(Lo mismo de siempre, palabras en cursiva están en español, palabras en negritas son recuerdos o mensajes)
—Felicidades, Cap— dijo la chica entregando el escudo al hombre frente a él. Cuando recibió el objeto, se acercó un poco más a Sam, y susurró— sé que no querías esto, pero fueron órdenes del gobierno.
—Lo sé— calmó Sam guiñandole un ojo— gracias por cuidar de él.
Los camarógrafos y reporteros comenzaron a exclamar que voltearan y Sam rodeara los hombros de la sombra blanca. El hombre lo hizo y Amaia recibió el gesto con alegría.
—¿Te refieres al zombie biónico o al escudo?— preguntó la chica, aprovechando el hecho de que el pedazo de tela cubría la mitad de su rostro y nadie podía notar que se encontraba hablando.
—Al escudo, claramente— Sam sonrió hacia las cámaras que tomaban sus fotos, Amaia riendo ante el comentario.
La identidad de la sombra blanca no había sido revelada, sólo se demostró que ella había protegido el escudo y lo seguiría haciendo, no importando el portador de este.
Los reporteros insistían en realizar preguntas, tanto a la sombra como al Capitán América.
Caminaba por las calles de la pequeña zona, observando cómo varios niños jugaban en la calle y platicaban entre ellos. Localizó el aroma de la casa que había visitado un par de meses antes junto a Bucky y Sam y comenzó a acercarse con cierto temor. Al estar frente a la casa tuvo la urgencia de dar la vuelta y activar su invisibilidad, pero se resistió ante ello y tocó la puerta delicadamente.
Al cabo de unos segundos, un chico abrió. Amaia lo reconoció.
La primera vez que lo había visto cuando entró con Sam y Bucky, no tuvo la oportunidad de analizar bien la vivienda o sus habitantes. Luego de buscar en sus recuerdos más antiguos, la memoria donde aparecía aquel chico más pequeño llegó a ella. Aquella familia había sido una de sus últimas misiones en HYDRA, pero también una de las primeras.
Era un ciclo que debía cerrar.
—Mi abuelo no está aquí— dijo el chico. Elijah Bradley, era su nombre. Amaia jamás lo olvidaría.
—Sé que está aquí— insistió la chica manteniendo su postura recta. El olor del hombre se encontraba fresco en la propiedad.
—Tengo que admitir que me sorprendiste, sombra roja— la voz de Isaiah se escuchó a su espalda.
Acto seguido se dio media vuelta y caminó hacia el patio trasero de su casa. Amaia lo siguió no sin antes dar una última mirada a Elijah.
—Veo que no mentías— habló el hombre mientras acomodaba algunas plantas en su patio— ¿Me recuerdas, pequeña sombra?
Amaia analizó el lugar. El aroma que había captado la primera vez que entró a la casa aún se encontraba con la misma intensidad, como si no se hubiera ido durante meses.
—Claro que lo hago— dijo Amaia regresando su mirada al hombre— no fue en las mejores condiciones cuando nos conocimos, creo que eso es un factor de que lo recuerde.
—Enmendarás tu error, sombra roja— indicó el agente de HYDRA entregando a la pequeña de 6 años un folder con información y un pedazo de tela— debes completar tu misión 35 ¿La recuerdas?
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The Red Shadow: the government agent
Science FictionAmaia (T/N) debe comprender el mundo que la rodea sin la constante guía de su madre; se refugia en el gobierno y se convierte en la agente más jóven del lugar. La toma del escudo y los desafíos que cuidarlo traen consigo recaen en ella gracias a su...