CAPITULO 3

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-¿Ya estas lista?.

-Si amor, deja voy con Chabela para darle las cosas de la pulgita.

-Esta bien te espero en el coche.

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-Hola corazón. ¿Qué sucede?.

-Me dio algo de jaqueca.

-¿Quieres un tragó?.

-Uno doble por favor.

Fui a la barra. -¿Qué te tiene tan martirizado?.

-Ya se lo dije.

-¿En serio?. ¿Y qué te dijo?.

-No lo tomo muy bien, se fue a encerrar a su cuarto, ella no había hecho eso nunca.

-Pablo, su reacción es muy natural cielo. Cree que papá se casará con una cualquiera interesada. Yo me preocuparía si habria actuado de otra forma. Escucha, ¿porqué no hablo con ella?. De mujer a mujer.

-Creo que esta algo sencible por la noticia.

-Por eso debo hacerlo.- Le di el vaso con wisky y lo abracé del cuello. -Es hora de romper el hielo.

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-Toc toc.- Abrí la puerta. -¿Puedo pasar?.

-Como sea.

-La noticia de nuestra boda no te cayo bien ¿No es así?.

-Por supuesto.

-Mira amar es lo más hermoso que uno puede hacer y...

-No quiero sonar fastidiosa cuando te estas poniendo cursi y toda la cosa, pero ya se todo el misterio que mi papá ve en ti.

-¿En serio?.

-Tu eres hermosa, joven y sexi, y claro el es un ser humano pero la verdad el matrimonio debe estar basado en algo más que solo sexo ¿Cierto?.

-Valla tu padre si que te subestima.

-Pero tu no, ¿cierto Dayanne?.

-Ser joven y hermosa no es un crimen y para tu información adoro a tu padre, el es justo el tipo de hombre con el que siempre planeé casarme, esa es la situación querida. Y nada que hagas se interpondrá entre nosotros, lamento romper tu corazón pero ya no eres la única mujer en la vida de Pablo. Acéptalo

-Si esa es la situación, entonces, el dinero de papá no tiene nada que ver con que quieras ser su esposa. ¿Cierto?.

-Escuchame bien escuincla, me casare con tu padre asi te agrade o no. Asi que sugiero que no te metas más conmigo, no puedes hacer nada al respecto. ¿Esta claro?.

Me puse frente a ella. -Claro.

-Ahora será mejor que vallas a desayunar como la familia feliz que seremos.

-Tu no eres nadie para darme órdenes, así que si no quieres problemas será mejor que te vallas de mi habitación.

-Creo que no te quedo muy claro la situación, así que me retirare y dejaré que tus dos neuronas se queden razonando lo que te dije.

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-Buenos días señorita, venimos buscando a una reclusa.

-Claro que si digame el nombre.

-Olinka Cohen.

𝘙𝘰𝘮𝘢𝘯𝘤𝘦 𝘢 𝘭𝘢 𝘥𝘦𝘳𝘪𝘷𝘢Donde viven las historias. Descúbrelo ahora