Capítulo 62

2.1K 176 12
                                    

Max Parker

Que os creíais que os ibais a librar de mí tan fácil. El disparo que recibí no fue tan grave, tan solo fue un roce y apenas perdí sangre. Además, los policías nada más entrar y ver todo lo que ha pasado, llamaron a una ambulancia. Y ahora, aquí estoy, acostado en una incómoda camilla del hospital, comiendo comida sin sal y, para no sentir dolor, me inyectan unas cuantas cosas. Eso sin duda, es lo mejor de mi estancia aquí.

Sigo sin creer cómo he conectado todo nada más estar frente a la puerta de la azotea. Mi cerebro funcionó por una vez en su vida y en el mejor momento. Mi hermana tampoco fue la más inteligente, llamarme en plena madrugada para que fuera a la azotea en su búsqueda... Conmigo eso no funcionó.

Al menos ahora Maddy, está encerrada en un calabozo de comisaría, a la espera de un juicio. La enviarán a la Prisión Federal de Barrow, una cárcel que se encuentra en una isla en el medio del mar. Le harán un informe psiquiátrico, investigarán todas las pruebas que hay en su contra —que no son pocas, por ejemplo, mi grabación— y lo que pase con ella, no me importa.

La que me preocupa es la loca de mi madre que ayudó a mi hermana a idear todo su plan. Pero, quedó grabado en mi teléfono, así que... otra pista. No sé cuánto le vaya a caer a mi madre biológica, pero al menos, se pasará un tiempo encerrada, lejos de mí.

La puerta de mi habitación se abre, dejándome ver a mi padre biológico. Él quedó en verme hoy en el hospital, queriendo saber cómo estaba y más detalles de lo que había pasado. No me negué, es más, lo acepté encantado. Todavía hay cosas de mi vida que no encajan y creo, que las respuestas, me las tiene que dar él.

Me incorporo en la camilla nada más verlo, haciendo una mueca de dolor ante el movimiento. Fue un roce, pero la bala me dio igualmente. Mi padre camina hacia mí, deteniéndose a mi lado.

«Un gran plot twist es que él sea el malo de verdad y no tu madre.»

Pero él no es el malvado de la historia, es tan solo un padre arrepentido por sus erróneas decisiones. Por ejemplo, tenerme con la loca de mi madre. Sus ojos reflejan tristeza y sus labios se curvan, formando una pequeña sonrisa.

—Debí hablar contigo antes —me dice él, pareciendo arrepentido—. Pero ya veo que fue tarde.

Frunzo el ceño ligeramente. Habla como si yo estuviera muerto y que yo sepa, estoy vivo.

—¿Qué es eso tan importante que me tenías que decir? —le pregunto, con curiosidad.

Por alguna razón, no estoy enfadado con él, ni siquiera decepcionado. Con mi madre sí, con mi hermana también, porque vaya par. Pero mi padre parece un hombre cuerdo, bueno y arrepentido por lo que hizo hace años. Guardándole rencor no haré nada.

—No pude explicarte aquel día en la casa la verdadera razón del abandono —suspira él—. Yo sabía que tu madre y tu hermana no estaban bien, que pasaba algo con ellas. ¿Nunca te has preguntado por qué no recuerdas casi nada de tu infancia?

—Pues sí, pero pensé que era algo normal —me encojo de hombros, restándole importancia.

—Cuando tenías cerca de cinco años, casi seis, tu madre se enfadó demasiado contigo. Creo que Maddy te había culpado de algo que no hiciste y tu madre le creyó a ella, como siempre. Ella... te golpeó y tú caíste al suelo, dándote con una roca en la cabeza. Empezaste a sangrar demasiado, creí que habías muerto en ese momento. Y tu madre, no hacía nada para ayudarte y Maddy, tan solo te vio, sin hacer nada, sin llorar siquiera. Te tuve que llevar yo mismo al hospital y te salvaste, pero por muy poco. El doctor me había dicho que es probable que no recordaras casi nada de tu infancia por ese golpe...

Max y Stella ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora