Max Parker
Maddy es mi hermana. Mis padres biológicos viven en esta ciudad. Y ayer visité la casa donde me crie en mis primeros años de vida. ¿Cómo me voy a sentir? Confuso, desorientado, como si me hubieran dado una paliza emocional.
Me acordaba de una niña rubia sí, pero pensaba que era mi imaginación, nunca creí tener una hermana melliza. Era demasiado pequeño, mis recuerdos eran muy borrosos y a veces muy confusos, como para saber si eran o no verdad. Mi único recuerdo sólido es el día del abandono. Todavía tengo en mi mente ese coche que se alejaba de mí cuando era un crío.
Ahora sé dónde viven mis padres biológicos, puedo dejarlo todo como está o buscarlos, enfrentarlos y que me den una explicación. Ya estoy harto de querer huir de esa realidad. Ahora que sé quiénes son, puedo ir y enfrentarlos en vez de no hacer nada.
Stella se remueve debajo de mi brazo, entreabriendo sus ojos cafés. Alza su mirada, encontrándose con la mía al instante. Sus labios forman una sonrisa y apoya su cabeza en mi pecho.
—Buenos días, Parker —dice ella, nada más despertarse.
—Buenos días, minion.
—Tu cama es muy cómoda —comenta—. Aunque tú lo eres más más —admite, riendo.
Sonrío, pero no digo nada ante eso. No puedo evitar preocuparme por lo de mis padres, no puedo evitar pensar en eso. Suelto un pequeño suspiro y acaricio el cabello de Stella con suavidad.
—¿Pensaste qué hacer? —pregunta ella.
—Voy a ir a hablar con ellos —digo, no muy seguro.
—Si quieres te acompaño.
—No, debo hacerlo solo —suspiro—. Para eso son mis verdaderos padres.
—Lo entiendo. ¿Cuándo irás?
—A poder ser mañana mismo, para quitarme todo este asunto de encima. No quiero posponerlo más tiempo, quiero hacerlo cuanto antes para quitarme todo este peso de encima.
—Yo te apoyo en todo, ¿sí? Si mañana quieres mi ayuda, yo estaré a tu lado —asegura, poniendo un codo apoyado en mi cama para elevarse un poco—. Te lo digo en serio, Max, cualquier cosa llámame.
Sonrío y asiento.
—Cuanta preocupación por mí, ¿eh? —le digo, bromeando.
—Por mis seres queridos soy capaz de todo, recuérdalo —sonríe y besa mi mejilla.
Me inclino hacia ella y la beso en los labios, Stella coloca su mano en mi nuca y me atrae hacia ella para besarme con más profundidad. Se deja caer de espaldas en el colchón, conmigo sobre ella. Pongo ambos brazos a cada lado de su cuerpo mientras ella enreda sus manos en mi cabello, agarrando de él y besándome con más brusquedad e intensidad.
Ella tiene la intención de desabrocharme el pantalón, pero justo en ese momento el timbre suena, interrumpiéndonos.
—Mierda —maldecimos al unísono.
—En otro momento será —dice ella, con una sonrisa.
Nos levantamos de la cama para salir de la habitación y saber quién llamó al timbre a estas horas de la mañana. Nada más salir, veo que Liam abre la puerta dejando pasar a mi mejor amiga a la casa.
Claudia abraza a Liam nada más verlo y le da un beso en la mejilla. Él le devuelve el abrazo y le da una pequeña sonrisa, mostrando que no está tan mal.
—¡Max! —grita Claudia y viene corriendo hacia mí.
También me abraza, pero a mí con más fuerza. Noto como sus fuertes brazos me aprietan mi cuerpo, dejándome sin aire con cada segundo que pasa. Ella todavía no sabe nada de lo de ayer, se lo contaré, tiene derecho a saberlo... Si me deja contárselo.
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Max y Stella ✓
Fiksi RemajaNo son el prototipo de pareja perfecta. Tampoco buscan serlo. Son dos personas que tan solo quieren un poco de paz el uno en el otro. Pero esa palabra, «paz» no parece estar en su vida cuando tienen que enfrentarse a un caso de asesinato siendo unos...