Capitulo 5

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(Palabras en cursiva están en español)

Amaia terminó de revolver la masa y dejó el traste en la mesa, agarró un poco de masa en la orilla y acercó el dedo a Morgan que sin dudar probó y sonrió poco después. Amaia imitó el gesto y probó igualmente

— ¿Así está bien, tía? — preguntó Amaia volteado a ver a la mujer

Pepper le quitaba el polvo a la bandeja dónde pondrían las galletas, se aceró a la chica y agarró el tazón. Amaia vio a Morgan y se acercó rápidamente a la pequeña embarrada de chocolate por toda la cara.

—Nada más fue un segundo— se quejó Amaia con una sonrisa y quitando como podía el chocolate en la piel de Morgan. Al ver que la pequeña se movía mucho y con peligro de que se cayera, decidió bajarla de la barra— ven aquí.

—Nos falta algo, Amaia ¿Puedes traer mi bolso?, lo deje en la otra sala— dijo Pepper buscando algo en la gran alacena

—Sip, pero Morgan se manchó con chocolate— Amaia mojó un poco de la tela de su playera con saliva y la pasó en el cachete de la niña. Le sorprendía haberla dejado sin supervisión un solo segundo y que ella ya estuviera comiendo uno de los chocolates que usarían para la receta.

Pepper volteo a verlas y dejó lo que estaba haciendo, negó ligeramente con la cabeza y una expresión de diversión estaba en su rostro mientras se acercaba.

—Yo voy por las servilletas, tú por mi bolso— la mujer agarró a Morgan mientras Amaia salía de la cocina en dirección a la sala de entrenamiento.

Poco antes de llegar y sin estar agudizando sus sentidos, Amaia podía escuchar la plática entre Tony y Rodhey. Comenzaban a levantar la voz, y para que Morgan no se espantara, decidió poner un escudo a la cocina anti sonido.

—No podemos hacer nada, ya traté— aseguró Rodhey.

—Tenemos que hacerlo, solo es una niña— discutió Tony negándose a la idea de aceptar que Amaia tuviera un puesto tan demandante con tan poca edad.

—Pues al gobierno no parece importarle.

Amaia entró sin ser escuchada dirigiéndose a paso rápido hacía el bolso de su tía. El ambiente no le agradaba en lo absoluto, preocupación, molestia, desagrado, eran los sentimientos que captaba más fuertes en la sala.

— ¿Wilson no debió quedarse con el escudo? — preguntó Tony evidentemente molesto con el hombre mencionado.

—No lo culpes a él tío Tony— defendió Amaia viéndolos. Agarró el bolso de Pepper y se lo colgó en el hombro— solo hizo lo que pensó correcto.

—Prende tus inhibidores, Amaia— ordenó Tony mirándola mientras la chica se iba.

Amaia tocó su inhibidor externo y este prendió una pequeña luz, indicando que se mantenía activo, acto seguido salió de la sala.

—No es tu culpa por lo que Amaia está pasando— murmuró Rodhey cuando la chica cerró la puerta. Desde que se habían enterado que Natasha tenía una hija, Tony no paraba de arrepentirse por decisiones pasadas.

—No, solo se quedó huérfana por mi— Rodhey logró identificar un evidente temblor en su voz, lo entendía, se culpaba por la muerte de Natasha, muchos de los integrantes de los Vengadores también lo hacían, incluso él mismo.

—Nadie sabía de su existencia hasta después de la muerte de Nat— dijo Rodhey en un intento de calmar a su amigo— ella tomó su propia decisión para darle un mundo en donde vivir a su hija.

The Red Shadow: the government agentDonde viven las historias. Descúbrelo ahora