Capítulo 32

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(Lo mismo de siempre, palabras en cursiva están en español, palabras en negritas son recuerdos o mensajes)

Amaia metía su ropa en la mochila que le habían entregado la tarde anterior, mientras tanto a su lado, Shuri realizaba algunos ajustes a un pequeño círculo luminoso con ayuda de herramientas wakandianas. La chica sintió como el cabestrillo la molestaba para realizar aquella acción, por lo que optó por quitárselo, llamando la atención de Shuri.

—¿Cómo vas con eso?— preguntó levantando brevemente la vista del aparato que arreglaba.

—No duele mucho— respondió acomodando la pequeña lámpara circular entre su ropa para prevenir que se rompiera— pero la doctora Cho dice que necesito más reposo, las dos semanas no bastaron.

—Entonces póntela otra vez— Shuri señaló la prenda con uno de las herramientas— o construiré una que no te puedas quitar.

Amaia suspiró y se la colocó nuevamente, Shuri realmente era capaz de ello, todo con tal de mantener su salud estable. Era algo parecido a su trato con Wanda, ambas eran como hermanas mayores para ella y la cuidaban como si realmente fuera su hermana pequeña. Una relación que se parecía mucho a la suya con Peter.

—No me tardo, no te desesperes— comentó Shuri cuando vió que Amaia volvía a tomar asiento en la camilla con su mochila preparada. La chica negó con una sonrisa mientras observaba curiosa su trabajo.

Ese mismo día dieron de alta a la chica, ya se "ubicaba" más fácilmente, sus pasos eran completamente firmes y la herida solo debía mantener ciertos cuidados que no necesitaban de un experto para tratar.

Shuri levantó brevemente la vista y sonrió de lado al ver a Amaia. Cuando la chica llegó a Wakanda, no salía muy seguido, casi siempre se encontraba con ella y le encantaba observar cómo realizaba algunos ajustes en sus nuevas creaciones. Aquel brillo de curiosidad en sus ojos y la manera de estirar el cuello para observar tratando de no distraer, no cambiaron en aquellos dos años.

—¿Cómo están las cosas con Bucky?— preguntó Shuri ganando la atención de la pequeña agente.

—Por el momento bien— dijo Amaia cruzando las piernas— eso creo. Aún tiene miedo de lastimarme, pero supongo que eso lo arreglaremos con el tiempo. Aunque, hablaré con él cuando pueda, solo para asegurarme.

—No te imaginas la satisfacción que tuve de golpearlo— comentó Shuri regresando la mirada al aparato, causando una risa en Amaia— se lo merecía, dos de mis inhibidores se rompieron desde que te encontraste con él.

—No fue su culpa— rio Amaia. Sabía que Shuri hablaba de broma.

—Dile eso a los cachitos de vibranio que están en ese frasco— señaló Shuri el objeto mencionado, este se encontraba en la esquina de la pequeña mesa en la que trabajaba.

—A ese paso lo dejarán con un ojo morado de por vida— dijo Amaia quitándose la chaqueta verde militar— aún falta Laura, Tony, Pepper y Rodhey. Ninguno se compadecerá de él.

—No— Shuri amplió su sonrisa dejando escapar leves risas. Había sido un milagro que T'challa no tomara su turno cuando Bucky se presentó en Wakanda junto a Clint, poco antes de que ella saliera para el cambio de inhibidores de la chica.

Amaia se tensó levemente al ver como Shuri se levantada sujetando el pequeño círculo, lista para colocarlo.

—¿Dolerá?— preguntó temerosa mientras jalaba delicadamente su playera para dejar descubierta una parte de su clavícula y hombro, un poco más abajo de la gasa que cubría su herida, la cual ardía al toque.

The Red Shadow: the government agentDonde viven las historias. Descúbrelo ahora