando me dio esa paliza, aún más. Pero de ahí a ser un asesino, no lo sé, Stella. Es muy precipitado por muchas cosas que haya en su contra. Es una de las dos personas que conocemos que tiene relación con Jaden, pero recuerda que hace unas horas descubrimos que Raven estaba en ese edificio el día de su muerte. —Me lo recuerda, como si pudiese olvidar ese gran detalle—. Tenemos que seguir leyendo ese diario para saber a quién más conocemos que pueda ser sospechoso de su muerte.

—Por el momento Andrés es uno de los sospechosos, junto a Raven. ¿Quedamos mañana para seguir con la lectura del diario? —le pregunto.

—Claro, paso por allí después de comer. —Oigo la voz de Liam preguntándole algo a Max, él le contesta y vuelve a la llamada—. Te dejo, Liam me reclama.

—¿Me dejas? Me has roto el corazón, Parker —me río.

—Ya, es que prefiero a Liam. Lo siento —bromea.

—Vale, vale. Esta me la guardo, capullo.

—Vale, minion, adiós. —me cuelga.

Para cenar decido pedir algo de comida a domicilio. Estoy harta de cocinar, además es sábado, me lo merezco. Llamo a un puesto de sushi, que es una de mis comidas favoritas y espero a que me traigan el pedido a casa.

Tras unos quince minutos, el timbre de mi puerta suena. Contenta porque al fin voy a cenar una de mis comidas favoritas, abro la puerta. El repartidor me tiende el pedido en una bolsa y le pago con un billete de veinte. Me da el cambio en monedas y se vuelve a ir sin decir ni una palabra.

Guardo las monedas en la cartera y me siento en el sofá con el pedido. Saco las dos cajas al exterior. Una que contiene tres nigiris de salmón y otros tres de atún, y el otro contiene unos cuantos makis. Pero dentro de la bolsa hay algo más, un papel. Debe ser el recibo.

«Como no abandones el caso de Jaden, despídete de Max. Le deparará su mismo destino, la muerte.»

No, no es el recibo. Es una nota con una clara amenaza, la cual me deja helada. La segunda amenaza, la primera fue por mensaje del móvil, y esta, por papel. El primero que pasa por mi mente es Andrés, pero ¿él? No se puede siquiera averiguar por la letra, porque la nota está hecha con papeles de letras, como en las películas. Todas esas letras forman el anterior mensaje.

Max y Stella ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora